LAS LUCHAS PARA PROMOVER SALUD PÚBLICA

Estimados blogueros:

Hoy se publicó en el Diario El Comercio una interesante reflexión del Dr. Elmer Huerta sobre la afectación de la salud pública por intereses privados. En el artículo titulado “La Salud Pública versus la Industria”, a propósito de una carta de la Sociedad Nacional de Industria del Perú enviada a la OMS, reflexiona sobre como los intereses empresariales suelen afectar las correctas políticas públicas, para lo que usa interesantes ejemplos de la historia.

A continuación, las reflexiones del Dr. Huertas. Disfrutenlas…

Por: Elmer Huerta

La semana pasada nos enteramos del último episodio peruano de la clásica batalla entre la salud pública y la industria. El hecho se produjo durante el debate de aprobación del reglamento de la ley de promoción de la alimentación saludable para niños, niñas y adolescentes (Ley 30021).

Resulta que el 20 de mayo de este año el presidente de la Sociedad Nacional de Industrias del Perú (SNI) escribió una carta dirigida a la doctora Margaret Chan, directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la dura carta, la SNI acusaba al doctor Manuel Peña, representante de la Organización Panamericana de la Salud en el Perú (OPS), de “intromisión en los asuntos del Estado Peruano”. La “intromisión”, según la SNI, se produjo cuando el representante de la OPS, en una serie de opiniones estrictamente técnicas en los medios de comunicación, defendía la salud de niños y adolescentes peruanos sugiriendo con sentido común que el reglamento de la Ley 30021 no sea aprobado por un grupo de políticos en la presidencia del Consejo de Ministros, sino por expertos profesionales de la salud en otras dependencias del Estado. En su carta, la SNI cita frases “ofensivas” del representante hacia la industria y, cual despreciable espía, lo acusa de “entrometerse en los asuntos del Perú”.

En una carta fechada el 30 de junio, la doctora Carissa Ettienne, directora de la OPS, le responde a la SNI. En la misiva no solo respalda firmemente la labor técnica profesional del doctor Peña, sino que le recuerda a la industria peruana que en el consejo directivo 53 de la OPS y sesión 66 del Comité Regional de la OMS para las Américas, el Gobierno del Perú firmó el plan de acción de la prevención de la obesidad en la niñez y la adolescencia. También recalcó que las acciones del gobierno nacional, a través del Ministerio de Salud (Minsa) y de su representante, tienen sólida evidencia cientí- fica y respaldo continental. En otras palabras, la OPS dice a la SNI que donde manda capitán (el Minsa) no manda marinero (la industria).

Pensamos que este episodio nos brinda la excelente oportunidad de revisar brevemente algunos ejemplos de esta eterna lucha.

 

  1. Cólera en Londres

En 1854, el cólera atacaba violentamente la ciudad de Londres y más de 700 personas murieron en menos de una semana en el barrio de Soho. El doctor John Snow, un médico local que perdió muchos pacientes, tuvo una iluminación: empezó a poner alfileres rojos por cada víctima en un mapa de la ciudad y descubrió que los muertos vivían en la zona que recibía agua de la compañía Southwark and Vauxhall Waterworks Company, una de las dos poderosísimas empresas de distribución de agua de la ciudad.

Sin mayor evidencia que su mapa (en esa época no se había descubierto todavía al ‘Vibrio’ que causa el cólera), el doctor Snow pidió al alcalde de Londres que cerrara la compañía de agua. Obviamente (como ocurre en el Perú ahora), la industria argumentó que eso iba a producir enormes pérdidas económicas y trató de desprestigiarlo tildándolo de loco, fanático e ignorante.

Felizmente, el doctor Snow logró convencer al alcalde de la ciudad, quien, en un acto de valentía increíble, cerró la empresa. Esto hizo que la epidemia se detuviera. Lo que sucedió es que esa compañía recogía el agua contaminada con heces del río Támesis y la distribuía en el barrio del doctor Snow, pero, obvia mente, como en esa época no se sabía nada de microbios ni infecciones, nadie le creía al pobre especialista.

 

  1. La peste en Alemania

En 1848, el Gobierno de Prusia pidió al doctor Rudolf Virchow (padre de la patología) que estudiara una grave epidemia de peste en la Alta Silesia. El especialista estudió el problema y presentó su informe a las autoridades de ese país, quienes al recibirlo entraron en cólera.

