Desde hace muchos años las redes de telecomunicaciones de Huawei se vienen usando de manera masiva en América Latina, donde prácticamente Nokia y Ericsson han quedado relegados a pequeñas porciones del mercado. Sin embargo, a pesar de su innegable avance en todo el mundo, Huawei no ha podido ingresar al mercado estadounidense por razones de seguridad.
De acuerdo con el artículo “Washington Asks Allies to Drop Huawei” del Wall Street Jornal (al final la traducción), Estados Unidos ha iniciado una campaña contra Huawei para que sus aliados no compren las próximas redes 5G que ya empezaron a desplegarse en EE. UU., y que en el 2020 deberían comenzar a instalarse en varios países del mundo. La noticia no me causa sorpresa por la serie de acontecimientos que se vienen dando a partir de la guerra comercial emprendida por Donald Trump contra China; lo que sí me parece tardía es la reacción de Washington hacia los fabricantes chinos de alta tecnología como Huawei y ZTE.
Para aquellos que estamos muchos años en el mercado de las telecomunicaciones, no nos llama la atención que ahora EE. UU. reproche a los chinos asuntos de seguridad; cuando es bastante conocido cómo los chinos se iniciaron en el desarrollo de sus redes y equipos de telecomunicaciones, copiando a gigantes de la industria como Lucent Technologies y Cisco, por dar algunos ejemplos; y luego, se posicionaron “regalando” sus equipos para romper mercado. También es bastante conocido que los chinos no tienen escrúpulos a la hora de negociar, no es extraño que miles de funcionarios de operadoras de todo el mundo se hayan beneficiado de una inmensa cantidad de regalos y “viajes de formación” al por mayor; y luego todo esto diera sus frutos a la hora de cerrar jugosos contratos a favor de los chinos; situación que se ve favorecida por los niveles de corrupción en los países donde operan.
Nada de esto es sorpresa, y lo que me cuesta entender es la intempestiva manera de reaccionar de los Estados Unidos, luego de varias décadas en que las grandes compañías estadounidenses y europeas fueron a poner sus fábricas a China buscando abaratar sus costos, cuando ya se sabía del espionaje a la que estaban siendo sometidas, y que provenía incluso de personal de origen chino que trabajaba en estos titanes tecnológicos. Lo que quizás nunca imaginó el empresariado tecnológico occidental es que toda esta inversión se volvería en su contra muchos años después cuando los chinos empezaron a desarrollar sus propias empresas tecnológicas. Es posible que creyeran que los chinos iban a ser solo obreros de sus fábricas por siglos, y luego consumidores de su tecnología, tal vez pensaron que se podía repetir el brutal mercantilismo del siglo XIX, cuando nefastas compañías británicas comercializaban opio para embrutecer a millones de pobladores chinos, aunque esta vez fuera culturalmente.
Más aun, a estos inmensos fabricantes de telecomunicaciones chinos se han sumado grandes compañías de software de aplicaciones, los chinos tienen su propio Facebook, Whatsapp, YouTube con miles de millones de usuarios, y han implementado en varias de sus ciudades software de vigilancia en donde “el gran hermano chino” te sigue las 24 horas. Me pregunto qué sucedería si empezasen a llegar operadoras de servicios como China Telecom, China Mobile o China Unicom a Africa y América Latina, tomando los mercados de Brasil o México, y luego expandiendo sus redes al resto de países con tarifas que difícilmente puedan sostener sus competidores; entonces, sin duda también empezaríamos a usar sus aplicaciones “made in China” en los smartphones como Huawei, Xiaomi o ZTE, y así se cerraría el virtuoso círculo comercial asiático. ¿Podría EE. UU. frenar este avance? Muy difícil, y muy tarde, a no ser que la insania de una guerra sin precedentes esté dando vueltas en la cabeza de Donald Trump.
Acá tienen la traducción del artículo “Washington Asks Allies to Drop Huawei” del Wall Street Jornal publicado ayer (23 de noviembre):
Washington pide a los aliados que abandonen a Huawei
Estados Unidos está preocupado por la posible intromisión de los chinos en las redes 5G, pero los operadores extranjeros podrían no seguirlo.
El gobierno de EE. UU. ha iniciado una agresiva campaña de divulgación a sus aliados extranjeros, tratando de persuadir a los proveedores de servicios inalámbricos e Internet en estos países para que no compren los equipos de telecomunicaciones de la empresa china Huawei Technologies Co.