Publicado en el periódico Puntoedu el 5 de octubre del 2009, edición 159.

Cada mitad de año, el Sindicato de la PUCP presenta su pliego de reclamos para ser atendido por las autoridades de turno de la Universidad. La PUCP como el Sindicato nombran una comisión que se encargará de negociar un acuerdo que beneficie a ambas partes y de la mejor manera, sin embargo este tipo de negociación no está dando resultados desde hace algún tiempo.

Los trabajadores administrativos y obreros, los que conformamos el Sindicato, vemos con preocupación que año a año las posibilidades de conseguir un aumento económico digno, que no sólo sirva para comer o para pagar nuestros servicios, se minimizan. Peor aún, hasta pretenden desaparecer algunos beneficios ganados legalmente y ratificados en diversos Pactos Colectivos desde su fundación (1970) hasta hoy.

En la PUCP, estas negociaciones sin resultados no sólo afectan a la parte administrativa, en el medio se encuentra la parte académica. Los estudiantes como profesores se ven involucrados directa o indirectamente en estas acciones (marchas, plantones, comunicados, boletines, etcétera) que interrumpen vanamente el dictado de clases y/o las actividades académicas, y da origen a un divisionismo en la comunidad universitaria. Fuera de la PUCP, el escenario no es distinto ni ajeno. Los medios de comunicación se encargan de transmitir –de diferentes formas y conveniencias– nuestras diferencias a la opinión pública. Todas estas falencias lo único que hacen es desdibujar la imagen de la Universidad y empequeñecer los logros ganados conjuntamente.

Lamentablemente, estas situaciones se presentan porque la PUCP arrastra una política administrativa antigua, vista desde dos puntos, ya no funciona: la descompensada distribución y redistribución de los recursos económicos y la falta de un escalafón homologado con relación a categorías y sueldos. Una acertada política económica es aquella que asigna los recursos de manera equitativa a los diferentes sectores, en el caso del sector administrativo serviría en parte para hacer una inversión real en la capacitación de los trabajadores. Paralelamente, se debe trabajar, autoridades y trabajadores, una fórmula clara que precise el sueldo del trabajador con relación a su categoría, de esa forma se evitará asignar sueldos y aumentos unilateralmente y servirá para negociar con mejor criterio los pliegos de reclamos anuales que presenta el Sindicato.

Esto solucionaría a mediano plazo el problema económico de los trabajadores. Sin embargo, todo parte de una iniciativa y un compromiso verdadero de parte de las autoridades para iniciar una nueva política transparente y equitativa, que considere todos los sectores por igual; donde la única beneficiada sea la Universidad en su conjunto.

La PUCP con una nueva política administrativa puede crecer horizontal y verticalmente sin descuidar el sector administrativo.

…_…

Puntuación: 0 / Votos: 0