Hace pocos días recibí un simpático tríptico de Scotiabank en el que se promocionaba con bombos y platillos su Clubsueldo que no es otra cosa más que un programa de beneficios para quienes como yo se animasen a trasladar su Cuenta Pago de Haberes al Scotiabank. Vi que los beneficios que ofrecían eran bastante atractivos y me animé a preguntar que debía hacer para inscribirme. La señorita que me atendió me dijo que lo primero que debía hacer era ir a mi empresa y pedir una carta solicitando la apertura de mi cuenta de haberes en el Scotiabank. Me pareció un pedido razonable así que enrrumbe a mi empresa y converse con la Jefa de RRHH y le pedí la dichosa carta. Sin embargo para mi decepción mi colaboradora me informaría que ninguna de las empresas del grupo emitía cartas de ese tipo y menos para Scotiabank porque hasta el momento no podíamos operar con ellos. En el interín me enteré que, a pesar de reiterados correos y llamados al sectorista de Scotiabank designado para las empresas de nuestro grupo, hasta el momento no nos habían atendido. Y no solo no se había instalado el programa del sistema Scotiabank para realizar las pruebas o la capacitación correspondiente. El punto es que ni siquiera nos había enviado los costos de utilizar sus herramientas informáticas y poder depositar el pago de nuestras planillas a través de su sistema (!) y por tal motivo no podíamos evaluar si nos convenía o no. De por si me parece increíble que Scotiabank tenga en su personal a gente tan desganada para atender o ganar clientes.

Pero bueno intente ser proactivo y llame al número de Scotiabank que figuraba en mi tarjeta de crédito para ponerme en contacto con nuestro sectorista y ver si se podía hacer algo. Para mi suerte la persona que me contesto (que no era mi sectorista) me dijo que si quería podía realizar dicho trámite por teléfono. Nueva sorpresa aunque en esta ocasión agradable por lo que lo único que tenía que hacer era ir a cualquier agencia del Scotiabank, solicitar una tarjeta de débito y luego afiliar mi cuenta de haberes, que supuestamente ya estaría creada, a mi tarjeta de débito. Pan comido pensé. Me acerqué hoy temprano a una de las agencias del Scotiabank que queda muy cerca al cruce de Angamos con República de Panamá. Vi que tres de los trabajadores de plataforma se encontraban en una amena reunión en una de las salitas. Espere un poco para no incomodar y en eso un tipo moreno me pregunta si deseaba algo. Le digo que tenía interés en sacar una tarjeta de débito para poder afiliarla a mi cuenta de haberes. Me dice que la sectorista se encontraba en la hora de refrigerio y que no podían hacer nada. Es decir, tres personas supuestamente preparadas y contratadas por el Scotiabank para atender a sus clientes, que en ese momento no estaban haciendo nada excepto conversar entre ellos, no podían ayudarme a sacar una tarjeta de débito. Agregó que, si deseaba, podía ir a la agencia de Benavides. Yo lo mire resignado y menee la cabeza negativamente antes de salir disparado hacia mi trabajo. No puedo venir a otra hora porque justo también almuerzo en este horario.

Pero así las cosas respire profundo e intenté concentrarme. Pensé que tal vez en un futuro cercano las personas que atiendan mejor las llamadas de Scotiabank no se demoren más de media hora en contestar un teléfono. Pensé que tal vez en un futuro si alguien de plataforma se va a almorzar deje un reemplazo en su lugar. Pensé que tal vez en un futuro cuando te contesten la llamada la persona que te atienda no te transfiera a otro anexo que demore también media hora en contestar. Pensé que tal vez en un futuro el Scotiabank capacité mejor a su personal para ganar clientes, atenderlos mejor y no hacerles perder el tiempo.