El Tiempo que Fluye a la Medianoche I (fragmentos)

Todo está dicho. Nacemos en un mundo pleno de lenguaje, donde no necesitamos arrancar un verbo al silencio. Y es que el silencio no existe. En un mundo ya perdido y fragmentado sólo intentamos completar la realidad, mediante una combinación de palabras que se alejan de la trivialidad y de la originalidad extrema; bajo algunos signos reconocibles y un rictus de cuidadosa ironía que se resiste a morir con lo absurdo.

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El libro rojo del tiempo
fue abierto debajo de la escalera de caracol
Cada signo fue devorado por una lengua de fuego
donde un hombre leyó tres veces el mundo
con la garganta llena de sonidos
y el corazón lúcido violentamente
suspendido.

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