IMPLICANCIA ONTOLÓGICA AL ASUMIR LO VIVO COMO UN SISTEMA AUTOPOIÉTICO : LA REALIDAD COMO ARGUMENTO EXPLICATIVO.

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Los seres humanos somos seres vivos y en consecuencia todo lo que se aplica a los sistemas vivos se aplica a los seres humanos. Los seres vivos conservan en su vivir la autopoiesis, los seres humanos también.

Hablamos de la realidad pero los sistemas autopoiéticos no representan ninguna realidad y entonces ¿Qué es realidad?. Pues la realidad surge, se genera en el dominio relacional como un argumento explicativo de la experiencia de vivir (Maturana 1997).

No existe la realidad como ente independiente del operar del ser vivo, existe la experiencia de vivir que configura la realidad que se vive. Lo que explicamos en consecuencia no es la realidad, lo que explicamos es la experiencia de vivir de un sistema autopoiético en una circunstancia determinada.

Si reflexionamos desde nuestra experiencia como observadores, descubrimos que todo lo que hacemos como tales , solo nos ocurre cualquier explicación o descripción de lo que hacemos es secundaria a nuestra experiencia de encontrarnos nosotros mismos en el hacer de lo que hacemos (Maturana 1997). Las explicaciones y descripciones no reemplazan lo que ellas explican o describen (Maturana 1997).

Es sólo cuando el observador acepta la pregunta sobre el observar como un fenómeno biológico, que los caminos explicativos de la objetividad con paréntesis y sin paréntesis aparecen, y es sólo entonces que es posible para el observador reflexionar sobre sus implicancias ontológicas y epistemológicas (Maturana 1977). Un observador sigue un camino u otro según sus preferencias, según sus emociones. En el camino constitutivo se explica la experiencia y no la realidad.

La experiencia es lo que distinguimos (distinción que hacemos en el lenguaje) que nos pasa preguntándonos por lo que nos pasa. ¿Cómo hacemos lo que hacemos en tanto observamos nuestro hacer?. El punto de partida es el observador en la experiencia del observar como el ser que distinguimos en la experiencia de observar. Explicamos nuestra experiencia con las coherencias de nuestra experiencia y al hacerlo, las experiencias cambian.


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LAS EMOCIONES COMO DOMINIOS DE ACCIÓN QUE SURGEN EN LA RELACIÓN

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“La existencia de emociones no requiere el lenguaje, y es propia de todos los seres vivos” (Maturana 1996: 129). En la historia evolutiva de los seres vivos aparece primero el emocionar, luego el razonar (Maturana 1996). Es la emoción lo que da a la conducta, en cada instante, su carácter como una acción u otra (Maturana 1996). “La emoción define a la acción […] el observador ve la emoción del otro al atender a su dinámica corporal […] en el como vive. Las emociones ocurren en la relación” (Maturana 1996: 124). Las emociones no se expresan, se viven (Maturana 1996). Son distinciones que un observador hace sobre las regularidades del fluir relacional de otro ser, que puede ser él o ella misma abstrae la clase de conducta relacional que otro exhibe y denota la clase con un nombre especifico como un modo particular de relacionarse (Maturana 1996).
Una metáfora que permite entender la naturaleza de las emociones es la metáfora que relaciona las emociones con la caja de cambios de un auto (Maturana 1999: 250). El auto cuando esta en primera tiene una dinámica (emociones a) muy diferente a si se encuentra en cuarta (emociones b). El estar en una emoción implica haceres posibles y no posibles en ese estado, es como si abriera o cerrara las posibilidades para determinadas acciones.
El fluir de las emociones genera el emocionar. En el emocionar la dinámica relacional del ser vivo cambia al cambiar la configuración de su dinámica estructural interna, y este cambio modifica el ámbito de sus haceres posibles, el fluir del emocionar en cada ser vivo no es cualesquiera, es uno que surge de las coherencias de su vivir en la biosfera (Maturana 1996).
La vida humana, como toda vida animal, es vivida en el fluir emocional que constituye en cada instante el escenario básico desde el cual surgen nuestras acciones (Maturana 1995) . Las emociones existen en la relación, se genran en la relación, no en el cuerpo, aunque se realizan a través de él. Así las distintas emociones son distintas disposiciones corporales dinámicas que en cada instante especifican la clase de conductas relacionales que un organismo puede generar en ese instante (Maturana 1996).
Algo fundamental relacionado con las emociones es que estas nos suceden, estamos en una u otra emoción y al darnos cuenta mediante la reflexión en que emoción estamos ya no estamos en esa emoción.
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LOS DOMINIOS DE EXISTENCIA DE UN SER VIVO COMO SISTEMA AUTOPOIÉTICO.

