Cotidianamente discutimos en America Latina sobre las posibilidades de mantener o desarrollar procesos de reforma tributaria. En el Perú no acabamos de acomodonarlos a los cambios de los “Paquetes Tributarios” de 2003 y 2007 y ya se escuchan tambores de promoción de nuevos cambios legislativos.
Capaz sea útil revisar la nota siguiente, elaborada por CEPAL a propósito del último XX Seminario Regional de Política Fiscal:
Reforma a los sistemas tributarios de América Latina.
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Reforma a los sistemas tributarios de América Latina podría mejorar la distribución del ingreso en la región
En una buena parte de los países de América Latina y el Caribe, la carga tributaria aún puede ampliarse sin afectar negativamente el crecimiento económico de largo plazo, afirma la CEPAL. De hecho, un estudio del organismo de Naciones Unidas señala que existe una diferencia notoria si se compara el nivel de impuestos de la región con otras áreas del mundo.
Según expertos reunidos en el XX Seminario Regional de Política Fiscal, que se desarrolló en la sede de la CEPAL en Santiago, Chile, no es posible llegar a conclusiones sólidas sobre el impacto que tiene la carga tributaria sobre el crecimiento.
Si bien algunos estudios relacionan negativamente la presión impositiva, o el gasto público, con el desempeño económico, hay países que han crecido satisfactoriamente con un nivel alto de impuestos, mientras que otros tienen un desempeño macroeconómico mediocre a pesar de poseer una baja carga tributaria.
En este sentido, los especialistas explican que para saber si los niveles y estructuras impositivas son “adecuados”, resulta muy útil comparar la relación entre impuestos y PIB por habitante para un número amplio de países. Por ejemplo, en 2006 la carga tributaria de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE, países más desarrollados del mundo) fue de 36,3 puntos del PIB, es decir, dos veces la presión tributaria de América Latina y el Caribe (18,4 puntos del PIB).
Si bien es necesario considerar las diferencias de ingreso per cápita, hay un potencial para mejorar la presión tributaria en América Latina y el Caribe. Aunque el crecimiento de ésta ha sido generalizado en la última década (con la excepción de México), el nivel de carga impositiva se encuentra por debajo del esperado si se le compara con el nivel de ingresos de las economías (con la excepción de Brasil). En algunos países existiría un “faltante” de recursos tributarios de 3 a 4 puntos del PIB, aunque la situación de la región es muy heterogénea.
En cuanto a la composición, en la OCDE tienen mayor importancia relativa los tributos directos y las contribuciones a la seguridad social. En cambio, en América Latina y el Caribe los sistemas tributarios están construidos sobre la base de una imposición indirecta, y la recaudación directa es más baja que en otras regiones con tasas similares.
Según los expertos, esta situación tiene graves consecuencias sobre la equidad de los sistemas tributarios, ya que la mayoría de ellos son regresivos. En ese caso el único impacto progresivo de una mayor carga tributaria es por la asignación del gasto, el que tiende a ser más equitativo que la distribución primaria del ingreso, con la excepción de los subsidios generalizados a los combustibles y a los servicios públicos.
Por lo tanto, un desafío pendiente de la política fiscal es alcanzar sistemas tributarios modernos que tiendan a corregir la distribución del ingreso en la región, que es una de las peores del mundo. Para ello, es necesario reducir las exenciones tributarias y seguir combatiendo la evasión y, en algunos casos, elevar algunas cargas tributarias.
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