Para Andrés Napurí
El presente escrito constituye un estudio de caso sobre una línea de reflexión para los estudios históricos que poco a poco irá desarrollándose. El estudio consiste en el ‘indio’ que permite enfocar la Historia peruana de manera diferente. La perspectiva contempla el reconocer al sujeto denominado como ‘indio, como agente o protagonista de la Historia Nacional. Para este fin, es necesario ‘limpiarlo’ de todos los prejuicios que se armaron en una sociedad desigual y con tinte servilista.
La presencia colonial articuló mecanismos de dominación en beneficio de la metrópoli. Estos mecanismos consistieron en acciones determinadas, en cierto sentido fijas, definidas: constituyen predicados específicos contextualizados en una situación de dominio. Según señalan las investigaciones históricas, los pilares de la presencia colonial fueron la mita y el tributo. Es aquel sujeto quien cumple con las acciones de dominación el dominado. Los predicados que cumplió este sujeto fueron: mitar, tributar, servir, ser evangelizado.
El ‘mitar’ se hacía para la corona (objeto indirecto O.I.), ‘tributar’ también se realizaba en favor de la corona pero con cesión al encomendero (O.I.), ‘servir’ se realizaba para el encomendero (O.I.), ‘ser evangelizado’ se realizaba por los religiosos.
Simbolizando:
M: Mitar ___ mita para … x mita … Mx
T: Tributar ___ tributa para … x tributa … Tx
S: Servir ___ sirve a ___ x sirve a y Sxy
E: ser Evangelizado ___ es evangelizado x es evangelizado Ex
Existe un sujeto, al menos uno, que cumple con todos los predicados de dominación. Este es el sujeto de dominio que se denominó ‘indio’.
X = indio
y= encomendero
Se lee: ‘Existe un sujeto que mita, tributa, sirve a todo encomendero y es evangelizado. Este sujeto es el ‘indio’.’
Gracias a la observación de Andrés Napurí, ‘indio’ se inscribe dentro de un sistema formal (¿langue?). En este sistema se diferencia de otros términos, significantes, como ‘castellano’, ‘morisco’, ‘judío’, ‘marrano’, etc. El ‘indio’ en un determinado periodo de tiempo NO es el mismo que en toda la historia. El sujeto denominado hace valer su agencia histórica para redefinirse (vivir), el sistema se modifica y los predicados se alteran ante el contexto (variables económicas, sociales, políticas, etc.).
Es entonces que la ‘‘indigeneidad’’, la condición inherente al ser ‘indio’ (para mi significado), se forma por la articulación de significantes de la época propia de un sistema específico que se modifica al pasar el tiempo. Esto es particular en el siglo XIX con el darwinismo social y el darwinismo social. Estas ideologías articulan significantes propios de su ‘forma de pensar’, sistema de creencias algunas no demostradas ni ontológica ni epistemológicamente, para imponerse para el poder. La ‘’indigeneidad’’ se impone por el poder al ‘indio’ que designa a un sujeto de una manera tan rígida que pareciese ser una realidad ontológica. Pareciese que el sujeto a quien se denomina ‘indio’ siempre fue ‘indio’ de manera natural y pareciese que tiene algo inherente que lo ‘indigeniza’: la ‘’indigeneidad’’.
Dejar de lado al ‘indio’, con todo su sentido opresivo y discriminador, es un esfuerzo por rescatar a ese otro a quien se le denominó de esa manera. <Hacerlo hablar>, escribiendo su Historia, consiste en un continuismo de la Historia Oficial que se aprovecha del pasado prehispánico en su propio beneficio. El otro tiene que hablar por sí mismo para que su agencia sea explícita en la Historia: su Historia. Que con diálogo e inclusión puede ser NUESTRA historia nacional. La Historia Oficial tiene que ser necesariamente inclusiva y representativa.
Todos los debates sobre el ‘indio’ y su problema (Cuestión Indígena), fueron sin la voz del mismo ‘indio’. Por tanto nunca tuvieron solución sin la representatividad.