Carta a un Joven Estudiante


Carta de un padre a su hijo que está a punto de ingresar a la universidad. Al borde de un ataque de nervios.Querido S., sé que estás a punto de terminar la secundaria, y que te preparas con dedicación, no sin muchas dudas y falta de motivación en algunas oportunidades, para ingresar a la Universidad. Te digo, que esto no es fácil. Me doy cuenta, que por parte de los adultos, y de mí mismo, que hay muchas expectativas sobre tu persona. Quizá ésto te presiona como una meta yá trazada que te orienta por un camino predeterminado. Es bueno observar e interpretar lo que está a nuestro alrededor, sobre todo si proviene de personas tan importantes como nuestros padres o familiares. Pero pregúntate, ¿y dónde estás tú? ¿qué es bueno o malo para ti? ¿qué es lo quieres para tu propia vida?¿qué camino quieres seguir? ¿con qué recursos cuentas?. No puedes navegar como un barco ciego, y errante, que hace caso sólo a sus caprichos y a sus instintos como si estuvieras solo en medio del mar extraviado preso de su imaginación. Nuestros puntos de referencia se encuentran a nuestro alrededor. La gente que nos quiere, que nos conoce, que tiene una experiencia ya vivida, fuera de los consejos moralizantes, nos pueden dar algunas pautas, algunas orientaciones, para que tomémos nuestra decisión y elijámos libremente nuestro camino. Estos consejos, querido Sebastián, tienen ese significado. Sólo te quiero transmitir lo que sé por el estudio y la experiencia. Ahí van:

– Revisa tus metas y tus objetivos. Pregúntate, ¿por qué estás estudiando? ¿qué utilidad tiene que pases ese examen, que te incomoda tanto? ¿vale la pena?. Si encuentras respuestas positivas sobre estas interrogantes, éstas “jalarán” las actividades que están realizando en el presente.

– Encuentra coherencia y sentido al material de estudio, relacionándola con tu propia experiencia, e identificando la aplicación que puede tener para tu vida. Percibe al estudio y las otras actividades académicas como significativas y valiosas. De allí se derivarán los beneficios académicos que pretendes.

– Elimina todo tipo de creencia que tenga las siguientes características: el éxito en el estudio es debido a causas de origen externo (por ejemplo: la suerte, caer bien al profesor, etc.) y los fracasos a tu falta de habilidad. Por el contrario, incentiva aquellos pensamientos que nos digan que “el éxito depende de nosotros mismos, porque tenemos las siguientes habilidades…”; “si fracaso, es un error en el procedimiento que lo puedo corregir”. Esto implica, que es necesario que percibas que tenemos el control sobre los acontecimientos y resultados de nuestras vidas.

– Estimula tus expectativas de que todos tus esfuerzos te conducirán al éxito. Esto sólo se logra, sustituyendo los pensamientos negativos y autoderrotistas por pensamientos positivos.

– Responsabilízate por tus actos sin derivarlos a otras personas o acontecimientos (por ejemplo, no estudié por el partido de fútbol, o por la fiesta de fin semana, o por el mal humor de mi madre). Recuerda, que la única obligación que tienes en esta vida (yá lo dijo el filósofo Savater) es no ser un imbécil. Esto significa, nó lo que tu crees; sino simplemente nó apoyarse en nadie como un bastón que carga tu cuerpo inerte pleno de placer y ociosidad.

– No te aísles, para estudiar se necesita que converses de los temas con los demás. Es importante que tengas un grupo de amigos con los que puedes contrastar, percepciones, aproximaciones, e ideas.

– No esperes recompensas, elogios, obsequios, para lo que estás haciendo por ti mismo. Tu principal motivación se encuentra en tu interior. Tu eres el principal protagonista de la historia, de ti depende la acción y el fin de la película.

– Cuando creas que tienes la respuesta hacia una interrogante, duda y reflexiona, cerciorándote de la misma. No te dejes llevar ante el primer impulso, contrólate. Luego de la primera emoción viene el pensamiento.

– Identifica cuáles son tus fortalezas y debilidades frente al estudio. ¿aprendes rápido? ¿tienes buena memoria? ¿eres hábil en el uso de, los mapas conceptuales, subrayado, resúmenes, etc.? ¿cuánto estrés puedes tolerar, y en qué circunstancias?

– Frente a esto último, ¿qué haces para disminuír tu estrés?. Recuerda que es natural que uno sienta tensión ante situaciones inesperadas. En forma cotidiana, recibimos esto sucesos que nos ponen tensos y estresados. De lo contrario, si no sintiéramos estrés, ¿tú crees que es posible la vida?. Tómalo como una cosa natural; lo importante es saber cómo controlarla dosificándola de acuerdo a la situación y nuestros recursos.

– Si hay algo que te tensiona (por ejemplo esta evaluación de ingreso), enfréntala frecuentemente, no huyas. Esto lo podemos hacer a través de la imaginación. En un lugar confortable, representa en tu mente imágenes relacionadas con el momento del examen, identifica la tensión en tu cuerpo, aprieta aún más aquellos músculos y luego relájalos. Experimenta la diferencia entre el estado de tensión y la relajación. Continúa imaginándote cada una de las escenas del examen, y practica los momentos de tensión y relajación con cada grupo de músculos. No permitas, que la evaluación sea un hecho inesperado porque sólo aumentará tu ansiedad.

– Distribuye tu tiempo. No dejes que el día del examen te apabulle porque sólo conseguirás mayor estrés. Dosifica tus energías. Prioriza lo más importante. Estudia desde el primer momento captando todo lo que puedas. No creas que en el último repaso te vendrá la iluminación salvadora. Una buena organización del tiempo te permitirá un tiempo libre para cargar las baterias. No creas que todo es trabajo y sacrificio, es necesario que te distraigas, que disipes las tensiones, sobre todos con las actividades físicas. Un momento de ociocidad no hace daño, si has cumplido con la programación del día.

– Finalmente, reconoce tu esfuerzo personal, estudia, repasa lo aprendido, intenta aplicarla, y cuando lo logres, celebra; porque te ha costado gran trabajo y dedicación.

Estas son algunas de las recomendaciones que te puedo dar. Obviamente que hay muchas más, y que no son una verdad absoluta, ni certezas que pueden ser replicadas mecánicamente. Con la confianza que te tengo, sé que las harás tuyas, a tu manera, de acuerdo a tu propia experiencia.

Con el cariño de siempre, se despide:

TU PADRE

Puntuación: 4.45 / Votos: 29

1 thought on “Carta a un Joven Estudiante

  • Le agradezco a usted, que haya escrito esta Carta a un joven y se las dí a mis hijos, porque coincidimos con su padre en todo lo que usted transmite, es muy valiosa para mí. Espero que en esas palabras encuentren el sentido a lo que hacen con sus estudios.
    Sin embargo, creo que en las universidades el lenguaje y la motivación con los jóvenes es muy distante y muy académica, y no llegan a ellos y por otro lado, ellos se sienten libres y quieren descubrir todo tan rapidamente que se pierden. Es difícil pero sino apoyandolos y alentadolos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *