La creación y resignificación constante de lo Inca

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En el centro de la plaza de Vilcashuamán, frente a los restos arqueológicos en cuya cima hay una iglesia sino me equivoco carmelita, hay la escultura metálica de un inca en cuyo brazo se encuentra un halcón. Este escenario me sorprende porque Ayacucho, junto con Apurímac, son territorios históricamente de los chancas. Un monumento impuesto seguramente para el turismo de algún político es una evidencia de la manipulación histórica en favor de armar un bonito escenario tanto para la vida del lugar como para la impresión de los turistas.

 

En la plaza de armas del Cuzco, en la famosa haucay pata, se ha colocado a un inca encima de la pileta colonial. Esta pieza de metal parece ser un poco desproporcionada tomando como referencia a la base. Nuevamente parece ser como algún alcalde reactiva el discurso cuzqueñista a través de la colocación de símbolos en lugares que hacen referencia a la herencia colonial. Quizás puedan pintar la catedral con los colores de la profana “bandera del tawantinsuyu” que reactive el regionalismo cuzqueño.

 

En la plaza Manco Cápac de Lima se encuentra un inmenso bloque de concreto que sirve de panel en el cual se colocan carteles diversos. Uno de estos son los referidos principios incaicos como son el Ama Quella, Ama LLulla y Ama Sua. Ya Rodolfo Cerrón Palomino se ha encargado de demostrar su origen espurio mas en finales de la colonia en el movimiento nativista inca que en como supuestos principios estructuran tés incas. En este caso se puede ver como el alcalde de la Victoria utiliza a su conveniencia el discurso histórico a su interés de civilidad pública. Ojo que esta plaza funcionara como museo público donde debería revisarse el contenido de lo expuesto por parte de la academia.

 

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El presente artículo tiene por objetivo señalar que los incas tal como lo entendemos actualmente, y como fue en el pasado XVI, no existen. “Inca” es un significante tomado del quechua por los españoles que se utilizo para significar una colectividad de individuos que alcanzaron un altísimo grado de civilización a nivel estatal. Esta fue la alteridad con la que se encontraron los ibéricos. El significante inca forma un sujeto/s mediante su uso que sirvió de aquí en adelante para identificar a una colectividad de individuos. No creo que algún habitante del pasado prehispánico se designe como “inca” per se pero si existen pruebas de que guardaban una conciencia de colectividad. Están los keros en donde se presentan a los “incas” vestidos con tocado y ropa “elegante” contra barbaros provenientes de la selva caracterizados por el uso de pieles y de una porra. Si existía una autoconciencia pero no a través de la designación del término inca.

 

Según señala Javier Flores Ochoa en una ponencia que le pude escuchar en el Cuzco, inka se refiere a una especie de espíritu de existencia cíclica que se posa sobre determinados objetos una vez al año. Estos objetos pudieron haberse sido chancas o conopas. Funciona como una energía vital al estilo del mana o camaquen que viene a conformar un halito estructurante en la vida rural. Un ejemplo de este tipo de práctica, salvando completamente las diferencias de asignar una continuidad cultural, en Mayo pasa este tipo de prácticas con las cruces en su fiesta. Se desplazan las cruces provenientes del campo para dirigirnos a la iglesia del pueblo en donde se las celebran. Una vez terminada la fiesta las vuelven a desplazar al campo hasta el próximo año. Se produce una revitalización del elemento.

 

Los cronistas españoles habían utilizado este término para asignarle un significado que conlleve la mención de una colectividad de individuos específica. Esta era aquella que residía en el Cuzco que tenía una elite, un sistema de organización y monumentos de arquitectura hechas en piedra. Los españoles arribados interpretaron la alteridad de este otro en sus propios términos o prejuicios europeos, por tanto es de esperar que la alteridad este escrita en clave española. Son Cieza de León, Murúa y Betanzos quienes describen la historia de los incas reyes del Piru. Como diría Ranciere, aparece el sujeto necesario en la estructura de todo trabajo histórico al cual se le asignan diferentes estados.

 

Polo de Ondegardo describe de manera sintética un posible sistema de organización incaica que vienen a ser los ceques. Sarmiento utiliza su relato histórico a los intereses políticos para demostrar que los incas eran unos tiranos por tanto la presencia española era legitima. Bernabé Cobo y José de Acosta aportan testimonios magníficos que describen la flora/fauna además de la historia inca. En fin, se crea un término (o al menos se le resignifica) que crea un conjunto de sujetos a los cuales se le asignen las características observadas que, evidentemente, fueron modificadas por los prejuicios de quienes las impusieron. La poca intención de dejarse interpelar ante la alteridad haciendo una interpretación es el motivo de lo subjetivo de las fuentes. Pese a todo, en estas descansa una riqueza informativa increíble.

