Un billete o moneda cumple una función de pedagogía cívica. Los elementos que se ven representados en ellos, sean personajes o monumentos, son escogidos por el estado para cumplir fines específicos que se asocian a la formación, consolidación y reafirmación de la nación. Este artículo consiste en mostrar el discurso de apropiación del pasado prehispánico por parte del estado representado en la selección de figuras tanto en las monedas como billetes que circulan actualmente. Todo esto durante los últimos años en donde se produce un choque entre el estado y las comunidades a partir de los conflictos por los recursos naturales. El principal foco de tensión es la minería que provocó el artículo “El Perro del Hortelano” de Alan García.
En lo que respecta a las monedas de colección que pertenecen a la serie “Riqueza y Orgullo del Perú” la componen las siguientes piezas: el tumi/Chimu/Lambayeque, La Estela de Raimondi/Chavín/Huaraz, los sarcófagos de Karajía/Chachapoyas/Amazonas, Kotosh/Desarrollo Temprano/Huánuco, el Gran Pajatén/Chachapoyas-Inca/Amazonas, Huaytará/Inca/Huancavelica, Kuntur Wasi/Inca/Arequipa, Vilcashuamán/Inca/Ayacucho, Machu Picchu/Inca/Cuzco, Saywite/Abancay/Inca, Santa Catalina/colonial/Arequipa y Real Felipe/Colonial/Lima.
En porcentajes, el 84.62% son prehispánicas (los once primeros ya mencionados). De este grupo el 46.15% del total son preincas y el 38.46% incas (asumo el Gran Pajatén como preinca). Además, el 92.31% no se encuentra en Lima. Las regiones que más se repiten son Amazonas (Karajía y Pajatén) y Arequipa (Kuntur Wasi y Santa Catalina).
Tomando como referencia a lo prehispánico 9.09% se encuentran en la costa, 72.37% en la sierra y 18.18% en la selva. Sobre el total de monedas, el 15.38% está en la costa, 69.23% en la sierra, 15.38% en la selva.
En los billetes, las figuras que acompañan son todas prehispánicas (en el billete de 10 se encuentra Machu Picchu; en el de 20, Chan Chan; en el de 50, Chavín; en el de 100, el Gran Pajatén; y en el de 200, Caral). Estas se ven acompañadas por algunas muestras de cerámica. De estas el 80% con preincas y 20% incas. Solo una se ubica en Lima (Caral) pero en el interior. Los demás están en Cuzco, Trujillo, Huaraz y Pajatén. Se repiten tanto en las monedas como en los billetes Machu Picchu y el Gran Pajatén. Se repite sólo como categoría Chavín (en la moneda la estela de Raimondi y en el billete el Templo Mayor).
De estos billetes, el 40% está en la costa, el otro 40% en la sierra y el 20% en la selva.
Del total de billetes y monedas, 88.89% son prehispánicos (contando la repetición de Machu Picchu y el Gran Pajatén). El 55.56% son prehispánicos, 33.33% son incas, 18,75% en la selva. Del total, 22.22% se encuentran en la costa, 61.11% en la sierra y 16.67 % en la selva.
Entonces, ¿qué se puede inferir de esto? Hay un predominio hegemónico de lo prehispánico sobre lo colonial. No hay nada de lo republicano. En lo prehispánico, hay una leve supremacía de lo prehispánico sobre lo inca. En cuanto a las regiones, hay una mayor consideración de la sierra sobre la costa y la selva.
El análisis que puedo elaborar a partir de esto es el siguiente. En primer lugar, se continúa el discurso de apropiarse del pasado prehispánico como legitimidad para el proyecto llamado Perú. Toda esta emisión de masa monetaria se da en el contexto de un conflicto interno con las comunidades ante la expansión de la minería. Esto demuestra la unilateralidad y centralidad del espacio frente a las demandas de las mismas comunidades. Los sucesos se asemejan a un “Incas sí, indios no” solo que ahora, gracias a los estudios arqueológicos/históricos/sociales, ya el estado se puede apropiar de un tiempo histórico mucho mayor.
* En el juego de billetes anterior se presentaban las siguientes figuras: Un aviòn y una base aerea en el de 10, la casona de San Marcos y Torre Tagle en el de 20, el Palais Concert y la Huacachina en el de 50, Tacna y la Biblioteca Nacional en el de 100, el pozo de los deseos y el convento de Santo Domingo en el de 200. De estos billetes, en la cara frontal, el 60% estàn en Lima (el primer 20% està en el interior y el restante es una maniobra aèrea). De la parte posterior el 80% està en Lima y el 20% en Ica. En estas representaciones NINGUNA es prehispànica. Del total de figuras, el 40% es colonial, el otro 40% es republicano, un 20% es un lugar natural (laguna) y el 20% restante es una ciudad con un monumento republicano. Es evidente que existe un desplazamiento rotundo en las enunciaciones que el estado busca transmitir sobre el pasado.