Las lenguas de señas: no un mecanismo mnemotécnico ni una traducción. Sí una lengua natural
Introducción
En el 2014, la película “La tribu”, film del director ucraniano Myroslav Slaboshpytskiy, mostró la vida dentro de un internado adolescente donde la violencia y prostitución eran pan de cada día. El gran detalle de esta película es que el centro educativo era de gente sorda. Este elemento hizo que el film intensifique sus emociones y evidencie el gran poder expresivo de esta lengua. Y, sin ir muy lejos, en todo el proceso de cuarentena en Perú, hemos apreciado a Moisés Piscoya Arteaga, intérprete de lengua de señas en la imagen inferior, aparecer diariamente para presentar las disposiciones del gobierno sobre la crisis sanitaria vivida. Ambos elementos son síntomas de que la realidad que viven estas personas ha ido mejorando con el paso del tiempo gracias a múltiples políticas inclusivas en los últimos años, aunque su integración total y constante exposición necesita de una estrategia más poderosa que deje en claro que esta también es una lengua originaria en nuestro país. Siguiendo esta idea, abordaremos el tema de la lengua de señas: pero, ¿qué es una lengua de señas?, ¿es un medio o una lengua natural?, ¿tiene variedades?, ¿desde cuándo se usa? Estas preguntas serán respondidas en la siguiente nota y trataremos, con ello, de contribuir con familiarizar a la gente con estas comunidades.
Resumen
– Una lengua de señas es una lengua natural que usa una configuración gesto-espacial y de percepción visual para su expresión. Es decir, usa gestos visibles como unidades para comunicar y tiene al espacio como canal para ello.
– Las lenguas de señas han existido desde el inicio de la humanidad y han sido utilizadas por comunidades tanto de personas sordas como oyentes. Las lenguas de señas modernas cambian y evolucionan con el tiempo. En este sentido, es considerada una lengua histórica con variedades geográficas, sociales y situacionales. Las cuatro principales desde donde derivan la gran mayoría son: i) Las lenguas originadas de la lengua de señas de Kent; ii) Las lenguas originadas de la antigua lengua de señas francesa; iii) Las lenguas originadas del código británico (BSL) y iiv) lenguas originadas de la lengua de señas alemana (DGS.
-Las lenguas de señas poseen una fonología abstracta, llamada en este caso querología. Esta analiza rasgos de posición, orientación y configuración, de modo análogo a los rasgos fonemáticos de las lenguas orales. Las lenguas de señas tienden a ser analíticas con poca morfología. Los procesos morfológicos más usados son los procesos de formación de palabras: derivación y composición. Además, poseen una sintaxis que obedece a los mismos principios generales que las otras lenguas naturales.
-Hay diversos mitos sobre las lenguas de señas. En este texto revisaremos tres. Esto son los siguientes: “La lengua de señas es un mecanismo mnemotécnico”; “La lengua de señas es una traducción de los idiomas”; y “La lengua de señas no cambia a través del tiempo”. Al rebatirlos presentaremos las características más relevantes de estas lenguas.
Qué es una lengua de señas
Una lengua de señas es una lengua natural que usa una configuración gesto-espacial y de percepción visual para su expresión. Es decir, usa gestos visibles como unidades para comunicar y tiene al espacio como canal para ello. La misma cumple con todos los rasgos de una lengua histórica y presenta diversos niveles estructurales de constitución lingüística como la fonología, morfología y sintaxis. Además, la misma se aprende en un entorno comunitario y cambia de acuerdo a las necesidades expresivas de sus usuarios. Mediante este código las personas sordas pueden comunicarse con su entorno social, conformado por otras personas sordas o por cualquier persona que conozca la lengua de señas empleada.
Origen y variedades
Las lenguas de señas han existido desde el inicio de la humanidad y han sido utilizadas por comunidades tanto de personas sordas como oyentes. De esto hay muchos ejemplos. Acá presentaremos cuatro de manera muy breve.
En primer lugar, tenemos el caso de indios en las llanuras de América del Norte. Ellos usaban una lengua de señas para hacerse entender entre etnias de lenguas con fonologías extremadamente diversas. En este caso la lengua de señas funcionaba como una lengua franca para agilizar la comunicación entre grupos distintos. El sistema estuvo en uso hasta mucho después de la llegada de los españoles.
En segundo lugar, en el siglo XX, se documenta el caso de la lengua de señas Urubu-Kaapor, en Brasil gracias a los reportes de finales de los años sesenta del lingüista estadounidense Jim Kakamasu. Aunque la misma, se reconoce por los historiadores desde mucho antes y con un rol social muy importante. Esta tribu, y sus aproximadamente seis pueblos anexos, tiene una gran parte de sus integrantes con discapacidad auditiva debido a la herencia y la difusión de un gen dominante entre sus integrantes. El mismo produce un niño sordo cada 75 habitantes. Estos usaban esta lengua gestual entre sí tanto entre oyentes como no oyentes.
En tercer lugar, un caso similar se desarrolló en la isla de Martha’s Vineyard, al sur del estado de Massachusetts. En este lugar, debido al gran número de personas sordas, se empleó una lengua de señas que alcanzó a ser de uso general. Incluso entre oyentes hasta principios del siglo XX. Este número oscilaba entre 30 a 40 mil pobladores.