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En un sistema autopoiético como un ser vivo, se distinguen dos dominios de existencia: El dominio fisiológico y el dominio relacional.
El dominio fisiológico corresponde a todo lo que sucede en la dinámica biomolecular del ser vivo en la que siempre se conserva la producción de si mismo (autopoiesis). En el dominio relacional se genera toda una fenomenología (conducta) que surge del proceso interaccional del sistema autopoiético con otro sistema autopoiético y / o con sus circuntancias , lo cual va constituyendo la historia de interacciones que le van configurando el modo de ser y de estar momento a momento en el surgir y devenir de su existencia presente. Todo lo humano se genera en este dominio relacional.
Los humanos vivimos en el dominio de la corporalidad molecular, y vivimos como tales en el fluir de nuestros procesos fisiológicos. Al mismo tiempo, existimos en el dominio de nuestras interacciones y relaciones, que se observan en nuestra conducta humana. Estos dos dominios de existencia no tienen intersección y, por lo tanto, los fenómenos o procesos de uno no pertenecen al otro. Existe, sin embargo, una relación generativa entre ellos. Veámoslo con un ejemplo: El caminar aparece en el momento que hay interacción entre los pies y el suelo, pero el caminar no es parte del suelo y tampoco es parte de los pies de la persona que dice que camina. El caminar se genera.
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LOS SISTEMAS AUTOPOIETICOS Y EL ACOPLAMIENTO ESTRUCTURAL

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“Dos unidades autopoiéticas pueden encontrarse acopladas (Acoplamiento estructural de segundo orden ) en su ontogenia cuando sus interacciones adquieren un carácter recurrente o muy estable. El resultado será una historia de mutuos cambios estructurales concordantes mientras no se desintegren” (Maturana 1973: 50), que permite explicar la aparición de los organismos metacelulares como una salamandra, palomas, aves, los mamíferos y los seres humanos.

“Los metacelulares son sistemas autopoiéticos de segundo orden que poseen clausura operacional [las cursivas son nuestras] en su organización : su identidad esta especificada por una red de procesos dinámicos cuyos efectos no salen de esa red” (Maturana 1973). Están compuestos por sistemas autopoiéticos de primer orden y forman linajes a través de la reproducción a nivel celular (Maturana 1973).
Cuando un organismo entra en acoplamiento estructural con otro(os) organismo(os) se genera un acoplamiento de tercer orden del cual resulta una fenomenología peculiar si estas interacciones se vuelven recurrentes, surge el fenómeno social distinguido en aves, insectos primates (Maturana 1984).
Los acoplamientos de tercer orden están relacionados con la reproducción sexuada de los organismos y es un fenómeno relativamente universal necesario para la continuidad de un linaje especifico. Lo común a todos estos acoplamientos es que los “organismos participantes satisfacen sus ontogenias individuales […] mediante sus acoplamientos mutuos en la red de interacciones recíprocas” (Maturana 1984: 129).

Toda vez que hay un fenómeno social hay un acoplamiento estructural de tercer orden entre individuos y como observadores podemos describir una conducta de coordinación reciproca entre ellos a la cual denominamos comunicación. Hay comunicación cada vez que hay coordinación conductual en un dominio de acoplamiento estructural. El fenómeno de comunicación no depende de lo que se entrega, sino de lo que pasa con el que recibe (Maturana 1984).
Así entendemos que comunicación es una clase particular de conductas que se da con o sin la presencia de sistema nervioso y que consiste en un mutuo gatillamiento de conductas coordinadas que se da entre los miembros de una unidad social . Como toda conducta podemos distinguir entre conductas filogenéticas (innatas) y conductas ontogénicas (aprendizaje) de comunicación (Maturana 1984). Es lo que pasa en especies no humanas como los macacos del Japón que aprendieron a lavar las papas que consumen y que hoy es imitada por sus congéneres. Es un ejemplo de conducta ontogénica.

