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RECORDANDO AL VERDADERO KURT

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Hay vidas que te motivan, otras que te intrigan, algunas que te inspiran, algunas otras con las que te sientes identificado. Así también, hay las que desprecias y las que te parecen patéticas; pero son pocas las que te producen todo lo anterior junto. Eso sucedió cuando en el 2007 descubrí más de la vida de Kurt Cobain.
“Envidio a la gente que es feliz con las cosas pequeñas, es gente que no se enfrenta a los problemas del conocimiento. Conozco muchos que son así. Son tan simples que disfrutan de la vida y son felices viendo deporte por la tele y tomándose una cerveza de vez en cuando. Siempre me he sentido muy complicado y por eso los envidio, no estoy diciendo que sea más listo que los demás, sólo que soy mas sensible. Me gustaría disfrutar de las cosas sencillas de la vida”
Era un tipo que valoraba las cosas sencillas de la vida pero nunca pudo vivir de esa forma. Pensaba mucho en las consecuencias de los hechos, analizaba todo y por eso se deprimía sabiendo como eran las cosas.
“¿Cuándo mierda mis padres se divorciaron? ¿Qué está sucediendo? también los padres de mis amigos se están divorciando. No está bien. De alguna forma, el modo en que nuestros padres fueron criados no era el que se suponía. De cierto modo las cagaron. Han estado viviendo en un mundo de fantasía”
La relación con sus padres no fue buena y Kurt no los estimaba mucho. Le afectó mucho la separación de ambos, de hecho nunca lo superó y principalmente sintió la ausencia de su padre.
“Sólo quería que supiera que ya no tengo nada en su contra. Que no quiero hablar con él porque no tengo nada que compartir. Realmente nunca sentí que tuviera un padre”
Y por eso quiso ser un buen padre, no quería repetir los errores de los suyos. Le aterraba la idea de no ser un buen ejemplo para su hija y le indignaba que los niños tuvieran que pagar las consecuencias de la separación de los padres, como pasó con él.
“Sobre todo es triste que dos personas no puedan, si han decidido casarse y tener hijos, llevarse bien. Me sorprende que la gente que piensa estar enamorada ni siquiera pretenda tener la suficiente cortesía por los niños, como para hablarse en forma civilizada cuando deben verse durante las visitas”
Era muy humano y sensible, pero a la vez rencoroso y quizá por eso tan propenso a inferir imprecaciones contra los periodistas, sobre todo cuando estos se referían a su familia.
“No disfruto que la gente joda con mi familia. Les voy a sacar la mierda a estos imbéciles. No vacilaré. A todos, me vengaría de la gente que me ha jodido. Siempre he sido capaz de hacerlo. Son los seres vivientes más despreciables en la faz de la tierra. Periodistas”
Detestaba a los periodistas, sentía el acoso de ellos en su matrimonio y en su carrera musical, además despreciaba la fama y la presión que los medios ejercían sobre él.
“El momento más excitante para una banda es justo antes de ser famosa. Cada vez que recuerdo los buenos tiempos, es justo antes de que saliera Nevermind”
Nevermind fue justamente el álbum de Nirvana que lo llevó a la fama y a la fortuna. Sus mejores canciones están contenidas en ese álbum, Smells like teen spirit y Come as you are. Lo que vino después fue mucha popularidad y a la vez mucha presión por la expectativa que traía como líder de la banda. Por eso me parece importante distinguir entre Kurt, el artista, el que amaba la música, de una voz inconfundible, el de las letras misteriosas y Kurt, el drogadicto autodestructivo, que tuvo una niñez complicada y una adolescencia incomprendida.
“No tenía muchas ambiciones a los ojos de mis padres. Aunque sí las tenía. Estaba muy metido en la música y desesperado por comenzar una banda. Simplemente no veían, para nada, que hubiera algo relevante”
Era callado y muy reservado. Es cierto que tenía una personalidad muy extraña, era algo conflictivo y decía que odiaba a todo el mundo porque los creía raros y superficiales. Le molestaba que todos fueran tan iguales y a él lo vieran como raro.
“Odiaba tanto a la gente porque no vivían de acuerdo a mis expectativas y simplemente estaba aburrido de rodearme, todo el tiempo, con el mismo tipo de idiota. Digo, todos eran una copia a carbón del otro… Quería encajar en algún lado pero no con el chico promedio, no con el chico popular. Quería encajar con los raros, pero ellos eran tan raros”
Pero en sus últimos días eso fue cambiando y empezó a reconocerse como miembro de una misma generación perdida.
“Mucha gente piensa que si las miro y no sonrío quiere decir que estoy enojado. Usualmente me divierto. Ya casi no me deprimo, ya no odio tanto a la gente, sabes. Les tengo un poco de afecto o al menos dejo en el pasado la superficialidad de su personalidad y pienso en ellas como personas reales. Tuvieron una niñez arruinada, el mismo ambiente los hizo ser de esa forma”
Victima e ícono de esa generación perdida, la generación X, intenta buscar el nirvana para su vida, pero las drogas pudieron más que él y fue más fuerte su pulsión de muerte que el amor por la vida.
Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión. Y recuerden que es mejor quemarse que apagarse lentamente
De esta forma terminaba la carta de suicidio de Kurt Cobain y esto no debe ser una invitación a quemar nuestras vidas, sino a evitar que se apaguen lentamente, a hacer lo que queremos ser y a apreciar la vida como una oportunidad para lograrlo.
Kurt Cobain volvió a ser recordado estas últimas semanas, yo quise hacerlo a mi manera. Un gran personaje, un excelente músico; un acto estúpido y un talento desperdiciado.
Me voy con esto último.
“Las máquinas virtuales te drogarán. La tecnología será así de buena. Y entonces habrá drogadictos virtuales que encontrarán su muerte en el sofá debido a una sobredosis”
¡Soy muy joven para morir! Adiós.
Nota: A excepción de la primera y la penúltima cita, todas fueron tomadas del documental “Kurt Cobain: About a son

