Escrito por Gianfranco Baldeón
Probablemente, una de las palabras más usadas por los universitarios sea “estrés”. Esto quizás se explique porque, en el país, en los últimos años, varios estudios han encontrado la presencia relativa del estrés en numerosos estudiantes universitarios (Damian, 2016). Por este motivo, se puede afirmar que gran parte de ellos ha experimentado estrés alguna vez en su vida universitaria. Sin embargo, el uso de la palabra “estrés” en el contexto universitario no implica que todos lo entendamos de la misma forma. Algunas personas lo pueden entender como “estar mentalmente saturado”, mientras que otras como “una sobrecarga de actividades”.
Por ello, en la comunidad científica, algunos investigadores han tratado de encontrar un consenso en la forma de cómo comprender y estudiar al estrés. Así, se creó el concepto de “estrés académico”, entendido como un desequilibrio entre las cargas académicas y la percepción de las capacidades de una persona para cumplir con tales demandas (Khan, Altaf y Kausar, 2013). Pero los universitarios no sólo son estudiantes, también son amigos/as, hijos/as, enamorados/as, por lo que su estrés general no solo se reduce al académico-universitario. Más aún, algunos estudiantes también trabajan y su estrés general puede incrementarse por ello.
Si bien sabemos que nos podemos estresar por diversas razones, ¿sabemos qué consecuencias tiene el estrés en nuestro organismo? Investigadores pakistaníes señalan que el estrés está asociado a problemas psicológicos como la presencia de síntomas ansiosos y depresivos en las personas (Khan, Altaf y Kausar, 2013). Esta misma investigación encontró que los altos niveles de estrés percibido tienen un impacto negativo en el rendimiento académico, lo cual es explicado por factores asociados a la universidad (p.e. un diseño del semestre que implica poco tiempo para terminar tareas académicas) y a los estudiantes (p.e., una percepción excesiva o negativa del estrés). ¿Pero todos los universitarios perciben el estrés de la misma manera?
Según los autores del mismo estudio si bien no existen diferencias entre hombres y mujeres, sí hay evidencias que muestran diferencias entre estudiantes dependiendo del ciclo de estudios en el que se encuentran. Khan, Altaf y Kausar (2013) explican que el aprendizaje de técnicas de manejo de tiempo frente al estrés, por parte de los estudiantes mayores, puede influir en una percepción baja del estrés. Lo mismo sucedería en los estudiantes con mayores calificaciones. En comparación con los estudiantes de calificaciones bajas, quienes perciben más estrés, los de calificaciones altas presentaron estrategias adaptativas para lidiar con el estrés y manejar su tiempo. ¿Y tú qué estrategias usas para evitar o reducir el estrés? ¿Cuál te funciona más? Recuerda qué hiciste en los momentos más estresantes de tu vida, pues como pensaba Einstein: de las crisis nacen los descubrimientos y las grandes estrategias.
Referencias
Damian,L. (2016). Estrés académico y conductas de salud en estudiantes universitarios de Lima (Tesis de maestría). Extraído del Repositorio digital de tesis PUCP. Disponible en: http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/7708/DAMIAN_CARMIN_LISSET_ESTRES_ACADEMICO.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Khan, M. J., Altaf, S., & Kausar, H. (2013). Effect of Perceived Academic Stress on Students’ Performance. FWU Journal Of Social Sciences, 7(2), 146-151.