A España sin Escalas (Parte 5)

Profe ya me dieron la Visa. Ok Sr. Gutierrez, ahora programare su pasaje para el 9 de Junio. Listo profe. No se olvide de venir a recoger los gorros. Ok profe, estaré en su casa el sábado en la tarde. Por cierto que paso con el che. Lo que pasa es que al che le negaron la visa porque él era turista aquí en el Perú y como turista no podía gestionar una visa de trabajo. Uy que pena. Más bien, tú tendrías alguna dificultad para viajar el 27. No profe imposible, en el trabajo me matan. Lo que pasa es que tengo que conseguir a alguien para que tome el asiento del che en el avión y no perder el pasaje. Lo que pasa profe es que tengo que trabajar hasta fin de mes y no podría. Bueno, bueno, entonces para el 9. Listo profe. No te olvides de venir a recoger las gorras ok, ya estaré enviando los pasajes por email. Listo profe, gracias por todo. Después de almorzar salí raudo a la casa del profe, sabía que no le gustaba la impuntualidad. Alo, con el profesor Hermoza. Si, soy yo, ¿de parte? Soy Renzo del curso de salvavidas. Pasa adelante por la primera escalera. Subí al segundo piso y me encontré cara a cara con el famoso profesor Hermoza. Toma asiento hijo, ¿Tú eres? Ah, sí verdad, bueno creo que tenías pendiente el pago de un polo. No profe, cómo cree, el polo lo devolví ese mismo día. Bueno, bueno, a ver tu visa, ok, ok, todo bien entonces. Bueno profe, no podía ser de otra manera. Mira aquí tienes los gorros, no olvides entregarlo a la empresa y te voy a anotar para el 9. Gracias profe. Le di la mano y me fui por donde vine pensando en muchas cosas. La verdad aún no me lo creía del todo, tal vez cuando me siente en el avión tome conciencia de toda esta aventura. Sra. Margarita, antes que siga quería decirle que a fin de mes estoy viajando a España a trabajar como salvavidas. Oh! No tú no te puedes ir… Y aquí estaba yo en el aeropuerto, haciendo el checking de mis maletas, pagando el impuesto de salida, esperando en el gate la salida del avión, buscando mi asiento, pensando. Había llevado un libro para ir leyendo en el camino y apenas lo abrí. Hola, ¿De donde éres? De Perú. Ah mira qué casualidad yo también soy peruano pero vivo en España hace 3 años. ¿Qué tal el país? Pues no es tan malo, tienes que aprender algunas palabras nuevas, por ejemplo: portátil, natilla, móvil, socorrista acuático, etc. Y así durante 12 larguísimas horas, apenas interrumpido por el almuerzo y el desayuno. Mis amigos estaban repartidos por todo el avión y lamentaba no tener a alguno de ellos al lado. A pesar de todo el viaje paso relativamente rápido y tengo que reconocer que el mundo no parece tan grande desde el aire. Llegar a Madrid fue dar una rápida mirada por los aires, pasear un poco por el aeropuerto y buscar el gate de salida de nuestro próximo avión. El trasbordo tenía que hacerse rápido para llegar a Barcelona a tiempo en donde nos recogerían personal de la empresa Calamar Salvament. Aquí empezaron a mezclarse mis ideas porque pensaba ingenuamente que la empresa para la que trabajaría era Sport Salvament pero surgió en el camino esta otra que resultaría ser del mismo dueño, un tal Albert a quién espero conocer algún día. Felizmente nos ubicamos rápido y tomamos sin prisas el avión a Bcn. Ahí nos esperaban dos socorristas que nos dieron las primeras indicaciones y nosotros los ametrallamos a preguntas. ¿De dónde son? ¿A dónde vamos ahora? ¿Cuándo empezaremos a trabajar? ¿Dónde vamos a vivir? ¿Cómo vamos a vivir? ¿Se puede conseguir otro trabajo? ¿Cómo te llamas? ¿Dónde vamos a trabajar? ¿Conoces a Pablo? ¿Cuánto tiempo vienes trabajando en la empresa? ¿Y ya tienes residencia? ¿Se siente la crisis? Y muchas otras preguntas que quedaron en el tintero. En grupos separados nos llevaron a las oficinas de Sport Salvament que quedan en Vila Seca uno de los ayuntamientos de Tarragona. Por afuera sus oficinas parecían un gran almacén y en parte lo eran pero por dentro estaban bien equipadas y había mucho personal trabajando. Aquí empezó un largo suplicio que duró 10 horas y es que nadie nos podía dar razón de a dónde íbamos a ir a trabajar o incluso donde podíamos descansar después de una viaje tan agotador. Ahora que lo veo todo en retrospectiva entiendo muchas más cosas, por ejemplo el trato preferencial que tuvieron los argentinos que iban llegando o el mutis por parte del personal administrativo de la empresa. El punto era que el encargado general era un argentino muy arisco llamado Pablo y que no soltaba prenda hasta el último momento. En parte debido a ello nos vimos obligados a esperar en una sala amplia donde de vez en cuando llegaba una señorita que nos pedía nuestros documentos y nos hacía firmar varias formas. Dicha señorita se llamaba Laura y vaya que dejo huella en uno de mis amigos que tuvo con ella el primero de muchos amores platónicos en tierras europeas. Pero la espera no terminaba y el jet lag empezó a hacer mella en nosotros que queríamos mantenernos despiertos para equipararnos con el horario europeo. Sin embargo en cierto momento me quede dormido en una silla muy cómoda. Para mi mala suerte empezó una reunión y yo empecé a roncar. Claro que nadie me paso la voz o me despertó, signo notable de cómo serían las cosas más adelante. Nos cruzamos luego con un grupo de ecuatorianos que nos dijeron como serían más o menos las cosas y luego con un grupo de Rumanos que se fueron pronto. Nos sugirieron a muchos de nosotros que si tuviésemos un sitio para ir que nos vayamos ya o si no que esperemos. Algunos se fueron de inmediato porque tenían familiares pero nosotros seguimos esperando. Al cabo cuando ya era bastante tarde y teníamos mucha hambre también nos comunicaron que nos llevarían a un camping.

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