BRUNO, BÉLGICA Y UNA CANCIÓN (I)

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Camino presuroso por la Mercaderes, debo ser puntual, seguro que él lo será. Llego a la hora pero luego de pasar la mirada por los alrededores me doy cuenta de que no está ahí, entonces decido sentarme en las ya gélidas gradas de la Catedral. Suena mi celular, es un mensaje: “Estoy en Salaverry, nos vemos pronto”. Concluyo que después de estar en Perú casi un año se ha acostumbrado a llegar 10 o 15 minutos más tarde de la hora pactada, pero que aún lo persigue el remordimiento del valor de la puntualidad y por eso el motivo de su mensaje. Supongo que pensó que como todo peruano llegaría tarde y yo tuve el pensamiento opuesto con respecto a él. Así que me puse a observar qué pasaba a mi alrededor mientras esperaba.
Dos veladas con poco público, me concentro en la de los estudiantes de Derecho y al verlos me pregunto si creen que con una decena de personas llamarán la atención. ¿Figuretismo político o poco poder de convocatoria? Me pregunto esto cuando una joven que está a mi costado me dice indignada que en su escuela pasó lo mismo y nadie protestó, ella cree que toda la Universidad debería apoyar la medida y mi dilema ahora se convierte en un trilema. Pero luego de discutir por un momento llegamos a la conclusión de que la politiquería nunca falta, no se sabe conseguir el apoyo de otras facultades y además los estudiantes hemos perdido la capacidad de indignarnos. Ya cuando estaba muy concentrado conversando con Yesenia llega Bruno, entonces le presento a mi compañera indignada y luego de conversar juntos por un momento nos despedimos.
Bruno es un estudiante belga que vino a Perú a estudiar un semestre en la PUCP y llegó hasta Arequipa para hacer su tesis sobre la economía solidaria. La frecuencia con la que visitaba a las Mujeres Ecosolidarias, las conversaciones sobre su tesis y sobre la PUCP hizo que me ganara su confianza y seguro que yo la de él, por lo que me hizo una entrevista para saber más sobre el grupo de mujeres con las que trabajaba y luego quedamos en seguir hablando en otro lugar y con más tiempo, de paso que yo le hablaba de mi interés por conocer Europa y su extraño país.
De la catedral nos fuimos por toda la San Francisco conversando sobre su estancia en Lima y Arequipa, luego volteamos por la calle Zela hasta la altura del Bistró, en ese momento pensé que tratándose de un francófono podría estar a gusto en ese lugar. Antes de sugerirle que fuéramos ahí, me sorprendió con su pregunta ¿estaría bien en aquel lugar? Sí, claro justamente te iba a sugerir ese lugar, le respondí.
Me quise poner muy europeo y ya adentro me pido una Heineken, pero Bruno más bien dice que “la Heineken la puedo tomar en Bélgica y me quedan pocos días en Perú así que me tomaré una Cusqueña”. Me comenta que Bélgica es el país europeo, después de Alemania e Irlanda, donde más se consume cerveza por habitante, que el norte de Europa es más cervecero y el sur (España, Francia e Italia) vinero, que la tradición del consumo de cerveza viene desde los vikingos que disfrutaban mucho de esa bebida… (continuará)

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