Los trabajadores administrativos y obreros, los que conformamos el Sindicato, vemos con preocupación que año a año las posibilidades de conseguir un aumento económico digno, que no sólo sirva para comer o para pagar nuestros servicios, se minimizan. Peor aún, hasta pretenden desaparecer algunos beneficios ganados legalmente y ratificados en diversos Pactos Colectivos desde su fundación (1970) hasta hoy.
En la PUCP, estas negociaciones sin resultados no sólo afectan a la parte administrativa, en el medio se encuentra la parte académica. Los estudiantes como profesores se ven involucrados directa o indirectamente en estas acciones (marchas, plantones, comunicados, boletines, etcétera) que interrumpen vanamente el dictado de clases y/o las actividades académicas, y da origen a un divisionismo en la comunidad universitaria. Fuera de la PUCP, el escenario no es distinto ni ajeno. Los medios de comunicación se encargan de transmitir –de diferentes formas y conveniencias– nuestras diferencias a la opinión pública. Todas estas falencias lo único que hacen es desdibujar la imagen de la Universidad y empequeñecer los logros ganados conjuntamente.
Lamentablemente, estas situaciones se presentan porque la PUCP arrastra una política administrativa antigua, vista desde dos puntos, ya no funciona: la descompensada distribución y redistribución de los recursos económicos y la falta de un escalafón homologado con relación a categorías y sueldos. Una acertada política económica es aquella que asigna los recursos de manera equitativa a los diferentes sectores, en el caso del sector administrativo serviría en parte para hacer una inversión real en la capacitación de los trabajadores. Paralelamente, se debe trabajar, autoridades y trabajadores, una fórmula clara que precise el sueldo del trabajador con relación a su categoría, de esa forma se evitará asignar sueldos y aumentos unilateralmente y servirá para negociar con mejor criterio los pliegos de reclamos anuales que presenta el Sindicato.
Esto solucionaría a mediano plazo el problema económico de los trabajadores. Sin embargo, todo parte de una iniciativa y un compromiso verdadero de parte de las autoridades para iniciar una nueva política transparente y equitativa, que considere todos los sectores por igual; donde la única beneficiada sea la Universidad en su conjunto.
La PUCP con una nueva política administrativa puede crecer horizontal y verticalmente sin descuidar el sector administrativo.
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