La primera parte está conformada por cuatro relatos donde, sólo en el primero (Costumbres de los famas), aparecen los tres personajes reunidos. En los tres siguientes se desarrollan relaciones entre cronopios y famas (El baile de los famas y Tristeza del cronopio) pero en uno se da una evocación a los esperanzas (Alegría del cronopio).
Los relatos que conforman la segunda parte se pueden agrupar de la siguiente manera según los personajes mencionados. Donde sólo están los cronopios (Historia y Terapias), sólo famas (Pañuelos y La cucharada estrecha), sólo esperanzas (Su fe en las ciencias), sólo cronopios y famas (Conservación de los recuerdos, Relojes, Filantropía, Eugenesia, Inconvenientes en los servicios públicos, Lo particular y lo Universal, Los exploradores, Pegue la estampilla en el ángulo superior derecho del sobre, y sus Historias sus historias naturales), sólo cronopios y esperanzas (Telegramas) y los tres personajes (Viajes, El Almuerzo, Comercio, El canto de los cronopios, Haga como si estuviera en casa, La foto salió movida, y Educación de príncipe).
Agrupar siguiendo el criterio de personajes resulta trascendental para el objetivo de este trabajo puesto que permite encontrar las características asignadas para cada personaje cuando se encuentran solos, como se relacionan por oposición (especialmente los cronopios y famas), y contrastar sus características cuando se reúnen los tres.
En los relatos donde se encuentra sólo el fama, Julio Cortázar resalta dos aspectos principalmente: El valor del dinero y el afán de superioridad a través del cultivo de virtudes que detona en el individualismo. En Pañuelos se presenta al fama (cuenta con servicio doméstico además) como alguien quien despilfarra sus recursos en señal de ostentación. Pero al ser interpelado por su conducta, reflexiona y detiene esta práctica con el objetivo de ahorrar dinero. En La cucharada estrecha se destaca que la virtud para el fama lo lleva a quedarse solo fruto del afán de perfección personal. La suegra encuentra defectos en su hija y ésta en el fama, todos terminan separados pero saludándose alturadamente cuando se encuentran. Es el fama quien guarda mayor afinidad con la figura de un burgués.
En los relatos donde se encuentra sólo el cronopio no hay características específicas que se destacan como inherentes a él. Historia se centra en un pequeño cronopio quien busca una llave. Lo que se destaca es una capacidad de abstracción profunda del pequeño que podría hacer referencia a habilidades de un artista. En Terapias se percibe una cierta fragilidad del cronopio-doctor quien da una cura pero contrae la enfermedad al reflejarse contra él. Se hace evidente con los relatos que el cronopio no es un ser convencional inserto en la lógica propia de un sistema. Es un ser tan distinto como un artista.
El mejor personaje que queda descrito en el relato donde se presenta solo, es el esperanza. En Su fe en las ciencias, el esperanza prioriza los criterios clasificación (no hechos por él mismo) para encuadrar a los demás. Dedica su tiempo en continuar la clasificación a través de la formulación de subgrupos, mientras que los “clasificados” no le prestan atención sino que obtienen un rédito a través suyo (en este caso beber). El esperanza no es un cronopio que ni pierde el tiempo en clasificar lo inclasificable, ni un fama que no clasifica lo que ya está clasificado. Es alguien bisagra que se podría decir se encuentra en el medio de los otros dos personajes porque define su estar ahí en cada una de sus acciones.
Ya con esto señalado, es necesario analizar la primera parte del conjunto de relatos que permiten tener noción de las relaciones básicas entre los distintos personajes. En Costumbres de los famas, se destaca la intransigencia de los famas respecto a dejar de bailar delante del almacén. Esto tras la negativa del fama a cambiar de baile por uno conocido tanto por cronopios como esperanzas. Éstas últimas son las que proceden a golpearlos y sólo cuando está tendido en el piso “envuelto en su sangre y tristeza” se le llama cronopio.
Los relatos Baile de los famas y Alegría del cronopio guardan cierta afinidad. Mientras que en el primero se destacan los bailes de los famas y se da una descripción de los cronopios “esos verdes, erizados, húmedos objetos”, hay una frase muy importante que aparece Buenas salenas cronopios cronopios. Esta frase se inscribe en un contexto donde se señala que debe utilizarse para evitarlos en las calles. En el segundo relato se encuentra un cronopio y fama en la liquidación de una tienda. Es el fama quien señala la frase Buenas salenas… pero el cronopio en vez de apartarse le inicia una conversación. Importante es tener en cuenta lo que piensa el fama acerca de ver al cronopio alegre por sostener los hilos comprados y esperando que le invite a subir al automóvil.