 

Es necesario tomarse el tiempo en los escritores nacidos en estos territorios en esa época que dejaron su testimonio. Al igual como el surgimiento de homosexual fue de manera peyorativa y luego tornada en positiva llegando a ser una categoría de identificación, y el termino indígena tan vituperado por las relaciones de desigualdad que vuelve a la escena en lo que se refiere al reconocimiento de comunidades de “indígenas” sin la impronta negativa sino que exprese la diferencia a la hora de la ley de consultas previas; surge un concepto que podríamos llamar “esencialismo estratégico”. Consiste en reconocer una categoría impuesta asimilarla para expresarse a quien se la impone y mediante esto expresar su diferencia particular subvirtiendo la categoría.

 

Garcilaso de la Vega utiliza en sus “comentarios reales el termino inca”, incluso en su titulo se hace llamar como uno. En su escrito se destaca como los incas ya estaban “cristianizados” antes de la presencia de los españoles lo que desestabilizaba el proyecto colonial. Además, fue la presencia de la virgen y no el ataque impetuoso español quienes beneficiaron la misma conquista. Contextualizando este texto con sus demandas ante el rey de España por la asignación de títulos, se ve como la historia inca se ve organizada en torno a una demanda nobiliaria por mejores condiciones sociales. Es la negociación de una elite ante una transición de régimen para conservar sus condiciones. Nuevamente se manipula en algún sentido lo “inca”.

 

Guamán Poma de Ayala es fascinante. El también utiliza una historia incaica sin el mismo ser parte de la elite de este grupo de individuos. Pero haciendo su historia también construye en torno a la historia de un sujeto para también obtener beneficios nobiliarios del rey español. Su travesía hasta la corona termino finalmente en la Biblioteca de Dinamarca. También destaca que los incas ya estaban evangelizados siendo los españoles quienes devolviesen el status quo tras los desbandes idolátricos. Una vez la situación vuelta al orden, la presencia española era innecesaria.

 

Pachacuti Salcamaygua es alguien a quien dedicare más tiempo en su estudio. Su historia personal es desconocida para saber cuáles eran sus posibles aspiraciones por la realización de su escrito. También reconoce que la evangelización ya se había dado en estas tierras con el arribo del apostol Tunupa (Tomas) quien incluso dejo un cayado aun Inca. Este estado se perdió tras la idolatría de Pachacutec. Esto legitimaba la presencia española pero después de conseguir su misión de devolver la fe cristiana debían retirarse.
Sorprende el manejo de la historia de los incas y sus sucesiones que tienen diferencias en una serie de escritos. En fin de cuentas, se tiene un termino resignificado constantemente que sirve de sujeto para la realización de historias que tienden a servir para un beneficio pragmático para su autor. Revisare mas adelante el testimonio de Titu Cusi porque eso puede evidenciar desde una perspectiva directa lo que es ser inca desde la primera persona o experiencia propia.

 

Lo Inca cobra especial importancia en el siglo XVIII a partir del movimiento nativista, que señala Rowe, desarrollado por la elites nobles descendientes directamente de los incas. El contexto de este movimiento se da con las reformas Borbónicas que implican las primeras reformas liberales no capitalistas en el virreinato que causaron una serie de descontentos que sirvieron como caldo de cultivo para la rebelión de José Gabriel Condorcanqui. El resurgimiento inca encontró en las obras pictóricas su principal medio de expresión. Se pintaron diversos tipos de cuadros como el matrimonio de Beatriz Clara Coya con el capitán Loyola que se coloco en la iglesia de la compañía del Cuzco. También los nobles se retrataron en diversos cuadros con la vestimenta de lujo que se puede aludir a los incas. Destaca aquel cuadro del niño Jesús vestido con la mascaypacha y otros elementos de poder incas.

 

También destaca la fluidez con la cual participaban en los eventos sociales importantes del lugar. En procesión del Corpus Christi eran los 24 electores, nobles descendientes directamente de los incas con propiedad sobre tierras y personas. Estos andaban vestidos de gala con los trajes incas. En este desfile Túpac Amaru II disfrazo a uno de sus hijos como Inca lo cual causo horror en la elite. Esto era el precedente de su demanda por el marquesado de Oropesa contra un tal Betancourt. Perdió finalmente y más adelante se desarrollara la rebelión que puso en jaque al estado virreinal.

