El espacio suprahistoriográfico o ZonaM

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El espacio suprahistoriográfico o ZonaM viene a ser el segundo nivel de abstracción de la Historia. En términos “históricos” vendría ser lo siguiente: la historia de la historia de la historia o la historia de la historiografía (entendiéndose a la historia de la historia como historiografía). Es un espacio desde el cual se tiene una perspectiva distinta pero complementaria de la disciplina.

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Para entender el espacio se pondrá un ejemplo del caso histórico peruano. El primer trabajo de historia científica (entiéndase historiográfico) se titula La Historia en el Perú de Riva Aguero. En su desarrollo se valió de criterios subjetivos dentro de los cuales destacan la selección arbitraria de una metodologfía de investigación específica y la selección de textos a analizar. La valoración (en forma de juicios) a partir de su experiencia es un añadido subjetivo además.

Un segundo trabajo de crucial importancia es el de Alberto Flores Galindo La imágen a través del espejo. En este trabajo la formación marxista heterodoxa entra también a tallar de manera relevante en el desarrollo para el establecimiento de una metodología. Complementa la selección arbitraria de las fuentes como también la valoración a partir de sus vivencias.

El tercer nivel de trabajos son los ya contemporáneos como los de Mark Thurner, Francisco Quiroz o Dagger para el siglo XIX. Thurner desde su perspectiva estadounidense se vale de los estudios poscoloniales y en menor medida para seleccionar autores. Lo aborda a partir de reflexiones de la hermenéutica francesa en especial de Jacques Ranciere. El texto de Quiroz es una aproximacion de un Doctor de San Marcos que llama la atención en su bibliografía la omisión de Michel Foucault, padre del término discurso a partir de Las palabras y las cosas puesto que menciona el término discurso de manera recurrente. El de Dagger es interesante para ver cual es su manera de seleccionar textos y que metodologia plantea. En la presentación del libro de Thurner, Dagger le pregunto al autor porque utilizo a Ranciere en lugar de Ricoeur.  Quizas la reflexión suya siga esta dirección.

Caso aparte es el trabajo de Liliana Regalado en su Historiografía General. La autora señala muchísimos autores a partir de una división temporal de la producción histórica. Además lo complementa con una pequeña biografía al final del libro. Por la bibliografía que se señala pareciera ser que la autora no hubiese leído todos los textos que señala a lo largo del libro. Llega a muchos de los autores de manera indirecta como esta señalado en los textos finales donde muchos son obras historiográficas como algún texto de Aróstegui por ejemplo. Parte del libro su llegada a los autores es de manera directa pero gran parte además indirecta a partir de otros textos o mediante traducciones. Un ejemplo además es ver como afronta el tema de los estudios subalternos que explícitamente se ha mostrado en contra. Esto en ponencias y eventos. Por más que sea un trabajo con pretensiones historiográfias y científicas, la subjetividad de la historiadora está implícita.

Entonces, los trabajos historiográficos no llegan necesariamente en su desarrollo a una verdad en sí misma. Estos llevan a una interpretación en primer nivel de los textos históricos y en segundo nivel de los acontecimientos históricos. Todo esto tomando en cuenta una distancia respecto al objeto de estudio. Ver la historiografía desde una perspectiva histórica permite tener en cuenta que criterios subjetivos tomaron los autores para establecer sus escritos. La subjetividad no puede entenderse como relatividad o contingencia textual, seguramente muchos pensaran el posmodernismo, sino como un complemento. Por ejemplo en el caso de la historiadora Regalado su texto al que llega de manera indirecta se va enriquecido por su formación profesional y su experiencia en la docencia. Pero las pretensiones de objetividad, sin ser explicitadas las subjetividades, no es más que una quimera o un anhelo.

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En el espacio suprahistoriográfico terminan todas las abstracciones de la Historia que pudiesen generarse seguidamente. Ya no puede existir por ejemplo una historia de la historia de la historia de la historia. Esto puesto que el porcentaje de subjetividad vendría a derrotar el foco de atención del tema, objeto, sujeto, etc. a estudiar. Si se plantearia las seguidas abstracciones vendrían a ser composiciones más que nada psicoanalíticas.

Es importante tener en cuenta que la subjetividad es inmanente al desarrollo de la Historia. Es una realidad indisoluble en su naturaleza. Muchos defienden la cientificidad de la Historia como una ciencia social alardeando metodología importada de otras disciplinas y aplicandola en acontecimientos con impulsos de verdad. La reflexión es mayor, es mucho mayor.

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