En Tristeza del cronopio un personajes de éstos se ve desdichado y triste al percatarse que su reloj se atrasaba con respecto al de los famas. Esto le hacía inferir que él tenía un reloj con “menos vida, menos casa y menos acostarme”.
La crítica que Cortázar plantea en los relatos pareciera ser que no se sostiene en la descripción de cada uno de los personajes, sino en la contraposición de sus características cuando se encuentran juntos en determinadas escenas. Esto puede radicar en que la constitución de la personalidad de cada personaje se define por oposición negativa, lo que uno tiene y el otro no, frente a los demás. Pero cada una de las características que se mencionan y contraponen son aquellas a las cuales la ironía del autor critica.
Los relatos donde se encuentran cronopios y famas son once. Estos se pueden dividir en tres grupos por ciertas afinidades entre ellos. El primer grupo lo comprenden Conservación de los recuerdos y Relojes. El segundo, Filantropía, Eugenesia e Inconvenientes en los servicios públicos. Finalmente en el tercer grupo están Lo particular y lo universal, Los exploradores, y Pegue la estampilla en el ángulo superior derecho del sobre.
En el primer grupo de estos relatos se destacan características inherentes a la personalidad del cronopio y fama sobre temas específicos que son diferentes entre ambos. En Conservación se presenta una ironía en torno a como se almacenan los sucesos pasados: la memoria. Los famas los recubren con un manto negro y urgen de colocarles etiquetas para tenerlos clasificados, mientras que los cronopios los dejan libres para que corran no sin decirles dulcemente que tengan cuidado. Esta forma de ordenar su memoria determina como son sus casas: la de los famas vienen a ser ordenadas y silenciosas, mientras que la delos cronopios bulliciosas.
En Relojes, el valor que se le da al tiempo es el eje central del relato. Mientras que los famas dan vuelta a un reloj de pared propio con sumo cuidado, los cronopios se valen de su ingenio para disponer su tiempo. Elaboran un reloj a partir de una alcachofa colocada en un hueco en la pared que funciona quitando una hoja en un determinado sentido. Al llegar al final de la alcachofa (y del reloj) encuentra el corazón y se lo come con satisfacción. Después de esto, coloca otro. Para los famas el tiempo tiene una seriedad implícita, mientras que para los cronopios adquiere un carácter lúdico.
En el segundo tipo de relatos se encuentran aquellos que destacan una cierta mentalidad tanto en los famas y en los cronopios. Esto se ve reflejado en maneras de actuar ante situaciones determinadas. En Filantropía, se evidencia como un fama se siente bien al rescatar a un esperanza que se cayó de un cocotero. Lo lleva a su casa donde también lo asiste y lo alimenta. Después de esto el fama reflexionará sobre su buena acción en el club donde pertenece, mientras que el esperanza volverá a caerse del cocotero. Al cronopio estos actos de filantropía le son indiferentes. La ironía de Cortázar se centra en que son los famas aquellos que forman las sociedades de beneficencia.
En el relato de Eugenesia se destaca la mentalidad de los cronopios que radica en no querer tener hijos puesto que el hijo condena al padre de venir a ser la acumulación de desdichas que algún día serán las suyas. Esto hace que recurran a los famas para que hagan concebir a sus mujeres. Los famas se encuentran disponibles para esta práctica al ser gente libidinosa, pero además piensan que de esta manera conseguirán disminuir la superioridad de los cronopios (finalmente lograran subvertir esto para que no lo consigan). En este relato se evidencia como existe un proyecto fama que busca imponerse sobre los otros.
El tercero de este grupo, Inconvenientes en los …, se destaca la ausencia de un tipo de mentalidad del cronopio. Al llegar a ocupar un tipo de cargo, en este caso Director General de la Radiodifusión, da órdenes fuera de lo habitual que no forman parte de una mentalidad particular: dar la información en rumano. Los famas que lo escucharon no pudieron tolerar, pese a comprar diccionarios y aprender un poco de la cultura de Rumanía, al cambio y consiguieron revocar al cronopio (además de fusilarlo). Pero al cabo de un tiempo, el rumano se puso de moda y esto generó en que llegasen delegaciones a visitar la tumba del cronopio.