Las configuraciones conductuales que, adquiridas ontogenéticamente en la dinámica comunicativa de un medio social son estables a través de generaciones constituyen las conductas culturales (Maturana 1984). Lo cultural es un fenómeno que se hace posible como un caso particular de conducta comunicativa en un fluir de cambios congruentes (aprendizaje ontogénico) con el medio.
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Los sistemas autopoiéticos y el determinismo estructural.

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Los sistemas vivos al producirse a sí mismos son sistemas cerrados en relación a la organización que conservan y en consecuencia están determinados estructuralmente. El estar determinados estructuralmente implica que su estructura determina (Maturana 1999) :

a) Lo que ocurre en ella en cada instante.
b) Que admiten como una perturbación o como una interacción destructiva.
c) Que un agente externo sólo puede desencadenar, gatillar, en ellos, un cambio de estado o una desintegración que está determinada en su estructura.

Al estar determinado en su estructura un sistema autopoiético se comprende que lo “externo” no determina lo que sucede en el dominio fisiológico o interno (Maturana 1973). Los sistemas autopoiéticos cambian de manera congruente con el medio en que están, constituyendo de esta manera su historia de interacciones que lo hacen surgir en el presente cambiante que existe. Maturana afirma “La evolución es una deriva natural producto de la invariancia de la autopoiesis y de la adaptación (Maturana 1984: 77). La ontogenia es la historia del cambio estructural de una unidad sin que esta pierda su organización (Maturana 1973).

“Nada sucede en un sistema viviente que su biología no permita (epigénesis) [el paréntesis es nuestro] . […] la estructura inicial de un organismo hace posible todo lo que puede sucederle en su historia individual, pero no especifica su futuro” (Maturana 1997: 71). Todo lo que sucede durante la historia de un sistema viviente, desde su concepción como una célula simple, ocurre en él en un proceso epigenético (Maturana 1977).

Los sistemas vivientes son sistemas moleculares dinámicamente cerrados, determinados por su estructura. En su calidad de sistemas determinados por estructuras, los sistemas vivientes son tales que todo lo que sucede en ellos sucede en todo momento determinado por su estructura en ese instante. Por lo tanto, un agente externo que afecta a un sistema viviente sólo gatilla en él cambios estructurales determinados en él por su estructura.
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Ejemplo de explicacion científica

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La explicación del conocer ( Maturana 1984: 15 )

I. Fenómeno a explicar :

Conducta efectiva del ser vivo en su medio ambiente (conocimiento)

II. Hipótesis explicativa :

Organización autónoma del ser vivo.
Deriva filogenética y ontogenética con conservación de la adaptación (acoplamiento estructural).

III. Deducción de otros fenómenos :

1. Coordinación conductual en las interacciones recurrentes entre seres vivos
2. Coordinación conductual recursiva sobre la coordinación conductual;

Iv. Observaciones adicionales :

· Fenómenos sociales
· Dominios lingüísticos
· Lenguaje
· Autoconciencia.

Otro ejemplo de explicación del rayo (Maturana 1990: 37-38)

I. Fenómeno a explicar:

Quiero explicar esa luz que se ve en los días de tormenta cuando uno está mirando el cielo o el horizonte y ve destellos de luz y, a veces, unas rayas luminosas que unen las nubes y la tierra.

II. Hipótesis explicativa:

Proposición generativa : Las nubes se cargan electroestáticamente con la fricción del aire al ser arrastradas por el viento, y que al producirse por inducción una diferencia de potencial suficientemente grande entre las nubes y la tierra, salta una chispa entre ellas.

III. Deducción de otros fenómenos:

Si el mecanismo generativo es cierto, debiera poder cargar un condensador al poner un conductor que una las nubes y una de sus caras.

IV. Observaciones adicionales:

Ejecución de experiencias : Franklin eleva un volantín con un conductor conectado a un condensador, y al ver que éste se carga, dice: Ahí está la explicación científica del rayo; las nubes se cargan electrostáticamente con la fricción, se produce una diferencia potencial y salta una chispa entre ellas y la tierra.

La explicación de los sistemas vivos.