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RESPUESTA A UNOS COMENTARIOS

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Después de un mes me vengo a enterar por un amigo de que el post “A propósito de la llegada de Rosario” tenía algunos comentarios en la red, que por cierto no fueron nada cordiales sino más bien furibundos. Aquí va la respuesta a esos comentarios escritos por Miguel Sartori en el blog El Crimen Perfecto.
En primer lugar a Miguel Sartori le digo que el objetivo de ese trabajo fue analizar el caso Ciro Castillo a partir de algunos conceptos sociales como el género, la cultura popular y la influencia de los medios de comunicación en el imaginario colectivo. Si tuve la intención de “hacerme diferente” como él dice, fue analizando un caso real mediante un análisis social del mismo, más no buscando la “oposición a la tendencia mayoritaria” ni defendiendo o exculpando a alguien de un crimen. Eso finalmente lo determinarán los fiscales que ven el caso porque yo no conocía ni conozco a cabalidad los argumentos de las partes para tomar una postura.
Lo que me impresionó del caso fue la inmediata identificación del público con la víctima de la familia Castillo Rojo y la condena hacia la figura de Rosario sin un mayor conocimiento del caso, por simple intuición. Si este señor conoce bien el caso y le parece que Rosario es culpable, respeto su opinión, pero no podría decir siquiera si discrepo con él o comparto su veredicto, porque para mí lo importante en el estudio que hice no era descubrir si Rosario era culpable o inocente, sino indagar cómo la pérdida de un muchacho pudo alcanzar tal relevancia mediática y cómo su búsqueda se convirtió en un fenómeno de masas que llegó al punto que se propusiera su santificación y se pidiera la cabeza de su acompañante.
Coincido con este señor en que “es obvio que Rosario por lo menos ha callado parte de lo que debió contarle a la justicia” pero no necesariamente en que por ese silencio que guarda “de contarlo a tiempo, le hubiera ahorrado a la familia del muerto tanta pena y sufrimiento, al Estado los ingentes recursos que está invirtiendo en la investigación del caso y a ella misma la repulsa popular”. Si queremos encontrar un verdadero culpable de esos cuestionamientos debemos buscarlos más en los medios de comunicación sensacionalistas y en la poca educación y cordura de los peruanos para afrontar estos casos.
En el segundo comentario que hace Miguel Sartori sobre Ciro Castillo padre, dice que fue un hombre que “empleó todos los medios a su alcance… con la finalidad de lograr su primer objetivo (y el principal) que era encontrar el cadáver de su hijo. Y hoy con todo derecho, está insistiendo en conocer las verdaderas causas de esa muerte”. Sin duda alguna respeto el dolor y entiendo las reacciones de un padre que busca desesperadamente a su hijo, pero genera un impacto diferente para la sociedad una reacción como la del padre de Ciro Castillo y otra la del padre de Walter Oyarce, por poner un ejemplo. Pienso que este último actuó con mayor sabiduría y discreción que el primero. En la carta que escribió a su hijo después de su muerte decía “La muerte de mi hijo solo tendrá valor si sirve para detener, de una vez por todas, esta violencia absurda con la que vivimos… Mal hacen quienes amándolos (a los asesinos) los encubren, pues así los condenan con las cadenas más pesadas que tiene un hombre, las cadenas de su conciencia y el desprecio colectivo… Claro que exigiré justicia, pero es una meta inicial, pues mi hijo me ha trazado metas más grandes. En ello buscaré el consuelo de esta irreparable pérdida” Los dos son grandes padres, la diferencia no es el fondo sino la forma.
El enlace para leer los comentarios de los que hablo, es el siguiente:
http://elcrimenperfecto.wordpress.com/2012/05/10/a-proposito-de-la-llegada-de-rosario/