El último grupo de relatos comprende aquellos donde se evidencia la relación que guardan cronopios y famas con el sistema establecido. En Lo Particular…. es el cronopio quien, apoderado de una gran felicidad al contemplar el sol y las nubes, apretó el tubo de la pasta dental para ocasionar que saliese una larga cinta rosa. Con lo que la pasta que le sobraba después de lavarse los dientes, la arrojó sobre los sombreros de los famas. Hay dos palabras claves en torno al actuar de los cronopios para los famas: indignación e inconsciencia. Los famas agraviados por el cronopio forman una delegación para imprecar al cronopio (siempre guardando las formas) lo siguiente: el pago por los sombreros estropeados y el derroche por la pasta dentífrica. Ambos requerimientos implican necesariamente preocupaciones en torno al capital.
El siguiente relato es Los exploradores donde se destaca la presencia de tres cronopios y un fama implicados en una expedición espeleológica. La misión de la expedición es encontrar las fuentes subterráneas de un manantial. Para esto, el encargado de hacer el descenso es un cronopio quien, como único requerimiento, pide que en su mochila se encuentren sanguches de queso y no de jamón. Tristeza le viene al cronopio cuando al llegar al punto medio del descenso se da cuenta de que le han colocado algunos sanguches de jamón y pide que lo devuelvan a la cima. Los dos cronopios piensan acatar el pedido mientras que el fama rechaza esto escribiendo en su cuaderno los sucesos acontecidos hasta el momento. Cuando llega a las fuentes del manantial, el objetivo de la misión, el cronopio vuelve a decir que todo va mal puesto que todos los sanguches que le dieron son de jamón y ninguno de queso. El interés del cronopio pareciera ser mucho más pragmático.
El último relato de este grupo y el Telegramas (donde sólo se presentan esperanzas y cronopios) son muy similares en cuanto que implican como el fama y esperanza “dominan” y están habituado con el sistema; mientras que al cronopio le desagrada y lo subvierte. En Pegue la estampilla…el cronopio cuestiona las estampillas que el servicio postal le asigna, mientras que el fama da golpecitos a las suyas para que se fijen bien. La crítica del cronopio radica en que son imágenes de mal gusto que no pueden prostituir sus cartas de amor. El fama concuerda con él pero sugiere que la de otro precio resulta óptima pero esto no lo calma y realiza un efusivo reclamo. Finaliza el relato con el cronopio expulsado del recinto, sin haber enviado su carta y con el fama señalándole que su esposa se enteraría de su bienestar por la esposa del fama.
En Telegramas, el esperanza se vale del telegrama para transmitir un mensaje siguiendo el patrón de como escribir (poniendo frases en lugar de oraciones). Además, aprovecha para insultar al receptor. En cambio los cronopios utilizan el servicio de telegrama de la manera que a ellos les conviene y se les hace sencillo. Utilizan oraciones como “si te la dejan a menos compra dos pares”, transmiten mensajes personales sobre su estado de ánimo (“muy deprimido”) y no discriminan en torno a que tipo de mensaje debe ser el que se envíe a través de este servicio. Hay un contraste entre uso convencional del medio comunicativo y la subversión de su uso para intereses particulares.
Los relatos donde se encuentran los tres personajes se pueden dividir en tres grupos. El primer grupo reúne a aquellos que tienen en común describir tanto a cronopios, famas y esperanzas en situaciones específicas. La información de cada uno de ellos se contrasta necesariamente al terminar de leer lo referente a cada uno. En Viajes se señala como mientras el fama declara ante un policía sus pertenencias, visita los hospitales y ve la calidad de los elementos de su habitación; los cronopios pierden trenes, encuentran hoteles llenos y llueve copiosamente; y los esperanzas ni se inmutan. Se resalta la versatilidad para dejarse interpelar por el paisaje en algunos más y en algunos ni se da.
En Haga como si… se centra en las inscripciones dentro de las baldosas que se colocan en la puerta de la casa de cada uno de los personajes. Los esperanzas ponen un mensaje de bienvenida, los famas ni se detienen en hacerlo, y los cronopios juegan con el visitante burlándose un tanto de él. Esto permite ver que tanto se percatan de la alteridad que radica en el visitante de sus casas representado en un acto de bienvenida. Puede representar la importancia que le confieren al otro.
