Estimados blogeros:
A continuación, la nota denominada como “Los fondos soberanos de inversión” de Alfonso López-Chau, reconocido economista. Fue publicada en el Diario El Comercio el 06.10.2010.
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Por: Alfonso López-Chau
Los fondos soberanos de inversión (FSI) no son otra cosa que fondos estatales de inversión que se realizan a más largo plazo y con una mayor rentabilidad. Se supone que los recursos de los FSI provienen de las ganancias extraordinarias petroleras, mineras o del gas, aunque algunos países usan las reservas de los bancos centrales, después de garantizar un determinado nivel óptimo. El llamado nivel óptimo, tiene sin embargo defensores y detractores. No así los recursos provenientes de las ganancias petroleras o mineras.
En “Cambridge Journal of Economics” del 2008, al referirse al tema de la acumulación de reservas, Walters y Cruz llegan a sostener que “la pregunta clave es si acaso pueden ser obtenidos rendimientos positivos en algún otro tipo de inversión”. Por cierto, Brasil y Chile disponen de fondos soberanos de inversión. El Perú no los tiene todavía.
La revista “Finanzas y desarrollo” de junio del 2010 y publicada por el FMI, da cuenta de la importancia del tema. En ella al referirse a los FSI, Mohamed A. El-Erian sostiene: “Estas consideraciones no deben pasar por alto que los fondos soberanos de inversión operan en un contexto sociopolítico complejo, en el país y en el exterior”.
El papel de los FSI es de una importancia decisiva. Usados con inteligencia y responsabilidad pueden convertirse en una poderosa palanca para el crecimiento, la defensa de empresas sensibles y el desarrollo.
Sin embargo, aunque se supone que los FSI realizan sus operaciones con criterios estrictamente comerciales y de mercado, los temores y las dudas sobre las inversiones provenientes de los fondos soberanos subsisten debido a la sospecha de criterios geopolíticos en sus decisiones de inversión (adueñarse de las empresas sensibles por su importancia tecnológica, comercial o financiera).
La suscripción de los Principios de Santiago firmados el 2008 en Santiago de Chile por un conjunto de países, para garantizar la transparencia y los criterios de mercado, no ha sido suficientes para superar las dudas y los temores que se ciernen sobre ellos.
Para graficar la importancia que estos fondos tienen en el mundo de hoy, se llegó incluso a sostener que son como la bomba atómica: todo el mundo quiere tenerla, pero no quiere que el vecino la tenga.
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