Una de las explicaciones más trascendentes para los seres humanos en su vivir cotidiano es ¿Qué es la vida?. Y si uno reflexiona sobre la pregunta tal como esta planteada, uno se da cuenta que la pregunta lleva un supuesto apriori que es la ya existencia de vida. Pero como ya hemos indicado Maturana nos dice que esto es imposible debido a nuestra constitución biología. Así se empieza a explicar lo vivo en términos de organización circular de transformaciones y de producciones moleculares (Maturana 1973), que conduce a Maturana y Varela a formular el concepto de “autopoiesis como condición necesaria y suficiente para que un sistema sea vivo” (Maturana, Varela 1973).
La palabra autopoiesis viene de los vocablos griegos autos, que quiere decir sí mismos, y poiesis, que quiere decir producir. Al caracterizar a los seres vivos como sistemas autopoiéticos estamos diciendo que los seres vivos son sistemas que se producen a si mismos continuamente (Maturana 1999). La organización autopoiética significa simplemente procesos concatenados de una manera especifica tal que los procesos concatenados producen los componentes que constituyen y especifican al sistema como una unidad (Maturana 1973). Los sistemas o seres vivos son sistemas abiertos desde el punto de vista material y energético, y por ello están en continua transformación material con conservación de organización mientras conservan su identidad como tales (Maturana 1999). “Todo lo que les pasa a los seres vivos tiene que ver con ellos y no con otra cosa. Son sistemas autónomos, en los que su autonomía se da en su autorreferencia” (Maturana 1994: 29)
Maturana y Varela afirman que los sistemas vivos son máquinas autopoiéticas definidas por su organización en términos de relaciones entre sus componentes y no de las propiedades de los componentes (Maturana 1973). El que los seres vivos sean máquinas autopoieticas tiene las siguientes consecuencias:

1. Las máquinas autopoiéticas son autónomas.
2. Las máquinas autopoiéticas poseen individualidad.
3. Las máquinas autopoiéticas son definidas como unidades por, y solo por, su organización autopoiética.
4. Las máquinas autopoiéticas no tienen entradas ni salidas. Cualquier serie de cambios internos que se produzca está siempre subordinada a la conservación de la organización de la máquina, siendo esta condición definitoria de las máquinas autopoiéticas.

Los sistemas vivos son máquinas autopiéticas: transforman la materia en ellos mismos, de tal manera, que su producto es su propia organización (Maturana 1973). Todo ser vivo esta en correspondencia con su medio, conserva la condición de adaptación o acoplamiento estructural. Los seres vivos existen sólo mientras su organización y adaptación (realización de su nicho) se conservan (Maturana 1999).
Un sistema autopoiético es singular debido a que es producto de una historia general de interacciones en la que siempre ha conservado su producción de sí mismo (filogenia) y una historia particular de interacciones (ontogenia).
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El observador explica y el otro(a) define si es o no es una explicación.

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El observador explica la experiencia de vivir , no explica la realidad, no explica los hechos, explica siempre el vivir con el vivir. Y la operación de explicar consiste en contestar una pregunta que pide una explicación como respuesta. Es el otro quien define mi respuesta como una explicación o no según la acepte o no la acepte como tal (Maturana 1999).
Las respuestas explicativas siempre son proposiciones de procesos o mecanismos generativos que si se les dejase operar darían origen en el observador , como resultado de ese operar, a las experiencias por explicar (Maturana 1999) . Una explicación siempre es una proposición que reformula o recrea las observaciones de un fenómeno en un sistema de conceptos aceptables para un grupo de personas que comparten un criterio de validación (Maturana 1973: 14). Las explicaciones no lo son en sí y sólo tienen sentido en el ámbito de las relaciones humanas que coordinan. El devenir de las relaciones humanas depende del aceptar o no las explicaciones a las preguntas formuladas.

Dominios explicativos.

Los dominios explicativos son definidos por el criterio de validación usado por el observador (Maturana 1997) . “Cada dominio de explicaciones constituye un dominio de acciones […] que un observador considera […] legítimas […] porque las explicaciones que él o ella acepta en ese dominio. […] Cada dominio de explicaciones […] especifica un dominio cognitivo” (Maturana 1997: 29). El operar en un domino de explicaciones o en otro depende de las preferencias del observador que surgen de la emoción de aceptación o no de dicho dominio explicativo.
En el camino explicativo de la realidad entre paréntesis (Maturana 1997), la existencia es constituida con lo que el observador hace y esto tiene tres consecuencias fundamentales :

a. Cada configuración de operaciones de distinción específica un dominio de realidad.
b. Cada dominio de realidad constituye un dominio de explicaciones de la praxis del vivir del observador.
c. Todos los dominios de realidad son igualmente legítimos como dominios de existencia porque ellos surgen de la misma forma al ser generados a través de la aplicación de operaciones de distinción por el observador.

