Día Mundial de la Concientización del Autismo

Todo papá y mamá quiere lo mejor para sus hijos. Cuando uno es primerizo(a) muchas veces se “obsesiona” por proteger (o sobreproteger) a sus pequeños lo cual hace que actuemos sin reflexionar, llevados por nuestro incipiente “instinto paternal”. Incluso, nos hace ver una realidad distorsionada:
“Si tu hijo estornuda, no! no esta muriendo”
“Si tu hijo llora, no! no quiere decir que le han pegado”
“Si tu hijo, pone un cubo sobre otro, no! no quiere decir que es un superdotado”
“Si tu hijo tiene una pequeña cicatriz/costra/picazón, no!, no quiere decir que es el fin del mundo”
“Si tu hijo se ensucia jugando, no! no es culpa de la persona que lo esta cuidando”
“Si tu hijo pelea con otro niño, no podemos juzgar a ese otro tildándolo de ‘malcriado’.
 
Les comparto este link sobre padres primerizos, les va a sacar una que otra sonrisa 🙂
Y es así que para evitarle vivir en esa realidad:
  • Queremos encerrar al niño(a) en una burbuja
  • Reaccionamos violentamente con aquellos que han tenido algún contacto con el niño(a) como niñeras, familiares y/o amigos. Culpándolos y llamándolos de “mala influencia”
  • Asfixiamos a nuestro hijo, con la consigna de que es “por su bien”
Eso no quiere decir que tampoco nos vamos a descuidar. Solo que tomemos las cosas con calma, no seremos ni los primeros ni los últimos padres en el mundo que pasen por situaciones “difíciles”.
Narraré un poco de mi experiencia como mamá, específicamente en un tema: “Trastorno del Espectro Autismo” siendo hoy 2/4 (ayer) el día de la Concientización sobre el autismo.

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que ya se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdurará a lo largo de todo el ciclo vital.
Los síntomas fundamentales del autismo son dos:
• Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social.
• Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.” [1]
Mi hijo Matías, hoy de 3 años, desde que nació, mes a mes fue cumpliendo los hitos que indica el plan del “Niño Sano”. Sin embargo, luego de cumplir un año, reparé en que él no hablaba (solo balbuceaba algunas palabras a las que él no daba sentido). En una de sus consultas médicas, el doctor con una mirada de preocupación me dijo “observe cómo se relaciona con los demás”. Obviamente, yo me quedé con una cara de “QUÉ?! POR QUÉ ME DICE ESO?”
Lo primero que hice fue recurrir a Google para que me de respuestas. ERROR! Salí con N preguntas más además que los síntomas de un niño con autismo (según Google) los estaba asociando con algunos comportamientos de mi hijo.
He llorado de la preocupación en su momento, lo que había que hacer era dejarlo en manos de los expertos y sean ellos los que den el diagnóstico (Dr. Google no ha pasado por ninguna Facultad de Medicina) y respirar profundo:
Sea lo que sea, soy su madre y allí estaré para él. Actuaremos rápido – pensé
Gracias a Dios, y luego de un año de Terapia de Lenguaje y dos evaluaciones neoropediátricas que descartaron TEA, mi hijo consiguió decir sus primeras (y muchas) palabras y frases. Es un niño que va creciendo feliz y recibe todo mi amor, el de mi familia y de aquellos que le tienen mucho cariño.
Todo esto me hizo comprender la necesidad de apoyar a los niños y adultos que poseen TEA, para darles mejores condiciones de vida y puedan valerse por sí mismos en esta sociedad así como ejercer sus derechos libremente. Un punto importante: es el pronto diagnóstico del TEA, esto permitirá preparar a los padres para que le den un ambiente adecuado a sus hijos y fortalezca la comprensión hacia ellos.
Sé que no es fácil pero depende de nosotros, asumir los desafíos que implica convivir con personas con TEA: estamos juntos en esto!
[1] Qué es el autismo
[2] Información de la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre Autismo
Puntuación: 5 / Votos: 4

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