El 10 de enero del presente año, el Ejecutivo publicó el Decreto Supremo Nº 002-2021-SA, en el diario oficial “El Peruano”, cuyo título es “Decreto Supremo que aprueba el Reglamento para el Registro Sanitario Condicional de Medicamentos y Productos Biológicos”. Este decreto hubiese pasado desapercibido como otros decretos, pero su Artículo 6, del Capítulo II, levantó la alarma nacional porque menciona el otorgamiento de un “registro sanitario condicional para medicamentos y productos biológicos” a laboratorios privados, con ciertas consideraciones y criterios que el DS lo especifica. Esto activó los radares de la población.

Pero, en estos tiempos de pandemia ¿qué importancia tiene este DS y cuál sería su impacto en la población?

Hasta mucho antes de que fuera vacado del poder el expresidente Vizcarra, todos sabíamos que el Gobierno del Perú no había firmado ningún acuerdo, ni mucho menos había dado algún adelanto monetario a ningún laboratorio que estaba realizando estudios y pruebas para la creación de una vacuna contra el Covid-19.

En medio del caos político, el entonces congresista Francisco Sagasti fue elegido por el Congreso como Presidente de la República transitorio. Luego de un sepulcral silencio del nuevo Presidente, el Gobierno anunciaba que había realizado un contrato con el laboratorio chino Sinopharm para la adquisición de 38 millones de dosis de su vacuna contra el Covid-19, las que llegarían al Perú a lo largo del 2021. La primera entrega de un millón de dosis sería enviada a más tardar a fines de este enero.

Luego del anuncio del contrato con Sinopharm, el Gobierno emite el Decreto Supremo Nº 002-2021-SA, abriendo el debate que si la vacuna será un bien público, es decir, de adquisición gratuita como derecho, o pagado como obligación o necesidad de quien quiera y pueda pagar por una vacuna.

Ante la situación de escasez de vacunas contra el Covid-19 que atraviesa el país, sumado a las noticias de nuevas variantes, rebrotes o nuevas cepas del virus, y al ver que otros países de la región empezaron a vacunar a su población con vacunas de diferentes laboratorios, al Gobierno peruano no le quedó de otra que plantear y aprobar que los laboratorios privados ayuden a distribuir/vender/vacunar a la población en paralelo con el Estado. (Ojo, primero empieza el Estado y luego se unen los laboratorios privados aprobados por los estamentos competentes.)

Esto significa que durante el 2021 el Estado haría todos los esfuerzos para vacunar a la mayor parte de la población y de manera gratuita. A partir del 2022, de acuerdo a los cálculos de los especialistas, entrarían al ruedo de la vacunación los laboratorios privados en paralelo con el Estado. Sin embargo, los que decidan vacunarse por alguno de los laboratorios privados, tendrían que pagar por la vacuna y por el servicio de acuerdo al precio que cada laboratorio.

Hasta aquí se abren algunos cuestionamientos, como por ejemplo: ¿este DS puede ser considerado como una ley discriminatoria?, la respuesta es sí. ¿Puede ser ilegal?, no. ¿Puede ayudar a que más gente sea vacunada en menos tiempo?, sí. ¿Es una oportunidad para que las clases farmacéutica (y laboratorios) y empresariales se reivindiquen con la población más necesitada?, sí. Finalmente, ¿el DS en mención demostraría las ineficiencias de los gobiernos involucrados (Vizcarra y Sagasti) en el tema de la pandemia?, sí.

Sin duda, todas estas interrogantes son válidas y otras que no he mencionado también pueden serlo; sin embargo, para explicar la importancia que tiene este DS, me centraré en que los privados “ayuden” al Estado en la venta/vacunación de una vacuna contra el Covid-19. En esta parte debo decir, según mi opinión, que es una decisión acertada, porque tanto el Estado y los privados pueden llegar a vacunar a más gente y en menos tiempo. Que es lo más importante una vez tengamos las vacunas suficientes. En el caso de los laboratorios privados, se dirá que lucrarán con la salud y la emergencia de los peruanos con el precio de las vacunas, pero, ante la incapacidad del(os) Gobierno(s) de turno que no supieron manejar y controlar esta pandemia no quedan muchas otras alternativas, salvo seguir esperando la vacuna por parte del Estado con las consecuencias que todos conocemos. En lo otro que me centraré para explicar la importancia de este DS es en los laboratorios y grupos empresariales que podrán comercializar las vacunas. En este caso, estos grupos de poder tienen la gran oportunidad para retribuirle a la población por todo lo bueno que les ha ido hasta antes de la pandemia (y por qué no, durante la pandemia también), donando las vacunas o comercializándolas a precios accesibles o diferenciados. Eso sería como firmar un nuevo pacto social entre los empresarios y la sociedad.

Por otro lado, no quiero pasar por alto el tema de la comercialización de las vacunas que puede ser visto como un acto discriminatorio, porque los que puedan pagar por una vacuna podrán sobrevivir al virus, y los que no puedan pagar esperarán a que el Estado les proporcione la vacuna gratuitamente, mientras tanto estarán al acecho o sufriendo los efectos del virus. Sin embargo, si las vacunas que se comercializarán por los privados tienen precios accesibles o diferenciados este cuestionamiento perdería fuerza.

Si hablamos del impacto de este DS, sin duda, yo digo que a más actores interviniendo en las vacunas y vacunación, mayor serán las personas que se salvarán del contagio o muertes por Covid-19. Estoy hablando de salvarle la vida a más de 32 millones de peruanos y peruanas de todas las edades y clases sociales antes de que sea demasiado tarde. Una población sana es un motor en constante marcha que mueve todas las actividades del país.

Para terminar, se entiende que muchos vean al Decreto Supremo Nº 002-2021- SA como una medida incorrecta porque excluye a los que menos tienen, más aun siendo un país mayoritariamente pobre y muy pobre, donde el fantasma de la viveza y el lucro de parte de los privados asusta aún más que la pandemia. A pesar de ello, creo que en condiciones adecuadas y conscientes de parte de los laboratorios privados y empresarios en general, esta medida puede ayudar a que la población se vacune lo antes posible.

La recomendación:

A fines del año pasado, en plena crisis sanitaria, la población de todas las clases económicas salió de compras navideñas, a restaurantes, a saliditas y a diversiones en general, gastando o derrochando sus ahorros en cosas no tan esenciales. Situación que no ha cambiado en lo que va de este año. Dicho esto, teniendo en cuenta que la salud y la vida de uno mismo y de nuestros seres queridos son lo más importante, creo que cada quien y de acuerdo a sus posibilidades debe ir ahorrando para estar preparados y comprar, de ser necesario, a los laboratorios privados las vacunas que necesitemos o podamos comprar; esto teniendo en cuenta la ineficiencia del Gobierno-Estado.

Si gastamos en cosas no tan esenciales, y si se tiene la posibilidad, ¿no sería una prioridad invertir en nuestra salud y la de los tuyos? Dejo abierta la pregunta.

Accede al Decreto Supremo Nº 002-2021-SA aquí

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