Ugarte Chamorro, Miguel (1997). Vocabulario de peruanismos. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
calato,ta. (Del q. ccala y el aim. kalatu: desnudo) adj. Desnudo, en cueros. // fig. Pobre, sin recursos.
Vargas Ugarte, Rubén (1953). Glosario de peruanismos. Lima: San Marcos.
CALATO. adj. Desnudo. En cueros. Voz indígena.
Calvo Pérez, Julio (2014). Diccionario etimológico de palabras del Perú. Lima: Universidad Ricardo Palma.
calato. <q. modn. q´ala, `desnudo´< q. genl. q´ara piel´, + esp. suf. cual. desp. / perf. -ato < suf. lat. rel. -ātus // <?aim. q’ara ‘pelado’, ? con aim. qala ‘piedra’ = ”tierra desnuda”, + suf. part. -ta (‘desnudo, sin ropas’). NOTA: Resulta dudoso el sufijo de esta palabra, al que atribuimos a primera vista el rasgo de cualidad para la formación de adjetivos, como señala el DRAE: ”5. suf. En adjetivos significa cualidad. Novato, pazguata”. Por los demás, para evitar digresiones innecesarias, nos acercamos al excelente estudio de Martha Hildebrandt sobre esta palabra (Peruanismos; véase bibliografía): ”Calato por desnudo es uno de los peruanismos más característicos. Según Arona, afines del siglo pasado se sentía como menos limeño que provinciano. Pero hoy campea en nuestra habla familiar en su sentido literal (en el metafórico de ‘pobrete’, ‘insolvente’ va siendo desplazado por misio). Calatear(se) equivale a desnudar(se), y lo mismo la forma con prefijo encalatarse; calateo es ‘acción de desnudarse’; calatería es ‘desnudez’, ‘conjunto de desnudos o semidesnudos’ (con este sentido se usa también calaterío) y figuradamente ‘pobreza’, ‘insolvencia’, ‘inopia’. Calatieri por calato se debe a deformación humorística a la manera de huachafieri por huachafo (véase) y baratieri por barato (que se apoya en el italiano barattiere ‘estafador’ y parece argentinismo en el Perú). Calatista es sinónimo de ombliguista o estriptisera. Sofocleto llamó calatriz a cierta actriz de cine argentina conocida por sus desnudos; usa igualmente el derivado humorístico calatiewsky. De la frase estar encalatado ha surgido el modismo equivalente estar en Calatayud. Ver al diablo (o a Judas) calato equivale a ver las estrellas a causa de un dolor agudo. En la costa del norte se usa el modismo quedar más calato que chisco[cierto pájaro] en pelusa con el sentido de ‘quedarse sin un centavo’. El dicho arequipeño mientras más calatería, más batería ridiculiza la ostentación sin base de fortuna. Calato viene del quechua q’ala ‘desnudo’, que ha pasado como cala al castellano de diversas regiones. En Arequipa es general cala (sin diferenciación genérica) por desnudo, desnuda; calapichar (compuesto de cala con el verbo quechua píchay ‘barrer’ y la terminación castellana de infinitivo) equivale a pelar o desplumar un jugador a otro. En relación con calapichar parece estar calapitrinche ‘sujeto insignificante’, de uso general en el Perú. Se usan igualmente en Arequipa los compuestos híbridos cabizcala ‘calvo’ y patacala ‘descalzo’. Con este último sentido se emplea el la sierra del Perú y en el interior argentino el compuesto calachaqui ( chaqui es ‘pie’ en quechua). Arona no se hacía problema sobre la diferencia que había entre el quechuismo calato y la palabra quechua q’ala (que transcribe ccala). Decía, un poco al desgaire, que ”al españolizar esta voz en la costa, no solo lo hacemos en cuanto a la forma, suavizándola en calato, sino que le damos las dos terminaciones” (masculina y femenina). Pero. ¿se suaviza realmente un préstamo quechua al añadirle la sílaba to? ¿Corresponde dicha sílaba a un morfema castellano? Y, si es así, ¿cuál es su significado? Son preguntas que el filólogo tiene que hacerse, aunque acabe por dejarlas sin respuesta. El terminal de calato es un verdadero enigma. No se trata, obviamente, del sufijo culto -ato que produce sustantivos abstractos como