 

Se tiene en este periodo una resignificacion de lo inca como fuente de rasgos identitarios que definen a una colectividad en su condición de elite. Estos rasgos se presentan como una impronta, un tópico de poder, que se represento en pinturas con elementos simbólicos claramente definidos. Después de la rebelión de Amaru II se produjo la contrarebelión estatal haciendo que todos estos nobles perdieran sus títulos y se destruyeran todos los elementos que simbolizaron a este movimiento. La corona pretendía aplacar a la elite desde la raíz para evitar posteriores insurrecciones. Esto funciono como una especie de genocidio nobiliario que redujo el poder de las elites aborígenes que quedaron en una pésima situación para enfrentar por la condición de dirigentes en el estado republicano que surgirá posteriormente. Este lugar fue exclusivo para los criollos sin una férrea competencia salvo por los gamonales regionales que se volvieron caudillos. Un ejemplo concreto del genocidio realizado contra la elite indígena se encuentra en los archivos en donde a finales del XVIII son los mismos españoles quienes son los que reciben los tributos de las parroquias del Cuzco en reemplazo de los otrora nobles venidos a menos.

 

En el siglo XIX lo inca se volvió aquel elemento que legitimaba la existencia de la Republica. Para el desarrollo de la historia en el Perú se tomo como modelo aquella europea consistente en edad antigua, media y moderna. Sería la antigua los incas quienes alcanzaron un alto grado de civilización y dejaron espectaculares testimonios de su presencia. La edad media, la oscura y tenebrosa, era el periodo virreinal/colonial que solo causo el oprobio sobre el aborigen que necesitaba ser redimido. La Republica venia a restaurar la tradición antigua y a redimir al aborigen como proyecto de estado. Se necesitaba la fuerza para legitimar la expulsión del dominador foráneo para liberar al “indio” pero realmente para que los criollos ocupasen los cargos públicos y se hiciesen del estado ante la ausencia de una elite indígena que les hiciese frente tras la contrarebelion tupacamarista.

 

Además, la republica naciente utilizo o recurrió a los incas como sus ancestros legítimos. Fue Sebastián Lorente quien denomina “antiguo Perú” a sus estudios sobre el pasado prehispánico. Al estado se le inscribe por la violencia de la letra en una tradición que realmente leerá ajena. El Perú surge a partir de 1532 quizás a partir de aquella anécdota que retrata Garcilaso en la cual Pizarro se topo una piragua en donde se encontraban aborígenes. Les pregunto por el nombre del lugar y respondieron Viru, Piru … que finalmente derivo en Perú. El Virreinato pasó a llevar este nombre después de llevar el de Nueva Castillo. La Historia del Perú originalmente implica solo el Virreinato y la Republica en un sentido netamente ortodoxo. El problema surge cuando pretenden inscribir al estado en una tradición ajena señalando al pasado prehispánico antiguo Perú y a los individuos que habitaron estas tierras antiguos peruanos. Es gracioso escuchar que señalan que el primer peruano fue el hombre de Lauricocha.

 

El término Inca vuelve entonces a resignificare conforme se realizan nuevas investigaciones sobre su origen y pasan a ser una cultura civilizada constructora de restos impresionantes. Se ven idealizados siendo destacados muchísimas de sus características. Uno de estos elementos simbólicos es el sol que incluso se pone en el escudo en algunas versiones y en las monedas de las cuales aun llevan el mismo nombre (atravesando una serie de cambios claro está).

 

Seguramente que saltara el argumento de que si se puede hacer referencia a la frase “antiguos peruanos” porque son los grupos de los cuales heredara más adelante la población. Interesante pero hay que tener en cuenta que en la republica los “indios” estaban excluidos de la nación. Representan una raza (racismo científico) alcohólica y degradada por el abuso colonial que se debe de redimir de alguna manera. Este es el inicio de la “cuestión indígena” en el debate intelectual. Aun los gobiernos impusieron la abolición del tributo indígena, a priori positivo, que conllevo la usurpación de tierras por gamonales latifundistas que recurrieron a mecanismos arteros como el enganche para hacerse de la mano de obra de los campesinos. Más aun, se pusieron cupos abusivos como el establecido por Iglesias en Ancash que trajo consigo la rebelión de Atusparia. Más adelante se impuso el igual cup abusivo de la sal lo que demuestra el estado ineficiente e inequitativo que exclusiva al otro campesino de la nación salvo como sujeto de su proyecto para legitimarse: redimir y educar al indio.

