DE TUS LAGRIMAS APRENDI
A Gabriela. No puedo tocar tus lágrimas, su caer corroe mi corazón, me recuerda que tengo uno, me dije. No puedo consolarte, debo imaginarme más grande que tú, y ocultar enjundiosamente mi debilidad, me dije otra vez. A tu espalda solo llegará mi mano para que la humedad que derraman tus ojos, no enajene mi