Interesante comentario aparecido en AmericaEconomía.
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Los periodos de recesión serían mucho menos severos en aquellos países que tienen espacio para adoptar políticas fiscales y monetarias menos estrictas. Pero esto funcionaría únicamente si cuentan con condiciones económicas estables al momento de iniciarse las crisis financieras.
Así al menos reveló un nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que indagó en las políticas implementadas por 19 países de América Latina y el Caribe durante las crisis tequila, asiática y rusa, ocurridas en los noventa y en las que la ampliación de las tasas de interés soberanas y la reducción del flujo de capital afectó conjuntamente a un gran número de países emergentes.
“Enfrentando la Restricción Internacional de Crédito: respuestas de política a las paradas repentinas en América Latina”, mostró que los gobiernos que ahorraron escasamente durante el periodo de auge de las materias primas, que finalizó en 2008, se han visto actualmente forzados a reducir su nivel de gasto o a mantenerlo para aliviar la recesión. Mientras que aquellos que lograron ahorrar en tiempos de bonanza y que adoptaron equitativamente políticas más flexibles están incluso en condiciones de incrementarlo.
El estudio determinó que mientras más ahorros haya acumulado un país más agresivo puede ser en relación a su política fiscal. Y en ese sentido, afirmó que aquellas naciones que consideraron los ciclos de la economía, los precios de las materias primas y los mercados financieros mundiales, tuvieron la flexibilidad necesaria para implementar de mejor manera dichas políticas fiscales.
“Algunos países de América Latina se verán forzados a reducir sus gastos en el marco de la crisis actual, debido a sus insuficientes ahorros. Para otros, la política más posible será mantener el actual nivel de gasto del gobierno, pero solo unos pocos, como Chile, se encuentran en una posición que les permite incluso aumentar el gasto”, enfatizó Alejandro Izquierdo, uno de los economistas que participó en el estudio.
La afirmación se basa en otra investigación realizada el año pasado por el mismo organismo y que reveló que un promedio simple de las siete economías más grandes de la región -Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela- gastó el 77% del ingreso extra alcanzado durante el auge de las materias primas. Chile, en tanto, que destinó una parte considerable en la recaudación de impuestos, gastó sólo el 34%.
En la misma línea, un reporte de Banc of America Securities Merrill Lynch, mostró que América Latina está dando una respuesta fiscal modesta a la recesión global, debido “a una postura fiscal relajada y al persistente endeudamiento, lo que implica que el estímulo fiscal generalmente se vea con preocupación”. De hecho, los países con una alta deuda pública flotante, por ejemplo Brasil, generan un estímulo fiscal mínimo, pero los pocos sectores públicos que se encuentran en el lado opuesto, como Chile, se expanden fuertemente.
Ante esto, el estudio del BID establece que los países con ahorros insuficientes deberán implementar una combinación de políticas tales como el control del gasto, encontrar otras fuentes de financiamiento e incrementar los préstamos de organizaciones multilaterales para suavizar los impactos de la crisis.
Medidas exitosas. Según el informe elaborado por el organismo, las medidas anticíclicas adoptadas durante las crisis globales funcionan siempre y cuando los gobiernos estimulen el gasto de una manera sostenida y adopten políticas que no generen inflación o problemas de balanza, tanto en el sector público como en el privado.
“Los países que adoptaron políticas anticíclicas lo hicieron definitivamente mejor, pero eso no significa que aquellos países que no las adoptaron lo hubiesen hecho mejor si hubieran optado por la opción opuesta”, enfatizó Eduardo Cavallo, otro de los economistas del BID. Según el experto, “sin buenas condiciones económicas iniciales, los países tienen escaso margen de maniobra para actuar”. Sin embargo, aclaró que esas condiciones “no son una camisa de fuerza inexorable. La adopción de adecuadas decisiones de política económica y el apoyo de las organizaciones multilaterales pueden ayudar a aliviar algunas de esas restricciones”.
La investigación extrajo también importantes lecciones que pueden ofrecer distintas alternativas en términos de política económica para los países de la región. Por ejemplo, el estudio sugirió que las multilaterales deben tomar en cuenta las condiciones iniciales de cada nación antes de respaldar una determinada política, ya que aquellas que presenten buenas condiciones iniciales no necesitarán realizar fuertes ajustes para demostrar su credibilidad.
Finalmente, el documento reveló que junto con asegurarse de que sus acciones no afecten la credibilidad y la solvencia del país para estimular la demanda, los gobiernos deberán tener bancos centrales confiables que puedan mantener las expectativas de inflación usando recursos auténticos para enfrentar la crisis. La existencia de bajos niveles de endeudamiento en dólares le dará a los bancos centrales una mayor flexibilidad para depreciar la moneda local y permitir así que sus productos sean más competitivos a nivel mundial.
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