En cuarto lugar, y como un caso mixto, tenemos el caso de la tribu taungurung de Australia, quienes usan un sistema de señas exclusivamente para los números. Esto motivado por su perfil de cazadores quienes para advertir el número de presas usan signos. Con ello evitan el ruido y pueden transferir información a cierta distancia.
Con estos ejemplos se demuestra que el uso de señas es natural como medio de comunicación en el ser humano y se advierte su uso único o de manera mixta desde la aparición del lenguaje actual. Sin embargo, no existen referencias documentales sobre estas lenguas hasta antes del siglo XVII. Los datos que existen desde aquel entonces son, principalmente, de métodos educativos para personas sordas. Revisemos los principales ya que dan cuenta de la perspectiva que había sobre las mismas al momento de su publicación y porque de ellas se derivan los sistemas más usados actualmente.
Una de las primeras menciones es de Jerónimo Cardano, en el siglo XVI, médico de Padua, Italia, quien sugería un método para que las personas sordas se permitan entender: un sistema referencial que combinaba símbolos escritos y objetos del mundo. En este tratado queda en claro que se reconoce un problema en el canal, mas no en la capacidad expresiva del sujeto sordo.
En 1620, Juan de Pablo Bonet publicó el primer tratado moderno de logopedia su “Reducción de las letras y Arte para enseñar á hablar los Mudos”. En este documento se proponía un método de enseñanza oral para las personas sordas mediante el uso de señas alfabéticas configuradas para una sola mano. Este se divulgó en toda Europa y el mundo con bastante rapidez. Este alfabeto manual mejoró la comunicación de las personas con discapacidad auditiva por uniformizar las señas en Europa y en sus colonias. En 1817, Thomas Hopkins Gallaudet, investigador de Yale, pionero en estos temas en Estados Unidos, fundó la primera escuela para personas sordas, en Hartford, Connecticut.
Laurent Clerc, pedagogo francés, que a raíz de un accidente conoció la lengua de señas francesa, lleva a América este sistema y se convierte en el primer maestro sordo de lengua de señas en dichos territorios. Poco tiempo después de la aparición de estos pioneros, las escuelas para personas sordas aparecieron en varios estados. Entre ellos, la Escuela de Nueva York, que abrió sus puertas en 1818. En 1820, otra escuela se abrió en Pensilvania, y un total de veintidós escuelas se habían establecido a lo largo de los Estados Unidos hasta el año 1865.
Del tratado sobre “Reducción de las letras y Arte para enseñar á hablar los Mudos” se hicieron traducciones a las principales lenguas. Sobre la base del alfabeto divulgado por Juan Pablo Bonet, Charles-Michel de l’Épée publicó en el siglo XVIII su alfabeto: este es el que ha llegado hasta la actualidad, siendo conocido internacionalmente como alfabeto manual español.
Variación a través del tiempo
Las lenguas de señas modernas cambian y evolucionan con el tiempo. En este sentido, es considerada al igual que una lengua natural una lengua histórica con variedades geográficas, sociales y situacionales. Bajo este criterio, los investigadores clasifican estas lenguas en familias. Estas son las cuatro principales:
- Las lenguas originadas de la lengua de señas de Kent. Esta fue usada durante el siglo XVII y dio lugar a la lengua de señas usada en Martha’s Vineyard, Massachusetts. Se considera como la base de la lengua de señas americana o ASL por sus iniciales en inglés.
- Las lenguas originadas de la antigua lengua de señas francesa. Estas se remontan a las formas estandarizadas de las lenguas de señas usadas en España, Italia y Francia desde el siglo XVIII en la educación de personas sordas. En concreto, la antigua lengua de señas francesa se desarrolló en el área de París, gracias a los esfuerzos del abad Charles Michel de L’Épée en su escuela para personas sordas. En tiempos más actuales, esta lengua ha dado lugar a otras varias, como la lengua de señas americana (ASL), la lengua de señas mexicana (LSM), la moderna lengua de señas francesa (LSF), la lengua de señas italiana (LIS), la lengua de señas de Irlanda (IRSL) y las lenguas de señas ibéricas. Estas últimas fueron desarrolladas por los educadores españoles de personas sordas del siglo XIX formados en el Instituto Nacional de Sordomudos de París. De ellas se ramifican dos lenguas diferentes con cierta comprensión entre ellas: la lengua de señas española (LSE) y la lengua de señas catalana (LSC).
- Las lenguas originadas del código británico (BSL). Esta se diversifica en el siglo XIX en la lengua de señas australiana (Auslan), la lengua de señas de Nueva Zelanda (NZSL) y la lengua de señas de Irlanda del Norte (NIRSL).
- Las lenguas originadas de la lengua de señas alemana (DGS), se considera que está relacionada con la lengua de señas de la Suiza alemana (DSGS), la lengua de señas austríaca (ÖGS) y probablemente la lengua de señas israelí (ISL).