Dominios explicativos científicos.

El dominio de explicaciones científicas constituye un dominio central en nuestra cultura. En el vivir cotidiano explicamos nuestras experiencias de vivir usando otras experiencias del vivir , el criterio de validación es la experiencia que la aceptamos como válida.
En el dominio científico siguiendo el camino de las explicaciones de la realidad entre paréntesis, para que una explicación sea científica tiene que cumplir con cuatro condiciones (Maturana 1977):

1. Descripción de lo que debe hacer un observador para poder tener el fenómeno a explicar en su experiencia de vivir.
2. La proposición de un mecanismo generativo por el observador que producirá en él o ella la experiencia del fenómeno por explicar.
3. Deducción de otras coherencias operacionales a partir del mecanismo generativo que pueden ser experimentadas por el observador.
4. La experimentación por parte del observador de aquellas deducciones.

Cuando estas cuatro condiciones han sido satisfechas en la praxis del vivir del observador el mecanismo generativo se acepta como explicación científica de aquel fenómeno para el observador (Maturana 1994 1997).
“El fenómeno por explicar y el mecanismo generativo propuesto, son propuestos por el observador en el fluir de su praxis del vivir, y tal como le pasan a él o ella, los vive como experiencias que surgen en él o ella como viniendo de ninguna parte” (Maturana 1977: 37). Los seres humanos hacemos teorías (construcciones posibles en el lenguaje) para explicar nuestra experiencia de vivir y convivir. Maturana afirma si nos basamos en principios creamos teorías filosóficas y si nos basamos en la experiencia creamos teorías científicas. Una teoría científica cambia como consecuencia del cambio de la experiencia del observador la teoría filosófica no (2004).
Las explicaciones científicas tienen validez porque tienen que ver con las coherencias operacionales de la experiencia en el suceder del vivir del observador (Maturana 2001).

Ahora, la ciencia no es un cuerpo único, lo que hay de común es el criterio de validación que la persona que es científica usa para su explicar. Las distintas ciencias son clasificaciones de temáticas, de preguntas que las personas se han hecho, son tradiciones de preguntas y de modos de contestar las preguntas. Lo bueno de la ciencia es que se funda en el hacer explícito del criterio de validación de las explicaciones científicas.
En tanto uno se mueve en este espacio de criterio de validación de las explicaciones científicas uno puede pasar de donde quiera a donde quiera y hacer ciencia y seguir siendo científico. Lo que explicamos es siempre una experiencia y es el criterio que uno usa para aceptar o rechazar una proposición explicativa el que determina que esa proposición explicativa sea o no una explicación de la experiencia; la explicación la constituye la aceptación del observador . (Maturana 1992).

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Implicancias de los experimentos neurológicos en palomas y salamandras.

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A partir de aquí se inicia un proceso reflexivo del observador sobre toda la fenomenología que surge del vivir de un ser vivo y del vivir y convivir de un ser humano en el lenguaje . Los seres humanos somos una clase de seres vivos que vivimos en el lenguaje y exploramos nuestro mundo mediante preguntas que invitan a buscar explicaciones. Los experimentos neurológicos de Maturana y Sperry demuestran con sus experiencias que los seres vivos no tienen capacidad de distinguir en la experiencia entre ilusión y percepción (Maturana 1999). Dicha característica permite distinguir dos clases de explicaciones a preguntas formuladas por un observador que se sustentan en dos supuestos claves:

a) Supuesto 1 : Preguntas basadas en la existencia de la realidad como ente independiente del operar del observador .
b) Supuesto 2 : Preguntas basadas en la existencia de la realidad como consecuencia del operar del observador.

El supuesto uno entra en contradicción con los experimentos de Maturana y Sperry, pero es el supuesto que la cultura en que vivimos acepta y usa para explicar cualquier tipo de pregunta como ¿Qué es el conocer?. Dicha pregunta hecha por un observador que acepta implícitamente o explícitamente que el conocer pre-existe.

