Pensando al respecto recordé una frase simpática: “Lo verdaderamente importante no es cuánto tienes si no cuanto te hace falta (para ser feliz)”. Es curioso que se diga que los seres más felices de la Tierra son los monjes budistas. Si fuera posible cuantificar de alguna manera la felicidad ellos se llevarían el primer puesto y de lejos. Y entre ellos se ha ubicado al considerado el hombre “más feliz del planeta”, el fránces Matthiue Ricard. El problema claro esta es que tenemos que comer, lavarnos, sentirnos bien y para lograr muchas de estas cosas necesitamos dinero y empezamos una carrera por el dinero que a veces no tiene cuando acabar.
Entiendo que es difícil. Hace poco conocí a un chico que siempre perseguía vertirse con ropa de marca, ir a los mejores restaurantes o discotecas sin importar cuánto gastara. Y si no podía ir o el lugar no estaba a su nivel entonces desistía y no iba. Y no lo criticaba por su soberbia o engreimiento. Pensaba que en el fondo el buscaba algún tipo de compensación a travéz del “status”. Pensaba que necesitaba ese reconocimiento de la gente o rodearse de personas importantes para sentirse parte del grupo “élite”. Me preguntaba que carencia era la que trataba de llenar y si lo lograría. Imagino que si el llega a leer este post se va a escandalizar pero bueno la idea es reflexionar un poco sobre nuestra visión de las cosas.
Continuará, Renzo