generalato. Tampoco se trata del sufijo italianizante -ata, presente en derivados como caminata, escalinata, serenata (la forma masculina podría explicarse por analogía). Dentro de la lengua quechua no parece tampocotratarse del sufijo de énfasis -tak (la pérdida de la consonante final se explicaría por ser extraña al castellano), ni del morfema de acusativo -ta. Los vocabularios quechuas de los siglos XVI y XVII (Fray Domingo de Santo Tómas, Gonzales Holguín) consignan q’ara (las grafías varñian) con el sentido de ‘pelado, liso, lampiño’ pero traducen con otras palabras el castellano desnudo; ello prueba que en quechua son tardíos tanto el sentido de ‘desnudo’ como la forma con l en vez de r (la l no pertenecía originalmente al sistema fonemático del quechua). El préstamo no se hizo obviamente en la primera época ,pues entonces habría dado en castellano *cara. El Diccionario moderno de Lira de ‘kalato y ‘kalata como neologismos aislados (anómalos en la lengua por su flexión genérica) en tanto que ‘kala, la forma quechua auténtica, aparece con más de veinte derivados. Es factible, pues, que ‘kalato y ‘kalata resulten de una tardía devolución[sic] (con alteración) del préstamo quechua (véase los casos de cachaco, cacharpas y carcancha). Lexicógrafos boliviano afirman que calato viene del aimara q’alata, participio pasado del verbo q’alaña ‘desnudar’. Pero, a lo que parece, este verbo es más nuevo en aimara que calato en nuestro castellano. Coincidiendo con lo dicho respecto al quechua, los aimaristas del siglo XVII Bertonio y Torres Rubio consignan q’ara (las grafías varían) con el sentido de ‘pelado, lampiño, liso’ y traducen desnudo por otras palabras; el sentido metafórico y el cambio de r por l son, pues, también tardíos del aimara. Tampoco parece haber base segura para suponer que el sufijo aimara que indica procedencia (-ta) o el de segunda persona singular (coincidentemente -ta), tengan algo que ver con la última sílaba de calato. Actualmente el aimara prsenta el apéndice -la: (q’alala), que no es sino un sufijo antiguo fosilizado, posiblemente de carácter relacional. Y, lo que es bastante curioso, los mismos lexicógrafos que proponen como étimo de calato la forma verbal aimara q’alata, registran sólo calancho ‘desnudo’ en Bolivia. Queda, pues, en pie el enigma de la última sílaba de calato”. Hasta aquí Hildebrandt. Los comentarios valen la pena, porque calato por ‘desnudo’ es uno de los peruanismos más característicos, pese a que no es palabra muy antigua, sino de hace apenas cien alos (”diablo calato” y muchos más registros, en el limeño Clemente Palma) Corrales, Juan Apapucio: Crónicas político -doméstico- taurinas, 1908- 1930) por los registros como el de Alfonso de Paciencia (Universal Vocabulario en latín y en romance, 1490): ”Quassillum: neutro es diminutivo de quallo por cueuano nombre masculino de que ya diximos: los griegos dicen calato que es cestllo”, son ajenos como antecedentes a la palabra investigada. Su relativa modernidad nos inclina, con un argumento más, a pesar que el sufijo -ato más que aimara (en los supuestos morfológicos contemplados por Hildenbrandt, alos que añadiríamos el deícto incoativo o incluso el nominalizador participal) parece un reflejo despetivo del sufijo cualitativo castellano -ado, sobre la persona desnuda, desprotegida o no. Véanse palabras como zocato, locato, cegato, morgato, malato, elato, tirulato o turulato, pazguato, bravato, chivato, novato. y hasta mulato. Tampoco wuedarían al margen las palabras como caudato, cordato, en que el sufijo latino en -ātus revela aspecto perfectivo, por lo que calato, en esa isma línea y a partir de cala, significaría ‘desnudo <en cuanto desnudado>’. Además, por si fuera poco, parece haber pasado al quechua el par calata/ calato, como la refleja Lira (1944, p. 389), a los que considera neologismos: <‘kalata> y <‘kalato>. La solución del sufijo parece pasar por tanto por el castellano y no por la forma participial u otra homónima aimara -ta ( a diferencia quizá de lo que ocurre en amauta y otras). Rodolfo Cerrón-Palomino, a diferencia de Martha Hildebrant dice que la voz es aimara, procedente de q’ala (Bertonio 1612: “kara: pelado“)). Pero subvierte el argumento sin justificar debidamente por qué: no aceptala forma “cara” del Anónimo quechua de 1586, pese a ser anterior en el tiempo, con el pretexto de que esta obra es hipodiferenciadora fónicamente hablando. Pero una cosa es que una obra sea imperfecta y otra que no sean reconocibles sus propuestas y justamente el Anónimo aporta una “cara“ (‘piel’) y diversos derivados en esa línea semántica de la primera (la piel en cuanto a que no tiene pelo; como puede recibirla del aimara: la piedra en cuanto que es desnuda). No hay duda: el registro q’ara en quechua es anterior al q’ara aimara. Se especula además con que <r> deviene <l>en los pares comunes de las dos lenguas, lo que es bien cierto, pero en eso mismo el antiguo q’ara quechua da también el nuevo q’ala en esta misma lengua, y sabiendo que calato no es una palabra antigua, al menos ancestral en el quechua, no es nada extraño que la palabra haya pasado del quechua moderno q’ala al castellano antes de la adición del sufijo analógico -to, analizado antes. No quitamos la razón del todo a Cerrón-Palomino, porque en etimologías no se puede decir jamás de esta agua no beberé, pero para optar por q’ara aimara (1612), antes aceptamos pasar por q’ara quechua 1586), lo que se da en igualdad de condiciones al sopesarlos teóricamente. Finalmente, la afirmación de Cerrón-Palomino de que la palabra de procedencia no está en DGH (1608) (VIII Congreso de Lexicografía de la Academia Peruana de la Lengua; Lima, 9-11 de octubre de 2013, p.376) nos hace sospechar de inmediato respecto a la discrepancia con Hildebrandt, que afirma o contrario. Y, en efecto, su afirmación queda invalidada por el hecho de que, como no podía ser de otra manera, DGH (1608) copia (casi) todo cuanto hay en el Anónimo de 1586, hasta el punto de que ese es el argumento más válido de que la recopilación reguladora e III Concilio Limense la hicieron los jesuitas (aunque este sea otro tema). Y así leemos, sin margen de duda: ”Ccarapampa: Campo[pe]lado, o esteril del todo raso. Suyuntu ñirac, o hina ccara vma: Pelado, o caluo como gallinazo” (DGH), en que subyace, ahora sin tapujos diferenciadores, la forma con global: q’ara, pese a las veleidades ortográficas de las que tampoco se libra el autor extremeño (cf.: ”Calua cabeça: Paca vma o paclla o cara vma suyuntu hina ccara huma: Caluo hazerse: Pacrayan ccarayan pacllayan humay” (ibíd.). Ofrecemos a continuación algunos de los muchos derivados de esta palabra: calatario (<calato + suf. col. –ario) ‘calendario de mujeres semidesnudas, cuando no hombres’, calatayud (<calato + suf. fest. -ayud; con Calatayud, ”n. pr. ”) ‘desnudo, como la madre que lo parió’, calatear (<calato + suf. frec./ inf. -ear) ‘desnudar’ y sus derivados como el sustantivo verbal calateo (<calatear) ‘acción de quitarse la ropa’, calateada (<calatear + suf. perf. –ada) ‘resultado de quitarse la ropa’, calateadera (<calatear + suf. -frec. era) ‘acción repetida o frecuente de desnudarse en público’, calatería (<calato + suf. rel. -er + suf. abstr. col.-ía) ‘cualidad de desnudo’, calaterío (<calater[ía] + suf. desp. –ío) ‘conjunto de personas desnudas o con poca ropa’), calatieri (<calato + suf. fest. -ieri) ‘desnudo’, calatismo (<calato + suf. adscr. -ismo) ‘espectáculo erótico, con desnudos’ y calatista (< calato + suf. ocup. -ista) ‘estríper, que practica el desnudo’). Las palabras con base cala-, pero sin el sufijo –to, véanse en su lugar, para evitar excesiva complejidad en esta entrada: calapata, calasniqui,etc.
