El Tiempo que Fluye a la Medianoche II (fragmentos)

Nos hablaron de un pueblo que conoce la eterna felicidad
Pueblo sin nariz y posiblemente sin lengua

Nos hablaron de gente que supone una enfermedad a la razón
Aquí la decadencia no tiene su olor nauseabundo
Sin ideas fijas ni secretos en el rostro
Con ardores realmente excepcionales

Un espejo inevitable brilla entre sus ojos espumosos
y deleitantes

No obstante, cansados de vivir, se tiran al mar desde lo alto
de una roca

Dios los perdone.

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