Estimados blogueros:
Hubo, y aún hay, muchas críticas a la política pesquera del gobierno actual. En muchas partes he leido comentarios y críticas muy fuertes contra la Ministra de la Producción (Gladys Triveño).
Por la poca información que tenía al respecto, me pareció que la política pesquera que se implementó iba por el camino correcto. Recientemente, con más estudio, he confirmado mi tesis.
Me acabo de encontrar en el Diario La República (16.02.2014) con un artículo de la propia Ministra Triveli al respecto. Disfrutenlo, porque creo que pone los puntos sobre las ies.
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Por: Gladys Triveño
El ordenamiento pesquero dictado en agosto de 2012 es la alternativa más inteligente para asegurar la sostenibilidad de los recursos pesqueros y la opción más justa con los 44 mil pescadores artesanales y 8 millones de familias que han visto al pescado alejarse de la mesa popular.
Además de inteligente y justo, el ordenamiento pesquero, que tiene sustento científico de Imarpe, ha probado ser muy efectivo.
Las cifras hablan solas: el PBI de pesca ha crecido en el último año más del triple de rápido que en los 10 años precedentes (12.66% vs 3%).
La biomasa de anchoveta ha pasado de 5,3 millones de TM a niveles sostenibles de 10.3 millones de TM. Los ingresos de las empresas de harina y aceite de pescado habrían crecido hacia fines de la segunda temporada de 2013 en 26%, superando en dinamismo a las empresas del sector financiero, minero y retail. Por ello, las empresas industriales con cuotas de pesca de anchoveta valen cada vez más y son atractivas para el capital extranjero. Copeinca vendió el año pasado a US$ 64 millones cada punto porcentual de su cuota. Y actualmente, habría postores que estarían dispuestos a pagar el equivalente a US$ 80 millones por un punto porcentual de cuota de la pesquera Diamante.
En desembarques para el consumo humano directo se ha crecido 11.53%, a pesar que no hubo buena captura de jurel y pota. La merluza, caballa, bonito y calamar ya comenzaron a recuperarse, y especies que requieren más tiempo como el lenguado y la corvina, lo harán más adelante. Tras más de 48 meses al alza, el precio promedio ponderado del pescado en los mercados mayoristas de Lima y Callao ya comenzó a bajar.
El ordenamiento pesquero funciona para todos: para los grandes, para los chicos y también para los bien conectados. A diferencia de gobiernos pasados, no se han otorgado nuevos derechos de pesca de anchoveta sino que se ha pedido cuentas a los dueños de estos. Por ejemplo, se ha hecho una revisión técnica a las embarcaciones de menor escala y se han declarado improcedentes 551 solicitudes de canje de permisos de menor escala para anchoveta por no cumplir los requisitos.
Las malas prácticas tienen las horas contadas. En esta administración, con más inspectores, se han realizado más intervenciones a plantas y embarcaciones que en gestiones anteriores, incluso en pampas de secado y astilleros.
Perú, la segunda potencia pesquera, está en camino a tener la mejor regulación del mundo. Pero, hacia futuro, debemos ir más allá de la regulación.
Los voceros de los harineros deben dejar de pensar que es un desperdicio permitir que la anchoveta y las otras pesquerías se reproduzcan en las primeras 10 millas. Y quizá los políticos entender que el mar no es un buffet con el que saciar un apetito voraz. No debemos permitir que la flota industrial cuyas embarcaciones tienen un tamaño combinado equivalente a más de 15,400 buses del Metropolitano se acerquen a menos de las 10 millas en la zona Norte Centro o a menos de 5 o 7 millas en el Sur y pongan en riesgo los ingresos de los pescadores artesanales y la mesa popular.
Los empresarios deben abrazar las oportunidades que ofrece el sector acuícola y la pesca para consumo humano directo basada en la anchoveta y otras especies. Una encuesta de Datum acaba de derrumbar la creencia de que la anchoveta no es una alternativa viable de alimentación y negocio.
Los peruanos, pedir a las autoridades que la asignación o renovación de las cuotas de pesca o los derechos de acceso a cualquier pesquería se realicen utilizando mecanismos de mercado que le den el valor justo a la riqueza del mar peruano. Las cuotas no deben regalarse como se hizo en 2008.
Finalmente, debemos exigir transparencia para la gestión de intereses. Es importante que sepamos si quien opina sobre cómo debe regularse la pesca ha recibido financiamiento en campaña política o contratos de consultoría; es de la planilla, socio o director de alguna empresa pesquera; o, si quien despotrica contra el ordenamiento pesquero en artículos de opinión es un ex director de una empresa harinera. Y debemos demandar también que en el Produce y en el Imarpe, las personas con conflictos de intereses no tengan cabida.
Los recursos naturales del país son de todos los peruanos y deben defenderse con firmeza, y en el marco de un diálogo fluido con todos los actores involucrados. Pero el diálogo debe respetar la independencia de Produce y el Imarpe y no debe reducirse a una presión gremial hecha a periodicazo limpio o en los corredores del poder político.
El Ministerio de la Producción no es solo el ministerio de 8 empresas sino de los 30 millones de peruanos.
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