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua (2014). Diccionario de la lengua española, 23.ª ed. Colombia: Planeta.
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Asociación de Academias de la Lengua (2010). Diccionario de americanismos. Madrid: Santillana.
calato, -a. (Del quech. q’ala, desnudo). I. 1. adj. Pe, Bo:N,NE; Ch:N, pop + cult → espon. Desnudo, en cueros. 2. adj/sust. Pe. metáf. Referido a persona, que carece de lo necesario para vivir o ha sido despojada de lo que poseía. 3. m. y f. Pe. Niño recién nacido o de poca edad. pop + cult → espon.
Álvarez Vita, J. (2009). Diccionario de peruanismos. Lima: UAP.
calato, ta. * Bol. y Perú. 1. Adj. Desnudo, en cueros. Nota: Las últimas investigaciones de lingüistas como Rodolfo Palomino Cerrón y Ana Baldoceda E. sostienen el origen aimara de esta voz que, en quechua, tiene total difusión. No sólo tiene usos exclusivos de adjetivo, como señala el Drae, sino también de sustantivo. En la edición de nuestro Diccionario de Peruanismos de 1990, incluimos otras acepciones, de uso en el Perú de la palabra calato, que el Drae no recoge. También se registra su uso en algunas regiones de Chile.
calato. ta. Perú.1. Adj. Fam. Dicho de un niño: Que está recién nacido.// 2. Perú. Adj. Dicho de una persona: Que está pobre. // 3. Perú .Perro calato. Anocara. Biringo. Perro sin pelo del Perú. Perro chino. Perro de Castilla. Perro de Sechura. Perro pongo. Viringo. De calato tenemos los siguientes dichos ya registrados en la edición de 1990 de nuestro Dicionario de Peruanismos: 1. Ver al diablo o a Judas calato, con su variante ver al diablo o a Judas bailando calato en un solo pie. Ver estrellas a causa del dolor. // 2. Quedar más calato que chiscoen pelusa. Quedarse sin un centavo. Este último de uso en la costa septentrional. // 3. ¡La muerte calata! Fig. fam. El grado más alto de lo negativo.
Academia Peruana de la Lengua (2016). DiPerú. Diccionario de peruanismos. Lima: Compañía de Minas Buenaventura y Academia Peruana de la Lengua.
calato. adj. «coloq.». Desnudo, sin ropa en el cuerpo. 2. Que carece de lo necesario para vivir o ha sido despojado de lo que poseía. 3. Vacío de contenido o sin presencia de lo habitual. 4. m. y f. Bebé, sobre todo el recién nacido. Estaba calato, si tal como lo habían parido: ni zapato, ni calzoncillo, ni camiseta, ni nada.1 El Banco de la Reserva quedó calato, sin dinero, sin reservas, con deudas e inflación.2 ¿Qué pasó con las otras historietas que tenían en Illary? ¿Por qué no las publican? Es que, en verdad, el sitio se ve un poco calato.3 Tu hijo es, aunque no quieras. Varios hijos tienes acá en Huacho, patrón. A la Irma también le hiciste un calato.4