Características de una lengua de señas
Aunque suene llamativo, las lenguas de señas poseen una fonología abstracta, llamada en este caso querología. Esta analiza rasgos de posición, orientación y configuración, en un modo análogo a como son analizados los rasgos fonemáticos de las lenguas orales. Además, la realización de cada signo está sujeto al mismo tipo de variación que sufren los sonidos de las lenguas orales como variación dialectal, asimilación y cambio lingüístico.
El conjunto de unidades simbólicas mínimas o “fonemas” de la mayoría de lenguas de señas puede analizarse en términos de siete parámetros formativos básicos:
- Configuración. Forma que adquiere la mano para realizar un signo
- Orientación de la mano: palma hacia arriba, hacia abajo, hacia el usuario de las señas.
- Lugar de articulación. Lugar del cuerpo donde se realiza el signo: boca, frente, pecho, hombro.
- Movimiento. Movimiento de las manos al realizar un signo: giratorio, recto, vaivén, quebrado.
- Punto de contacto. Parte de la mano dominante (derecha si eres diestro, izquierda si eres zurdo) que toca otra parte del cuerpo: yemas de los dedos, palma de la mano, dorso de los dedos.
- Plano. Es donde se realiza el signo, según la distancia que lo separa del cuerpo, siendo el Plano 1 en contacto con el cuerpo, y el Plano 4 el lugar más alejado (los brazos estirados hacia delante).
- Componente no manual. Es la información que se transmite a través del cuerpo: Expresión facial, componentes hablados (componentes orales) movimientos del tronco y hombros. (Como ejemplo; al expresar futuro nos inclinamos ligeramente hacia delante, y al expresar pasado, hacia atrás).
Estos son paralelos con los parámetros usados para analizar la fonología de las lenguas orales.
Muchas lenguas de señas tienden a ser lenguas analíticas con poca morfología. Es decir, utilizan elementos aislables y no amalgamados en un solo elemento. Esto, sin embargo, puede ser más una consecuencia del origen histórico de las mismas: su fuerte origen europeo. En la mayoría de lenguas de señas, por ejemplo, los procesos morfológicos más usados son los procesos de formación de palabras: derivación y composición. Esto quiere decir que se encargan de ampliar significados y de crear nuevas palabras más que en cumplir funciones gramaticales como la flexión verbal.
Poseen una sintaxis que obedece los mismos principios generales que las otras lenguas naturales. Por ejemplo, presentan tipología. Esto es un orden canónico para la construcción de oraciones. Por lo general, este orden es sujeto-verbo-objeto, aunque las hay sujeto-objeto-verbo. Esta variación es semejante al de las lenguas naturales.
Mitos
Una manera de revisar algunas de las características principales de estas lenguas es rebatir mitos sobre las mismas. Algunos se replican hasta nuestros días y terminan por ocultar la riqueza lingüística de este tipo de sistemas. A continuación, revisaremos tres mitos, de entre los muchos que aún existen, relacionados sobre este tema.
Mito 1: “La lengua de señas es un mecanismo mnemotécnico”.
Muchos piensas que la lengua de señas se utiliza para remitir a los elementos de las lenguas naturales. Muy similar al trabajo de taquigrafía. Pero este no es el caso. Las lenguas de señas son lenguas naturales que tienen estructuras gramaticales perfectamente definidas. De hecho, existen personas, incluso oyentes, cuya lengua materna es una lengua de señas. Además, el proceso de adquisición lingüística estudiado en niños sordos sigue las mismas etapas de aprendizaje que las lenguas orales. Y, como comentamos, sus construcciones se ven afectadas por procesos morfológicos, hay movimiento de elipsis sintáctica, y cambios “fonológicos” tienen lugar en las lenguas de señas.
Mito 2: “La lengua de señas es una traducción de los idiomas”.
Este mito apunta a que la lengua de señas solo es una traducción de la lengua histórica hablada en el lugar donde esta se usa. Sin embargo, y gracias a la gramática que presentan, la lengua de señas y la lengua oral más usada en los mismos países difieren gramaticalmente en diversos aspectos. Uno de los más claros es la posición del núcleo sintáctico que determina tipologías distintas o, como vimos, el orden sintáctico de los constituyentes también puede diferir.
Mito 3: “La lengua de señas no cambia a través del tiempo”.
Al considerarse simples mecanismos de expresión o recursos mnemotécnicos, se asume que las lenguas de señas no cambian a través del tiempo y que son códigos fijos. Las lenguas de señas difieren entre sí, tanto en el léxico como en la gramática, tanto como difieren entre sí las lenguas orales.
En general, las lenguas de señas son independientes de las lenguas orales y siguen su propia línea de desarrollo. Por último, un área que tiene más de una lengua oral puede tener una misma lengua de señas, pese a que haya diferentes lenguas orales. Este es el caso de Canadá, los EE. UU. y México, donde la lengua de señas americana (ASL) convive con las lenguas orales inglesa, española y francesa. De manera inversa, en una zona donde existe una lengua oral que puede servir de lengua franca, pueden convivir varias lenguas de señas, como es el caso de España, donde conviven la Lengua de signos española (LSE) y la Lengua de signos catalana (LSC).