Me encanta la serie de televisión donde Hugh Laurie (el papá de Sturt Little) encarna al excelentísimo Dr. House. La manera como resuelve los casos ( encontrar un molda diente en el intestino de un paciente me parece tan increíble como la de McGiver de desactivar una bomba con un clip) es impresionante debido a la agudeza de la cual es dueño. Pero el jueves pasado en la clase del profesor Beas, a la cual me colo, vimos un documental de Michael Moore llamado Sicko donde muestra el drama de los ciudadanos de EEUU para acceder al servicio de salud. Este servicio es complejo ya que está rodeado por aseguradoras que hacen de intermediarias entre el paciente y los médicos. Recomiendo el documental y espero propuestas a las preguntas de cómo los pacientes pueden gozar de los servicios de Dr. House. Con la respuesta que espero obtener decidiré si es que es posible comprar esos libros en cuya portada sale el citado doctor que aparentemente encomia su filosofía para el ejercicio de la medicina. Mientras tanto me considero dichoso de la existencia del hospital de la solidaridad y del doctor taladro.