 

No hay que olvidar que autor europeos, no españoles, también escribieron sobre los incas de manera idealizada al más puro estilo de los relatos orientalistas. Sus escritos evidentemente no eran relatos vivenciales sino recogidos de testimonios de segunda mano que pueden haber sido tomado de cronistas. Por supuesto que hacen referencia a los incas de la misma manera que fantasean con la china y la india como colectivos de individuos que viven en un territorio paradisiaco. Además, relatan la espectacular gesta de Pizarro en donde pocos hombres conquistaron un “imperio”. En esta línea tenemos escritores como William Prescott y mas que se pueden ver en el primer capítulo de Visión, Raza y Modernidad en los Andes de Deborah Poole.

 

Más adelante son los viajeros que llegan durante el XVIII (Macera es fuente indispensable para los franceses) y especialmente en el XIX los que describen la historia de la tierra en función obviamente de los incas. Jacobo von Tschudi quien titula a su viaje por el Perú que recoge información de restos prehispánicos “relación de antigüedades del Perú”. En sus relatos se les idealiza de manera inimaginable como si en aquel tiempo hubiese existido la felicidad en un paraíso terrenal. En esta línea se encuentra por ejemplo Markham quien señala el gran pasado incaico y resalta románticamente la rebelión de Túpac Amaru. También esta Wiener, Marcoy, Tschudi, Squier, Stevenson, etc.

 

Pero existen críticos entre estos críticos acérrimos de la “raza indígena”. Se utiliza como raza la herencia del siglo XIX del racismo científico cuyo soporte material fue la frenología de Blumenbach. Wiener achaca características despectivas a la raza indígena pero ensalza lo inca. Tschudi analiza el cráneo al más puro estilo de la frenología para postular el desarrollo del cerebro y de su inteligencia. Además, en las fotografías donde se registran los monumentos arqueológicos se sitúan “indios” como si fuesen un elemento ornamental o folklórico. Se le contrasta el europeo con el nativo.

 

Entonces, se nos presenta una dicotomía que no hay que ser muy inteligente ni hacer muchos artículos para darse cuenta: se presentan unos grandiosos, maravillosos y magnánimos incas; y en la contraparte unos misérrimos, paupérrimos y retrasados indios. En torno a la herencia pasada se genera una relación dialéctica que se presenta como una moneda de dos caras. Por un lado se resemantiza lo inca al nivel de civilización esplendida que se adopta como discurso legitimador de los criollos y gamonales que ocupan el rol de elite administradora en el estado. Por el otro se tiene a los “indios” que se les excluye de la nación hasta que los proyectos liberales pretendan usurpar sus tierras. Pero claro que los hacendados recurrían a mecanismos arteros como el enganche para hacerse de la mano de obra campesina. Es una moneda en relación dialéctica porque ambas realidades son indisolubles que se aceptan juntas o se hace lo que paso en nuestra historia: utilizar solo una cara como discurso.

 

En el siglo XX se produce el mayor desarrollo en lo que se refiere al estudio del pasado prehispánico. Grandes personajes de la talla de Uhle, Tello o Larco aportaron enormemente para hacernos dar cuenta que el pasado prehispánico no solo consiste en los incas, no es un monopolio de una sola civilización. Estos grandes personajes son los iniciadores de la deconstrucción inca. El establecimiento y desarrollo de la arqueología aporto nuevas luces sobre este maravilloso periodo de tiempo en donde existieron desarrollos muy importantes en los diversos rincones del país. Lástima que algunos historiadores, en su mente reducida, consideren a la arqueología una ciencia auxiliar. Los trabajos de Tello en Chavín, Uhle en Pachacamac, Larco en Moche, Reiche en Nazca, solo por citar algunos son esfuerzos sin parangón que deben y urgen vincularlos con la Historia del Perú no solo como la parte prehispánica.