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BRUNO, BÉLGICA Y UNA CANCIÓN (II)

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Me intereso más sobre su país y le pregunto por esa herencia que yo considero anacrónica e impropia de países desarrollados, la monarquía. Me dice que el castillo del rey puede ser visto como un “museo” en donde sus habitantes se confunden con las otras “piezas de museo” que habitan ahí. Si bien tiene ciertos privilegios, su poder real no interfiere en el rumbo del país y es valorado más bien por su valor histórico y el sentido de unidad que a veces le da a un país dividido tan dividido como Bélgica. Me dice que si no hubiera rey las cosas seguirían con normalidad, no cambiaría mucho la situación política de su país y por eso ya casi nadie se ocupa de si debe seguir existiendo o no un rey. Al comienzo le dije a Bruno que ni siquiera acá en Perú nos imaginamos ser gobernados por un rey, pero ya después de escucharlo hablar de su monarquía me pareció hasta divertido que los peruanos tuviéramos un rey en algún momento.
Para Bruno, si bien la monarquía no es un problema político, la división del país en dos grandes regiones, Valonia y Flandes, sí lo es. Él es valón y tiene muchos amigos flamencos, pero dice que sus políticos siempre están peleándose por el problema lingüístico y de privilegios que a él le parecen intrascendentes. Los políticos flamencos, dice Bruno, siempre sacan a relucir sus diferencias, como que ellos son la población mayoritaria o los que económicamente aportan más al país y tienen que mantener a la región francófona menos productiva; otras diferencias más históricas, como que los generales valones durante la segunda guerra mundial enviaron a los soldados flamencos como carne de cañón pues no entendían correctamente las órdenes dadas en francés. Sin embargo, en la vida cotidiana los belgas viven más en armonía y cada vez hay una mayor interrelación entre una región y otra. La población, sobre todo los jóvenes, han superado la dificultad de tener que aprender uno y otro idioma, generalmente comunicándose en inglés.
Bruno tiene una hipótesis sobre el Perú, las diferencias geográficas acentúan las diferencias sociales. Él me explica que Bélgica tiene profundas desigualdades culturales, pero su territorio llano, la cercanía de sus provincias y un mejor transporte hace que los belgas aprendan a conocerse y entenderse mejor que en nuestro país, además sus comunidades están bien representadas en lo político y nadie se siente excluido, aunque sí diferentes.
Bélgica pasó casi dos años sin gobierno, algo que me parecía sorprendente al comienzo. ¿Y como funcionó el país durante ese tiempo? le dije y me respondió Bien, las instituciones funcionaron normalmente, sólo que no hubo políticas a largo plazo, algo inconcebible en el Perú en donde las instituciones no funcionan ni con un gobierno instituido. Luego me dijo, con una sonrisa en los labios, que el actual primer ministro era “socialista y gay”. En Perú cualquiera pensaría al instante que lo de socialista y gay fue un insulto, pero con la tranquilidad con la que me lo dijo y por lo que conozco de la política europea supe que con socialista hacía referencia a los socialdemócratas europeos y con lo de gay a lo avanzado que está su país en el tema de derechos. Al final ya no supe que era lo más sorprendente, si estar dos años sin gobierno o que tengan un primer ministro confesamente homosexual.
Bruno tiene ascendencia italiana y se le nota en ese aire de soldado romano en reposo que ostenta; tiene el porte y la firmeza de ese soldado, pero en su amabilidad y educación deja entrever a ese europeo cosmopolita, aventurero y con una alta sensibilidad por los problemas sociales. Terminamos hablando de cine y de música, de los hermanos Deerdenne y de Amelie, pero también de música y sobre todo de una canción de un compatriota suyo que nos gustaba mucho a los dos, hablamos de lo original del video y del recuerdo que nos traía a la mente la letra.
De regreso a casa seguía tarareando la canción de Gotye y de pronto me vino a la mente la salida con los suecos que también conocí ese fin de semana y lo bien que me lleve con todos, entonces me dije que quizá esa canción no sólo tenga un ritmo melodioso, o el recuerdo de un amor pasado, sino que el título podría describir con precisión lo que sentí ese fin de semana, que un europeo siempre será Somebody that i used to know.

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