Sobre la Historia

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La historia es un discurso que surge por la necesidad de comprender ciertos sucesos del pasado. La comprensión genera una interpretación que toman como base los prejuicios de los individuos que efectúan la tarea de reflexionar. La interpretación de la historia se da en el mismo lenguaje, se da a través del mismo lenguaje.

En este punto es necesario detenerse. Toda historia se da en el lenguaje. Esto es importante pues uno hace de a los sucesos será por fuentes ” naturales” o por fuentes escritas. Entonces se reúne una composición de significantes sobre determinado evento o suceso.

Los documentos son fuentes escritas mientras que el oral son palabras. En este trabajo sólo se tocarán en las fuentes escritas porque las orales implican una reflexión lingüística que puede generar/implicar considerar a la fonética y a la fonología (que no domino).

La palabra escrita representa la relación entre significantes y significados. Debemos a Jacques Lacan la propuesta de que el significado no pertenece al orden/plano simbólico sino al imaginario. Esto hace que cualquier escrito sea un conjunto de significantes con un sentido determinado que encalla, hace esquina, en determinados puntos para representar algo o esconder un significado. Esto depende de la intención de quien escribe el artículo.

El lector es quien al leer, revisar cada uno de los significantes, efectúa una operación que se llama “zurción”. Esta consiste en que el lector al leer “ata” a cada uno de los significantes con un significado a manera de nudos. Al estar el significado y significante abiertos, no como el signo linguístico que propone Saussure, hay significantes que exceden al zurcimiento. La zurcida no es solo una sino que queda a disposición tantas veces de quien la realiza.

Entonces, el historiador, como lector, tiene que realizar una operación de zurcimiento en las fuentes históricas. Esto genera que la imaginación del historiador juegue un papel importantísimo. El papel trascendental consiste en relacionar significantes con significados. Un ejemplo de esta tarea dificultos y en demasía susceptible a ser modificada por los prejucios del historiador, es el aprender a leer escritos antiguos: desarrollar el arte de la paleografía El nóvel lector encuentra en esos símbolos intrincados e ininteligibles, significantes concoidos por él en tiempo presente y no en el tiempo pasado. A este significado le asigna un significado particular. Una anécdota personal curiosa es cuando se encuentra en los símbolo que hace referencia a un significante conocido (crosty) que quizás guarde un significado. Esto en un documento del siglo XVI o XVII donde términos pareciera ingleses no existían.

Cada significantes se podría asumir que tiene un “régimen de verdad” vigente en la época en la cual fue escrita. Pero entra a tallar más la experiencia personal del sujeto. Es aquí donde se conecta la historia con el psicoanálisis. Para la reconstrucción o “imaginación histórica” que efectúa el investigador juega su experiencia inherente a su desarrollo vital que está contenida dentro de su psique.

Lo que hace la Historia diferente de otras disciplinas es ser un discurso eminentemente político. La historia representa un discurso hecho durante el tiempo presente sobre el pasado y de acuerdo los intereses de los historiadores o a quienes representan. Éstas van desde lo personal hasta lo mundial (sino no existiese un discurso de Historia Universal”). La historia es también impositiva a través de la coerción estatal que obliga a los individuos a acatar su proyecto de nación. El discurso ya se interioriza cuando los niños cantan el himno, llevan la escarapela, etc.

Entonces, por estas características que se han señalado es que la Historia urge de ser renovada constamente.

Nota

Un ejemplo interesante para entender la relación significante significado podría ser el siguiente. Si yo digo cual es el significado de Amor. Cuando se de cualquier significado es porque pertenece al imaginario del sujeto quien responde, eso no es amor. Amor es esa sensación que se siente, pero urge de “hacer esquina” para comunicarse.

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