El káiser de Prusia le dijo al doctor que él había pedido un informe médico y no un informe sociológico. ¿Cuál había sido el pecado del informe del doctor Virchow? Que él había concluido que para que la peste desapareciera de la ciudad, deberían mejorar las condiciones de vida, especialmente el hacinamiento de los trabajadores en las fábricas alemanas (en su mayoría polacos pobres y sin educación). Sugirió también que debían trabajar menos horas, dormir más tiempo y alimentarse mejor, y que deberían tener agua limpia y sistemas de alcantarillado. Las sugerencias fueron rechazadas porque esos cambios iban a ser muy caros para la industria y el Estado.

 

  1. La salud pública y el tabaco

Esta confrontación es mucho más reciente y muchos de ustedes son testigos de las múltiples batallas que se han librado durante los últimos 60 años en el Perú y el mundo. ¿Recuerdan las batallas para tener un aire libre de humo en centros de trabajo y restaurantes, para aumentar los impuestos al cigarrillo, para regular las propagandas dirigidas a niños y adolescentes, y para retirar los anuncios de las tiendas?

Estoy seguro también de que recuerdan cómo durante esos años la industria del tabaco (miembro de la SNI) combatió con uñas y dientes (y con mucho dinero) todos los intentos de proteger la salud pública. Uno de sus métodos favoritos fue desprestigiar a los científicos que demostraban que el cigarrillo causaba enfermedad y muerte. En los próximos meses se espera una nueva batalla, esta vez entre los fabricantes de cigarrillos electrónicos y las autoridades de salud pública.

 

  1. La salud pública y los autos

Cuando el Gobierno Estadounidense quiso que los fabricantes de automóviles incluyeran los cinturones de seguridad y bolsas de aire en cada vehículo que fabricaban, la poderosa industria peleó con uñas y dientes para que eso no sucediera. Dijeron que era muy caro, que iban a subir los precios de los autos y que lo único que hacía falta para disminuir las muertes por choques era la educación vial de los conductores. Felizmente, la salud pública salió victoriosa y miles de vidas han sido salvadas desde que se implantaron esas medidas de seguridad.

 

  1. Alimentos procesados

Esta lucha ya tiene tiempo. Empezó en los años setenta, cuando la gente se dio cuenta de que los alimentos procesados tenían cantidades insalubres de sal, grasa y azúcar, además de decenas de sustancias quí- micas (colorantes y preservantes) de efecto dudoso sobre la salud del público. Ante esa batalla, todos somos testigos (como en el hecho que se relata en este artículo) de que la industria de alimentos y bebidas azucaradas trata de frenar todos los intentos de defender la salud, y no duda en desprestigiar a especialistas que luchan por esta buena causa.

 

  1. El calentamiento global

Y ni qué decir de la lucha entre los grupos que defienden al planeta de las grandes industrias que emiten toneladas y toneladas de gases que producen el efecto invernadero y el calentamiento global. Según aquellas empresas, la desaparición de los glaciares y los severos cambios climáticos son meros ciclos “naturales” sin mayor importancia.

 

Corolario

Como hemos visto, la lucha entre la salud pública y la industria es un asunto muy antiguo. Y las grandes empresas tienen como método favorito desprestigiar a los profesionales de la salud. Siempre los han catalogado de locos, fanáticos, extremistas y contrarios al desarrollo económico del pueblo. La industria usa los mismos métodos y argumentos. Se defiende de la misma manera y es protegida por el mismo tipo de políticos y organizaciones.

Con relación a la infundada acusación de “interferencia con asuntos del Estado Peruano” hecha por la SNI contra el doctor Manuel Peña, es importante recordar que la opinión de los funcionarios de la OPS/OMS es requerida por el Minsa, y por lo tanto ellos no pueden ser acusados de interferir con el Estado. Esto debido a que su conocimiento y experiencia fueron buscados precisamente por el gobierno nacional.

En resumen, es importante tener una actitud vigilante de la industria y tomar siempre partido por la salud pública. Recuerde que su bienestar y el de su familia son más importantes que la economía de una empresa.

Puntuación: 5 / Votos: 3

Acerca del autor

Luis Alberto Duran Rojo

Abogado por la PUCP. Profesor Asociado del Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Director de ANALISIS TRIBUTARIO. Magister en Derecho con mención en Derecho Tributario por la PUCP. Candidato a Doctor en Derecho Tributario Europeo por la Universidad Castilla-La Mancha de España (UCLM). Con estudios de Maestria en Derecho Constitucional por la PUCP, de Postgrado en Derecho Tributario por la PUCP, UCLM y Universidad Austral de Argentina. Miembro de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional, del Instituto Peruano de Investigación y Desarrollo Tributario (IPIDET) y la Asoción Fiscal Internacional (IFA).

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