El segundo supuesto implica hacerse cargo de que como observador en mi observar genero la realidad que vivo y que como sistema vivo no puedo usar en mi explicar el referente externo porque mi incapacidad de indistinguibilidad me lo impide. Si se puede explicar la experiencia de vivir con otra experiencia de vivir del mismo observador (Maturana 1997) .
Maturana denomina a las explicaciones posibles de un observador caminos explicativos (1997). El primer supuesto corresponde al camino explicativo de la realidad sin paréntesis y el segundo supuesto al camino de la realidad entre paréntesis.
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El observador explica y el otro(a) define si es o no es una explicación.

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El observador explica la experiencia de vivir , no explica la realidad, no explica los hechos, explica siempre el vivir con el vivir. Y la operación de explicar consiste en contestar una pregunta que pide una explicación como respuesta. Es el otro quien define mi respuesta como una explicación o no según la acepte o no la acepte como tal (Maturana 1999).
Las respuestas explicativas siempre son proposiciones de procesos o mecanismos generativos que si se les dejase operar darían origen en el observador , como resultado de ese operar, a las experiencias por explicar (Maturana 1999) . Una explicación siempre es una proposición que reformula o recrea las observaciones de un fenómeno en un sistema de conceptos aceptables para un grupo de personas que comparten un criterio de validación (Maturana 1973: 14). Las explicaciones no lo son en sí y sólo tienen sentido en el ámbito de las relaciones humanas que coordinan. El devenir de las relaciones humanas depende del aceptar o no las explicaciones a las preguntas formuladas.
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El observador es lo primario los “hechos” lo secundario

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El observador es cualquier ser humano que, al operar en el lenguaje con otros seres humanos, participa con estos en la constitución de un dominio de acciones coordinadas como un dominio de distinciones, y puede, de este modo, generar descripciones y descripciones de descripciones (Maturana 1994). No puede hacer referencia a una realidad independiente de uno. El observador no puede en la experiencia distinguir entre ilusión y percepción porque tal distinción es a posterior (Maturana 1994).
Maturana afirma “ lo que pasa con la salamandra pasa con nosotros […] , somos seres constituidos con un sistema nervioso más grande que el de la salamandra , pero esencialmente igual “ (1999) . Maturana asume que sí es posible correlacionar el nombre del color con la fisiología del sistema óptico de la paloma o la salamandra porque el sistema nervioso es un sistema cerrado. La salamandra no tiene como distinguir en su experiencia visual entre gusano real y uno ilusorio, y nosotros tampoco. Tal distinción se hace con referencia a otra experiencia distinta de aquella calificada como ilusión o percepción (Maturana 1999). Es el observador el que distingue una experiencia de otra como ilusión o percepción. Nosotros como observadores en la experiencia no podemos distinguir entre ilusión y percepción, esta es una condición propia del observador como ser vivo válido también para un conjunto de observadores (Maturana 1999). El observador es el que configura en su vivir los diferentes dominios existenciales en que vive y convive y esto es posible porque el vivir humano se da en el lenguaje (Maturana 1999).
Todo lo dicho es dicho por un observador a otro observador que puede ser él mismo o ella(o). El observador opera desde una perspectiva descriptiva que lo deja externo a su circunstancia. El observador es el que distingue un ser vivo como una unidad compuesta que sólo puede existir bajo perturbaciones, caso contrario se desintegrará.
Es el observador el que hace descripciones de las distinciones que va generando en la recurrencia de las coordinaciones conductuales que conforman el dominio lingüístico (Maturana 1984). Todo ocurre en el campo de las coherencias operacionales del observador.
El problema en el explicar un fenómeno o experiencia nunca esta en la experiencia, porque ésta se vive en el hacer en el momento en que se señala el hacer que la constituye. Lo que se hace pasa (Maturana 2001).
El observador es el que describe la experiencia a explicar usando el lenguaje. Yel lenguaje se constituye cuando se incorpora al vivir, como modo de vivir, como un fluir de coordinaciones conductuales de coordinaciones conductuales que surgen en la convivencia como resultado de ella (Maturana 2001). El observador ve que la conducta de un organismo (con su sistema nervioso incluido) está determinada en cada instante por su estructura, y que sólo puede ser adecuada al medio si esta estructura es congruente con la estructura del medio y su dinámica de cambio (Maturana 1996b). Lo que un observador ve como estímulo es lo que él considera que interactúa con el sistema nervioso o el organismo (Maturana 1996b). El observador siempre explica la experiencia de vivir con otras experiencias del vivir para lo cual hace uso de descripciones solo posibles en el lenguaje.
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