El año 2012 es un tema de discusión a lo largo del mundo. Hay una anticipación a un cambio colosal, ambos para mejor y para peor en todos lados. ¿Será el 2012 la señal del fin del mundo tal como lo conocemos ahora? ¿De aquí a tres años seremos testigos de un gran derramamiento de sangre, pandemias y algún tipo de inundación global que volverá a la Tierra? Estas son las preguntas que uno se encuentra a menudo en estos días. ¿O es que el año presenta una posibilidad de evolucionar y emerger a una nueva era, una era de paz y armonía? ¿Cuál es la situación de la especie humana en los años a venir?
Las civilizaciones más antiguas han descrito los cambios que suceden en el mundo como los ritmos naturales del Universo. Estos son simbolizados como los cuatro ciclos. El arribo de un nuevo ciclo simboliza el surgimiento de una nueva percepción. Cada una de estas eras simboliza una cultura predominante y un estado de consciencia. Ellas reflejan el entendimiento y la relación entre la materia y la consciencia. El primer ciclo es la era de unidad. La brecha entre consciencia y materia no existe. El segundo ciclo es un tiempo donde la percepción de la unidad fundamental de toda la vida comienza a deteriorarse, sin embargo, la percepción es de interconexión, la consciencia influencia la materia y la materia también puede influenciar a la consciencia. En el tercer ciclo, la consciencia se considera superior a la materia y por ende capaz de influenciar a la materia. La distancia se ha profundizado. El último ciclo, la materia se percibe como vacía de vida y es un juguete en manos de la consciencia, siendo simbolizada por el hombre. Se supone que la brecha fundamental entre materia y consciencia es reflejada en todos los ámbitos de la vida: nuestra ciencia, nuestro arte, nuestros valores, nuestra religión, nuestro concepto de lo profano y lo sagrado, nuestra relación con los demás, nuestra relación con la naturaleza y en última instancia nuestra relación con nosotros mismos. Se supone que cada ciclo naturalmente desencadena en el siguiente. Y de acuerdo a los antiguos, este es uno dentro de los innumerables ciclos que han sucedido anteriormente. El cambio de un ciclo a otro es ilustrado por una historia. Esto sucedió en el ciclo previo. Cuando un granjero le vendió sus tierras a su vecino y un día, por fortuna, él encontró un parte de oro en la tierra. El vecino fue a ver al dueño original de las tierras y le ofreció la parte de oro diciendo “Yo he comprado tus tierras pero no la parte de oro, por favor toma el oro, es tuyo no mío”. El primer granjero se rehusó a aceptar el oro de él. Ambos lucharon por la cuestión y finalmente el asunto fue llevado a la notificación del emperador. Escuchando el caso, el emperador estaba perplejo y convocado asistió a la corte pocos días después. Una semana más tarde los granjeros se acercaron al emperador pero esta vez con un nuevo conflicto. Sorprendentemente, el granjero que había vendido las tierras ahora dijo “Yo solo he vendido las tierras, no el oro contenido en ellas, devuélveme mi parte de oro”. El vecino ahora estaba furiosamente en descuerdo con él y dijo “cuando yo compré las tierras también compré todo lo que estaba contenido en ellas, no voy a ceder una parte”. Incapaz de encontrar una solución el emperador le presentó el asunto al Señor Krishna. Cuando el Señor Krishna escuchó la historia el declaró “ha llegado”. El nuevo ciclo había surgido. Un problema que nunca existió una semana atrás fue creado con el cambio de ciclo que a su vez produjo un cambio en la percepción. Una percepción que era dramáticamente opuesta a la que existía en el ciclo anterior. Estamos viviendo en tiempos trascendentales. Estamos siendo testigos del surgimiento de un nuevo ciclo. El año 1989 marca el primer surgimiento de esta nueva época llamada “Era de Unidad”. Luego de un período de 23 años la era presente da lugar a la era de unidad para finales del 2012, cuya presencia se sentirá en el 2035. El cambio se está acelerando todo a nuestro alrededor en cada esfera de la existencia humana, ya sea educación, política, transportes, ciencia y medicina. ¿A dónde vamos? ¿Cuál es la dirección?
Estamos acelerando hacia un nuevo mundo, un mundo que esta fundado no en división y separación, pero en la unidad de todas las cosas. Unidad entre materia y consciencia, entre hombre y hombre, entre el hombre y dios, entre el hombre y la naturaleza. Estamos siendo testigos del nacimiento de una nueva civilización, una nueva percepción y por debajo de todo hay una nueva llama de consciencia. Recuerda, un cambio en la percepción trae un cambio en la manera de sentir, que trae un cambio en la consciencia. La consciencia impacta tu experiencia de la vida que subsecuentemente crea un cambio en el destino. Leer más