EL chileno es un proceso lleno de vitalidad que ha sabido conquistar espacios de participación política, a pesar que la dictadura moldeo una legislación a imagen y semejanza de la hija de Pinochet: la Constitución de 1980. Con ella el gobierno militar no solo se mantuvo hasta la actualización sino que también ilegalizo en la práctica a varios partidos de la oposición. Entre ellos el PCCH, el MIR y el PS (Almeyda).
Sin embargo la protesta ciudadana y la apertura que tuvo su punto culminante en el plebiscito del 5 de octubre del año 88, obligaron a una serie de modificaciones constitucionales. De esta manera se han organizado partidos instrumentales como el Partido por la Democracia (PPD) liderado por Ricardo Lagos, otra organización es Partido Amplio de Izquierda Socialista (PAIS). Estos partidos junto con la poderosa Democracia Cristiana (DC) conforman “Concertación de Partido por la Democracia” que lanza a la candidatura presidencial a Patricio Aylwin, antiguo dirigente democristiano. 17 partidos conforman esta alianza, la mayoría de ellos ex integrantes de la antigua gobernante Unidad Popular.
Esta alianza de partidos es la que logró el triunfo por el No en Octubre del año pasado y que impidió la continuidad del general Pinochet como presidente de la Republica. Aylwin encabeza las preferencias electorales según las diversas compañías encuestadoras que le otorguen la victoria entre un 48% y un 54%. Es una respuesta masiva y esperanzadora que permite que nadie en Chile dude del triunfo de la oposición. SI bien esta candidatura ofrece mantener muchos de los logros de la política económica. Señala con mucha claridad que es imperioso modificar la legislación laboral, arma mortal contra los trabajadores. Asimismo buscar “hacer un esfuerzo por redimir la pobreza y mejorar la calidad de vida de los chilenos”. Por fuentes consultadas del Instituto Nacional de Estadística por cada dólar ganado en Chile, 75 centavos se lo llevan el 20% de la población mas rica y solo 3 centavos el 20% de la población extrema pobreza. Por esta situación y para no seguir siendo victima del mercado darwinino, la oposición señala que es necesario recuperar el rol orientador del Estado.
(La República, 10 de diciembre de 1989)