El segundo grupo de relatos reúne a aquellos en los cuales el cronopio realiza un tipo de accionar que afecta a los otros personajes. Es importante este tipo de relatos porque permiten ver cuales son las respuestas hacia quien actúa. En El almuerzo, el cronopio clasifica a cada uno de los personajes (incluido) de acuerdo a un criterio que utiliza un prefijo al costado de vida. Por ejemplo, el fama viene a ser un infra-vida y el esperanza un para-vida. Estos al estar reunidos para almorzar realizan actividades inherentes a cada uno de ellos por ejemplo el inter-vida (profesor) hablaba con términos como espíritu y conciencia, el para-vida escuchaba, el infra-vida pedía queso y el supra-vida comía el pollo. Este tipo de clasificación a través de prefijos permite ver un cierto tipo de valoración del autor sobre cada personaje.
En Comercio son los famas, quienes al formar una empresa de mangueras, contratan a cronopios para que trabajen en ella. Los cronopios al contemplar la producción de este instrumento se ponen muy felices y comienzan a bailar siendo sancionados por el código fama. Los trabajadores comienzan a tomar mangueras de colores para dedicarlas a algunas actividades. Utilizan la de color azul para que jueguen las niñas, la amarilla para ornamentar los monumentos y la roja para tenderle trampas a los esperanzas (después de esto se las entregarían). Los famas molestos ante este acto cierran la fábrica sin invitar ningún cronopio ni esperanza implicado en estos actos. La contraposición entre una visión capitalista de la vida y una lúdica se enfrenta entre ambos personajes.
En el relato Educación de Príncipe se relata la manera particular del cronopio de criar a su hijo. Sus exclamaciones de cariño paternal repercuten de manera negativa en el infante quien se ve avergonzado delante de sus amigos famas y esperanzas. El niño detesta a su padre pero este sentimiento es usual para los padres quiénes también lo sintieron con los suyos. Ese sentimiento para ellos es otro nombre de la libertad o del vasto mundo.
El último tipo de los relatos del tercer tipo son aquellos donde el cronopio realiza una acción y se ve sometido a una respectiva acción tanto de famas como esperanzas. El cronopio actúa de una manera determinada pero funciona como sujeto pasivo ante los otros. En el Canto de los Cronopios, como lo dice el título, el cronopio canta. Esto lo hace de una manera extraordinaria perdiendo el control de sí mismo al entonar una canción. Las esperanzas y los famas no comprenden su arrebato (hasta algunos se encuentran escandalizados). Pero finalmente acaban aplaudiendo al cronopio, quien al recobrarse de su sentida performance, también aplaude.
En La foto salió movida, es el cronopio quien empieza a realizar una serie de elucubraciones tras no encontrar en su lugar algo que buscaba. Este desplazamiento hizo que articule más de estos lo que le hace terminar estando horriblemente afligido. Los famas y los esperanzas acuden a consolarlo hasta que después de un tiempo coinciden que acceda a tomar un té (el cual examina para que en el té no haya un desplazamiento).
De esta manera, se puede esbozar que la imagen del burgués a quien Cortázar ironiza. En primer lugar es un individuo cuyo valor principal es el dinero y tiende hacia el personalismo. No tiene un sentido artístico ni fragilidad, es un ser convencional inserto en la lógica del sistema. No trata de encuadrar a los demás en algún tipo de clasificación porque esto ya está determinado.
El burgués es aquél que intenta sistematizar su vida para conferirle un determinado orden, le confiere seriedad al tiempo (además de carácter utilitario). Tiene una mentalidad proclive a reflexionar sobre sus acciones a partir de su ego e intenta imponer su afán de superioridad sobre los otros. Tiende a no estar dispuesto al cambio pero cuando se da, lo asimila. Jamás subvierten al sistema sino que están habituados a él y tienden a imponerlo sobre los otros.
No se dejan interpelar ante situaciones novedosas y son reacios a reconocer la alteridad. Llevan una vida artificial donde le confieren mucha seriedad a lo relativo al capital. Se encargan de consolar a ese otro en situaciones embarazosas porque, en fin de cuentas, no son malos.