Estimadas amigas y amigos:
Hoy es día de la independencia de nuestro querido Perú y, por tanto, Fiesta de la Patria. Nuestro 28 de julio, sin dudas, es un momento simbólico de lo que unos compatriotas decidieron ser, luego otros defendieron y finalmente nosotros aspiramos a vivir cotidianamente.
Esta vez, el aniversario patrio (el previo para la celebración de nuestro Bicentenario) nos coge en un momento difícil para nuestra existencia colectiva por la emergencia nacional ocasionada por la Pandemia por COVID 19, que capaz sea el momento más complejo de nuestra historia republicana, incluso mayor a los de aquellos años de la guerra del pacifico.
Hemos visto claramente que el Estado que tenemos no estaba preparado para enfrentar este tremendo reto y desnuda por todos lados sus grandes problemas: la lejanía del servicio al ciudadano, especialmente de los más débiles. la falta de cumplimiento (y de hacer cumplir) los valores de la Constitución (el imperio de la ley), así como la permeabilidad a la corrupción, a los intereses privados y la parcialidad.
Pero, además, hemos confirmado que nuestra población no se ha forjado en la esencia de un verdadero proyecto de República, que es la ciudadanía. Los hombres y mujeres que habitamos este territorio no hemos completado el ciclo del entendimiento y vivencia de proyectos de vida que se basen en la plena libertad individual pero también en el respeto y compromiso con los demás y con los bienes públicos.
Estoy convencido que saldremos de esta crisis colectiva, y espero que sea siendo mejores ciudadanos y con un mejor Estado a nuestro servicio. Ese es un legado casi telúrico y, como decían los antepasados, un destino que debe ser manifiesto.
En esta tarea debemos recordar que la idea de patria se fue forjando mucho antes de la propia Independencia del país, al calor del doloroso y sufriente mestizaje que vino luego de la conquista del Tahuantinsuyo. Tipos de seres humanos fueron fusionando comportamientos, sangres, culturas, comidas, a la forja de una relación no siempre justa y no siempre libre. Esa forma de hacer Perú continuó luego durante el Virreinato y la República, con avances y retrocesos, pero siempre en el sentido de descubrir que lo peruano existe, que el Perú está y que tiene futuro, y que podemos hacer de él un extraordinario espacio para poder desarrollar nuestros proyectos de vida, en Libertad y con Justicia.
Siempre me ha gustado citar un texto que el Maestro Jorge Basadre pronunció en la CADE del año 1979, porque creo que concentra mucho de lo que yo pienso sobre el país: «Soy un peruano más que entiende el sentido de la patria como un conjunto de derechos inalienables y al mismo tiempo, como un repertorio de deberes a través de una inmensa diversidad de actividades, cada una de las cuales necesita ser compatible con la legítima existencia de todos. Interrogaré con esa única credencial, si hay un camino viable para el Perú, no en un futuro impreciso, sino en los días y años inmediatos, es decir si existe la factibilidad para que nuestros hijos, los hijos de todos, vivan mejor que nosotros».
En ese sentido, el PERÚ que se muestra en este tiempo de Pandemia por COVID 19 es un país adolescente (como decía el entrañable Luis Alberto Sánchez), que no es solo una realidad, sino además una promesa que puede ser una posibilidad (parafraseando a Basadre). Por eso mismo, como tal (y hoy mas que nunca), requiere de nuestros conciertos y actuaciones, que nutran la sociedad, que apoyen la institucionalidad y la posibilidad de vida común. Me parece que celebrar nuestra Independencia en estas circunstancias dolorosas es en lo fundamental recordar los deberes cotidianos que tenemos para engrandecer nuestra sociedad, nuestras familias y a nosotros mismos, con miras a seguir construyendo esto que todos llamamos “Perú”.
Pronto, el próximo año, celebraremos 200 años de vida republicana y espero que lo encuentre todo mejor situado que hoy, especialmente los bienes públicos, que son instrumentos fundamentales para la consecución de los bienes privados. Una de las tareas que muchos de nosotros estamos desarrollando y debemos hacerlo en el futuro, es como construir patria desde lo que hacemos.
Estoy seguro que es tiempo propicio para que en medio de las celebraciones (las alegrías y los sufrimientos por nuestra situación actual) pensemos cual ha de ser en los próximos años nuestro grano de arena en esa tarea titánica de seguir construyendo el Perú.
Quiero terminar deseándoles una Feliz Fiesta Patria y recordarles con Basadre que “Toda la clave del futuro está allí: que el Perú se escape del peligro de no ser sino una charca, de volverse un páramo o de convertirse en una fogata. Que el Perú no se pierda por la obra o la inacción de los peruanos”.
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