cholo.< aim. ch’ulo ‘mestizo’ < ch’ulu ‘parentesco’ / < moch. cquolo ‘muchacho’ (‘mestizo de ascendencia europa indigena ’). NOTA: La palabra cholo como étimo mochica se ha venido abriendo camino de modo decidido desde que Salas lo reivindicara en 2008, siguiendo la propuesta de Gónzales de la Rosa (“Huellas de la lengua mochica de los chinos del Perú y hasta en el Amazonas”. Ilustración Peruana,  año III, número 87, 1911, p. 1078). No obstante, hay serias opciones para considerar que la palabra es aimara, pues aunque se da ya en la obra de Francisco de la Carrera (Arte de la lengua yvnga de los valles del Obispado de Truxillo de Perú, con un Confessonario, y todas las Oraciones Christianas, traducidas en la lengua, y otras cosas. Lima: Ioseph de Contreras, 1644), la primera noticia que tenemos de cholo es bastante anterior. Y aunque aquí dejaremos las espadas en alto todavía, optamos por la opción que figura en primer lugar porque Bertonio (1612), antes que De la Carrera, dice:”chhulu: mestizo, aunque ya casi no vsan deste vocablo para esto”, empleando la palabra justa ”mestizo”, de poco uso pero con reminiscencias previas. Por otro lado, la palabra es más propia de la costa como reconoce Salas, porque el verdadero mestizaje se da siempre en mayor frecuencia junto al mar . Por lo demás Bertonio aún añade cosas más interesante: lo aplica a perro: ”chhulu anocara: perro mestizo hijo de vn mestinazo y perrilla”; y lo que nos parece definitivo, lo ajusta al parentesco: ”chhulu vel huayqui: parentesco”. Y, por si fuera poco, no es precisa la transferencia semántica de ‘muchacho’ a ‘mestizo’, porque esta designación se da directamente. En suma, que estas razones de peso no pueden dejarse de lado. El debate sobre cholo se ha extendido a muchas otras pesquisas, que a la larga han resultado infundadas: Hare aplica la etimología al vasco txalu ‘miserable’ (intercambiandose chalo con cholo, como Yawar fiesa de José Mª. Arguedas), el Inca Garcilaso a las Islas de Barlovento (al este del Caribe) con el significado de ‘perro’, Farfán la ve quechua (”Quechuismos, su ubicación y reconstrucción etimológica”), Jesús Gª. Pastor la tiene como amazónica (”Maravillas del Perú”), Baist la relaciona con chulo, según Corominas… (véase para una recopilación pormenorizada: Hare, Cecilia: ”Una posible etimológica vasca de ”cholo”. BAPL 32, 2000, 39-52). La palabra tiene muchos compuestos y derivados, lo que se desprende del uso generalizado de la misma en todas las áreas geográficas y niveles de habla: cholada (< cholo + suf. perf. -ada) ‘equivocación propia de un cholo’, el compuesto cholapink (< chola + ingl. pink ‘rosado’) ‘color fucsia de los tejidos andinos’, choleada (< cholear + suf. perf. -ada, ‘

 

Academia Peruana de la Lengua (2016). DiPerú. Diccionario de peruanismos. Lima: Compañía de Minas Buenaventura y Academia Peruana de la Lengua.

cholo. m. y f./adj. «coloq.». Mestizo de ascendencia europea e indígena. 2. Serrano de rasgos indígenas. 3. Producto del mestizaje cultural de lo andino con lo occidental. 4. <Generalmente referido a mujeres>Empleada del hogar. 5. adj/m. y f. «coloq.». Peruano. 6. m. y f. «coloq., expr.».<Usado como forma de tratamiento afectuoso>! Hermano! cholo power. m. y f. «coloq., fest.» Mestizo exitoso y emprendedor. 2. Mestizo destacado por su exuberancia física. chola. f. «coloq., fest.». S. S. Bolsa de jebe que, llena de agua caliente, se emplea para calentar la cama. A la despedida de Raúl Vargas, que bromeó al dirigirse al literato como “Excelentísimo señor”, Vargas Llosa retrucó: “Tú como pariente mío también estás accediendo a la aristocracia. Bueno, los cholos hemos llegado a la aristocracia española, es divertido, ¿verdad?”.1 Luego volvió a la realidad: el Boa tenía a Paulino contra el suelo y lo abofeteaba, gritando, “me mordiste, cholo maldito, serrano, voy a matarte”.2 Todos han de reconocer que lo cholo comprende al mestizaje peruano en sus matrices más reconocible: la andina y la occidental (primero española, luego de diversa índole)3. No solo eso, también afirmas que tiene una empleada, a la cual tú mismo llamas chola, y que sus quehaceres son limpiar su casa, cuidar a sus niños, cargar los paquetes y lavar sus calzoncillos.4 La acepción más inocua implica identificar cholo con peruano5. Medio ahogada con sollozos repetía con infinita lástima; “Hijito, cholito, amor mío, qué te han hecho. Qué ha hecho contigo esa mujer”.6 Mientras ella negó mantener un romance formal con el notario, su cholo power, por le contrario, confirmó su relación en una entrevista concedida al diario Expreso.7 Me gusta un cholo power. Quiero un inca, un buen representante de nuestra raza, un hombre grande y musculoso.8 El recepcionista preguntó: -Señor, ¿cuántas cholas quiere? –Cuando abrí los ojos, negándome a creer, el fulano se sonrio notando mi ingenuidad: -Ingeniero, me refiero a cuántas botellas de agua caliente quiere.9

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