Al ser el ‘Perú’ la cuna de un desarrollo civilizatorio mundial, aún no se ha podido constituir una ciudadanìa activa ni una naciòn completa. Esto a partir que se generò una subyugaciòn de las etnias para reducirlos a una condiciòn servilista. La desigualdad estructural en un ‘imperio’ totalistarista idealizado, una colonia jerarquizada y una repùblica (hasta hoy) no inclusiva ni representativa son las herencias que nos deja la Historia.
A la fecha, el Perù necesita crear sujetos diferentes a los otros. Como en el siglo XVI, continuamos indigenizando en la selva y sierra para generar la ley de la consulta previa que permita la inversiòn minera en desmedro del agro. Esto debido a la falta de una ciudadanìa universal ante la reducciòn del estado por la ineficiencia de las elites. La que se ha podido construir hasta el momento es vulnerable y limitad. EL estado se apodera (usurpa) de tierras para concedersela a privados. En estos lugares no hay colegios, ni servicios de salud, ni presencia de seguridad, etc. El estado no tiene ninguna responsabilidad con los ciudadanos y se esperanza en la miseria de Juntos/Pensiòn 65.
La naciòn se ha formado por oposiciòn con Chile, mientras que al interior de la sociedad nos carcome el racismo y la discriminaciòn. La relaciòn con Chile a servido de placebo ante los errores reiterados de nuestra clase gobernante. El criticar al chileno nos ha obstaculizado el desarrollo de una capacidad autocrìtica que urge de ser entrenada. El poder reside en el pueblo, en la ciudadanìa; el futuro està en nuestras manos.
El imaginario nacional comienza a elaborarse a partir de la comida y mùsica. La primera se ensalza y magnifica en medio de un paìs con alta tasa de desnutriciòn infantil. La segunda aùn no resulta ser totalmente inclusiva pero viene sucediendo poco a poco. La mùsica vernacular andina aùn no se asimila si es que no viene a ser el intento de sofisticaciòn de Quequezana para que sea agradable a nuestra èlite.
En un contexto de desigualdad entre los habitantes del paìs, en un contexto en el cual se contrapone el individualismo y el colectivismo, se confronta el liberalismo y el socialismo. La primera a partir de la sucesiòn y trànsito desde una èlite mercantilista hasta la neoliberal empresaria de hoy. El segundo se convierte en un arma para defender el comportamiento social de cooperaciòn entre los individuos. La estructura del paìs hacìa inevitable la confrontaciòn ideològica que llegò a acontecer en la segunda mitad del XX.
Un liberalismo que florece en las ciudades. Un modelo econòmico que nos lleva a la miseria moral y ciudadana. Una mentalidad de emprendimiento que reafirma la desigualdad entre los integrantes hacia un desarrollo que prioriza lo individual. La competencia plaga cualquier acto de solidaridad entre los habitantes. El fortalecimiento del neoliberalismo, y su condiciòn maleable, a permitido penetrar en la esfera de lo colectivo generando una desarticulaciòn de las comunidades donde el lucro y la propiedad individual es permitido. Todos los sectores se entrelazan en el mercado. El ‘Perù’ se ha convertido en un mero modelo econòmico que no permite una solidaridad entre los ciudadanos al plasmar reiteradamente la competencia por el desarrollo econòmico.
Las reducciones del pasado que alimentaban a los encomenderos en las ciudades vienen a ser hoy en dìa los cerros y barriadas que abastecen a los obreros de las fabricas de los empresarios limeños.
La educaciòn es el problema principal que nos aqueja y que puede sacarnos del hoyo en el que estamos (pese a las mediocres cifras del crecimiento que nos vende el estado). Un estado que no invierte lo suficiente, profesores ideologizados que ven la carrera para su lucro personal, el mercado que invade a los alumnos con la mentalidad consumista, las familias desmembradas, etc. En este contexto, còmo pueden estudiar los alumnos? Còmo estamos educando al futuro del paìs?