De lo que hace poco leí en un blog y que me llegó a embriagar fue acerca del perfume de las mujeres. Ya sé que es un tema manido, que a cada rato nos dicen a qué olemos o no cuando los hombres están inspirados y se olvidan de sus guerras; pero, !caramba! a mi este me gustó. No sé si fue por mi momento ultrasensible que este escrito que llegó al bobo; felizmente este escrito es el de un gurú engolado (me habría gustado que fueras un anodino), pues de lo contrario no me habría embriagado, !me habría enamorado!; pero, repito, no fue así. ¿A qué olemos las mujeres? pues a lo que queramos. Iba a meter una palabrota, pero dado que estoy en un blog institucional, me reservo esta para mi twitter (por eso no puedo dejarlo !Ay, Dios!). Olemos a menta, a limón a perfume de bataclana o a channel 4 (que es más barato), según la ocasión. Por favor, nuestro cerebro no es modular como el de Uds. no nos encasillen. Si me da la gana salgo con mi cara bien lavada, tal como salgo de la ducha, con el pelo mojado y con olor a reacondicionador. Si me viene en gana, me tarrajeo la cara y !antes muerta que sencilla!, con perfume escandaloso para decir !aquí estoy! Si quiero gafas, mochila, jeans, botas dispuesta para la guerra en combi, me aplicaré un perfume de limón para sentir la frescura ante tanto fresco que me voy a encontrar en mi camino. Por eso, somos multifacetas: amantes, madres, suegras, vecinas, esposas, hijas. Cuando se lleva una mujer, se lleva a todas ellas; por todo eso, si le gusta una, aténgase a las consecuencias.
Así es senior engolado, somos cambiantes según nuestras hormonas.
Los dejo con un video Antes muerta que sencilla. de los Horoscopos de Durango.

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