 

Un tema muy importante a tener en consideración, de manera estructurarte, es el término andino. Cuando Julien Stewart publico el Handbook of South American Indians, en el cual recibió la colaboración de Valcárcel, Castro Pozo y Larco, se creó el término andino. Esto fruto a los estudios de la geografía cultural en donde a cada área geográfica se le asigna un rasgo civilizatorio: el Indio y Ganges producen la India, el Tigris y Éufrates producen Mesopotamia… entonces la cadena montañosa de los Andes producen la civilización andina. Esto sirvió como elemento vertebrador para el desarrollo de la etnohistoria que recién aparece. Unos señalan que el origen es estadounidense pero en fin de cuentas quien lo introduce en el Perú fue Luis Valcárcel. El sujeto de estudio de la etnohistoria es el sujeto andino. Es entonces que se creó una abstracción meta que es/era la andinidad. Esto se caracteriza por tres elementos principales estructuran tés/vertebradores: el desarrollo de la vida en comunidad, la reciprocidad y el control de pisos ecológicos. La civilización andina alcanzaba un máximo apogeo, el clímax, con los Incas quienes representaban la síntesis de todo lo desarrollado anteriormente. Principalmente tomo elementos de organización estatal Wari y arquitectónicos Tiahuanaco.

 

El estudio histórico de los Incas que consistía en la lectura de las crónicas se vio reforzado por los aportes de la arqueología. Pero de la Historia solamente especializada en la parte prehispánica que se vinculo a la etnohistoria. Acá se encuentran grandes etnohistoria dores de la talla de John Murra, Franklin Pease, Maria Rostoworowski, Tom Zuidema; sus discípulos como Liliana Regalado entre otros. La novedad de la etnohistoria es que se utilizan por primera vez los documentos estales o gubernamentales como las visitas. Estas vienen a complementar los estudios de las crónicas entre los cuales autores como Pease, Arne Wedin o Catherine Julien investigan su origen y hasta que cronista se copio de quien. Estos nuevos estudios ayudaron a una nueva resemantizacion de lo Inca de acuerdo a los nuevos estudios. Pese a todo la historia sigue siendo inca-centrista.

 

La historia que se enseña en pregrado arranca desde los incas pues solo de ellos se puede tener registro a través de fuentes como las crónicas y documentos administrativos. Lo anterior en el tiempo se le deja a la arqueología. Siendo sinceros, y sin despreciar a la arqueología a la cual considero fundamental en el desentrañamiento del conocimiento del pasado, la Historia tiene mejores canales de difusión de sus investigaciones pese a la mayoría no ser de carácter divulgativo y difundir textos escolares de limitado aporte por su lejanía a la academia. Esto se ve aumentado por lo técnico de las investigaciones arqueológicas que limitan el acceso de sus investigaciones. La lejanía entre ambas disciplinas permite una Historia, nuevamente, incacentrista que se suma la ya conocida historia escrita desde y para Lima en los siglos posteriores.

 

Los resultados de esto saltan a la vista: mesianismos incaicos tanto en el presente (desde Buscando a un Inca y la utopía andina hasta el nacionalsocialismo andino y políticas de los Humala), discursos a nivel del estado como denominaciones Perú país de los inkas, difusión del ama quella/llulla/sua, bandera de los incas, sucesivos monumentos, a lo largo del país, etc. Todo es inca que se presta a ser interpretado por lo político en un caso de apropiación del discurso histórico para fine determinados. En el presente, los incas como significante sufren de una resignificacion constante.

En este ciclo tuve la oportunidad de llevar un seminario dictado por Mario Montalbetti y Uhla Holmquist sobre los huacos moche desde una perspectiva interdisciplinaria entre lingüística/arqueología/literatura/humanidades/historia. Me llamo la atención drásticamente lo variado de los elementos gráficos y estructurales Moche en los huacos retrato/escultóricos. Sus mecanismos artísticos o de expresión superan extremadamente a lo inca solo que queda silenciado (y hasta condenado al lugar folklórico de reliquias turísticas a la que académicamente solo accede la arqueología) por la desidia de inca centrista de la historia justificada con el argumento de la falta de fuentes. Ojo que la iconografía también es una fuente histórica y el trabajo interdisciplinario puede ayudar muchísimo siempre que allá voluntad para el trabajo en beneficio del mejor conocimiento del pasado.

Trabajar estos desarrollos desde una perspectiva interdisciplinaria permitirá tener una nueva información para profundizar tradiciones locales y regionales que permitan formar identidades regionales. Estas identidades permitirán servir de base para insertar a los individuos de las regiones en una tradición milenaria y puedan escribir su historia e insertarla en la llamada Historia del Perú. Para esto hace falta formar historiadores de vocación por la investigación y no por el gusto libres de toda muleta intelectual.

