Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que no hay nadie en el mundo: todos los otros seres han muerto. Alguien golpea la puerta.
– ¿Quién es? –
– ¡PUM, PUM! –
Abrió la puerta y en efecto, era PUM PUM.
– ¡Me diste tremendo susto! ¡Cómo se te ocurre tocar la puerta si tienes la llave!
– PAM PIM- PAM PUM – PUM PIM –
– Sí ya sé que tu creador no tuvo tiempo de completarte los circuitos de sentido común y sólo te dejó los de hábitos y rutinas. ¡Pero ahora, ya no necesitas tocar la puerta para entrar! ¡A nadie le importa!¡No hay nadie con vida que se vaya a quejar!
– PIM PUM- PAM PAM- PIM PUM –
– ¿Sobrevivientes? ¿Estas demente? ¡Nadie podría haber resistido tal explosión nuclear!. Cuéntame qué ha quedado de la civilización…
– PUM PUM- PUM PAM- PAM PIM- PAM- PUMMMM –
– Entiendo. Necesitaré un uniforme anti-radioactividad si necesito volver para arreglar mi nave. ¡Qué suerte tienes de estar hecho de titanio! Esos uniformes pesan una barbaridad. Felizmente tengo el equipo de emergencia en la nave… Y al respecto, ¿en qué estado se encuentra…?
– ¡PIM PIM PIM PUM PAM! –
– ¡Dónde voy a conseguir tanto Plutonio! ¡Las últimas reservas fueron empleadas en generar este Apocalipsis!