Acerca del documental, Manuel Huerga nos dice lo siguiente :
“La fuerza de este documental se basa principalmente en la intensidad y convicción con la que Jorge Drexler se entrega a su papel de demiurgo con su personal estilo musical y vital. Su triple condición de médico, poeta y compositor le permite celebrar unas contagiosas ceremonias de belleza y emoción ante un público entregado desde el primer momento y que sale de los conciertos con una sonrisa de oreja a oreja, tocados sin duda por un evidente estado de gracia. Así son de mágicos sus conciertos y así es de mágico también el documental que le ha seguido durante una mini gira por localidades próximas a Barcelona. Viladecans, Hospitalet, El Prat de Llobregat, Gavà, Santa Coloma, Sabadell y Torelló han sido las poblaciones afortunadas de presenciar un formato profundamente íntimo, abierto de repertorio a todas sus canciones, a aquellas que el público desea escuchar, a las que Jorge hacía tiempo que no cantaba y por supuesto, a las novedades. En los conciertos se pueden escuchar sonidos sampleados en la calle aquella misma tarde, el de los aviones, los skaters de la plaza, las campanas de iglesia o los trinos de la Banda Municipal del Prat de Llobregat, a la que Jorge invitó al día siguiente para acompañarle en vivo durante la interpretación del tema “Dance” de Marlango. Y aunque siempre puede ocurrir de todo, lo que siempre ocurre es que el público acaba cantando sus canciones, no como fans histéricos sino como el mejor coro del mundo, abrazados en la comunión de la música y de los sentidos.
Pero su voz no se apaga a la salida de los teatros. En la calle, en el metro, en la carretera o en el hotel, su incontinencia creadora le arrastra hacia valientes –o inconscientes– aventuras de improvisación con todo aquél que se cruza por su camino. Este torrente de energía desbocada convierte al azar en el guionista principal de la película. Día y noche, dentro y fuera, la cámara sigue y persigue el viaje de este uruguayo afincado en Madrid por las calles de la Barcelona que no hace muchos años le acogía como músico callejero. Entre mate y mate, pero con un Óscar bajo el brazo, Jorge Drexler se nos muestra en el instante preciso en el que la creación se manifiesta en estado puro”
Genial, Renzo