Finalmente, y a manera de conclusión, “inca” es un significante que se ha resignificado constantemente a lo largo de la historia. Empieza como un desplazamiento de un término ya existente en el quechua hasta uno ya castellanizado que implique el señalar una colectividad de personas. Si estuviese servido un tiempo prehispánico pudo haber designado un halito sagrado que se representaba humanamente en el gobernante quechua. Entonces, primero sirvió para designar a este otro que se pretende conquistar y absorber en el proyecto colonial. Luego, a ese otro del cual se fuerza la herencia y constituye la justificación del establecimiento de la republica. Después, a aquella civilización de la cual el estado es heredero que defiende características positivas para tomar en cuenta en la formación de la nación. Finalmente, el significado de los incas se define por los estudios en historia y arqueología. En primer término, era considerado como la síntesis de todo el desarrollo de la civilización andina precedente. Actualmente, hay nuevas líneas que desarrollarle al final (que añadirle actualmente).

Creo que lo andino no es una civilización como se entiende habitualmente cuando se refiere en este término para otras realidades. Lo “andino” viene a ser un saber común que comparten distintos individuos a lo largo del tiempo. Este saber le permite poder vivir de la manera más eficiente dentro del espacio geográfico cuyo conocimiento permite el beneficio consistente en la producción de excedentes. Si la tesis de Luis Miguel Rojas B. se demuestra sobre un parecido sintáctico entre lenguas de la “sierra” y “selva” la historia del Perú debería rehacerse, volver a estructurarse, puesto que hay una mayor relación entre los individuos y sus colectividades que vivieron en el tiempo prehispánico. Hay muchas tareas para el desarrollo académico en las humanidades, ruego para que vengan mas obreros a trabajar la mies.

En una frase: Los incas no existen, también son una construcción léxica que se resignifica constantemente.

Lo más reciente de los Incas que pude leer

El Tawantisuyu fue conseguido expandir hasta el tamaño que se exhibe desde textos escolares, laminas huascaran … hasta en el banner de un pilar en el banner de la plaza Manco Cápac, fruto de una serie de campañas de expansión territorial. Existieron diversos tipos de conquista para realizar tal fin. Destacan las alianzas entre el Inca y el Curaca que llevaban a este último al Cuzco. Ambos se entroncaban como familiares. Podía dirigirse a los territorios tanto el Inca en persona como su Huauqui. Otro mecanismo era la misma expansión militar que llevaba a campañas en los diversos lugares en donde no se quiera acatar la supremacía inca. Otra estrategia consistía en colocar puestos de avanzada a manera de enclaves como Vilcashuaman o en Ecuador. Se generaban además centros administrativos en lugares idóneos geográficamente de acuerdo al Cápac Ñan, entre estos destaca Huánuco Pampa en donde se realizo un espectacular centro administrativo incaico que poseía una serie de colcas que servían mas para el desarrollo de la ciudad (como su energía para la dinámica) que para el almacenamiento de productos. También se producía la asimilación de deidades locales al panteón incaico.

OJO siempre existieron rebeliones contra la autoridad inca que ocasionaron la movilización del ejército para aplacarlas. El Tawantinsuyu no se presentaba como un territorio en donde reinara una pax incaica sino que era un estado en continua expansión en donde se tenía que reafirmar los mecanismos de cohesión en cortos periodos de tiempo (lo que dure la vida de un inca). La imagen real a través de los estudios nos da un estado más fragmentado de lo que se apareció con estudios pasados. Sino tampoco se hubiese dado un óptimo arribo y conquista de los conquistadores españoles que siendo pocos hicieron sucumbir un imperio. Era un estado más frágil de lo que se piensa y la reorganización/negociación de alianzas permiten entender un posible escenario de crisis en cualquier momento.

 

Anexo Breve
La interpretación o zurcido de Louis Baudin

Aparece en la historiografía sobre los incas un texto bastante pintoresco: “El imperio socialista de los incas” de Baudin. Desde la aparición del marxismo y su introducción en el caso peruano el debate académico sobre los incas se situó en analizar en que estadio de la evolución propuesta de Marx se encontraban los Incas. Podían ser esclavistas, feudalistas pero nunca capitalistas, y comunistas? El debate en consideración se centraba en que estadio de la escalera marxiana se encontraba el Perú con el objetivo de llegar al comunismo. En este contexto aparece el libro de Baudin que es un mero acto interpretativo que representa la mirada hacia el pasado para demostrar una hipótesis desde el presente. El autor zurció los hechos del pasado de manera que confeccionara su hipótesis para transmitir el significado que pretendía. Analizaré este texto con mayor rigurosidad más adelante.

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