El balance militar entre Rusia y Ucrania (segunda parte)

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Por Víctor Torres Laca

En una entrada anterior se trabajó un breve análisis de las capacidades militares de Ucrania a propósito de las recientes tensiones en Europa Oriental, en esta ocasión toca comentar el caso de Rusia. Tal esfuerzo comparativo puede parecer ocioso si se tiene en cuenta las evidentes diferencias de magnitud entre ambas naciones pero vale la pena recordar que en el ámbito militar el tamaño o la cantidad no siempre es sinónimo de eficiencia. Estos es claro cuando se contempla una (posible) invasión pues el agredido normalmente es capaz de emplear sus recursos completos, en cambio, la fracción de las fuerzas totales del invasor que puede ser empleada varía en función a su capacidad para proyectar poder y a sus compromisos en otros frentes. Así, presente artículo se centrará en la capacidad de proyección militar de la Federación Rusa sobre territorio ucraniano.

Una forma gruesa de estimar el poderío militar de un país es medir el gasto de defensa que realiza. En el caso de Rusia, si bien los presupuestos militares suelen ser poco transparentes, se dispone de los estimados realizados por el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI por sus siglas en inglés). Tal como se puede ver en el gráfico que se presenta a continuación, dichos gastos se derrumbaron  durante la década del noventa pero se recuperaron en el decenio siguiente gracias a los ingresos generados por las exportaciones de hidrocarburos.

Gastos militares de Rusia y Ucrania 1994-2012

(En millones de dólares del 2011)

Gastos militares de Rusia y Ucrania 1994-2012

Escala logarítmica. (SIPRI 2014)

La comparación de estas cifras con las correspondientes a Ucrania no parecen dejar lugar a dudas, al 2012 el presupuesto de defensa ruso equivalía a más de dieciocho veces el ucraniano. Sin embargo, tal como se señaló al inicio, es necesario hilar más fino para establecer una comparación válida. Parte importante de este enorme gasto está destinado a sostener las fuerzas nucleares rusas a fin de mantenerlas a la par de las de los Estados Unidos. Por su propia naturaleza, los equipos de guerra nuclear estarían excluidos de cualquier conflicto regional. Toca entonces analizar las fuerzas convencionales de este país a fin de estimar su capacidad de intervención en un conflicto con Ucrania.

Las fuerzas armadas rusas atraviesan un proceso de reformas iniciado en el 2008 por el ministro de defensa Anatoly Serdyukov. A diferencia de los anteriores intentos de reforma este ha dispuesto de presupuesto para respaldar sus intenciones y de apoyo político suficiente como para superar la resistencia al cambio de los propios militares. La idea fundamental detrás de este esfuerzo es reducir la cantidad de personal en servicio pero incrementar sus capacidades y flexibilidad para responder a diferentes situaciones. Como consecuencia se fusionaron los seis antiguos distritos militares a solo cuatro, a los cuales se encuentran subordinados el grueso de las fuerzas terrestres, navales y aéreas.

Distritos militares rusos desde 2010

Distritos militares rusos desde 2010

(Fremantleboy y Krotov 2011)

En caso de una guerra a gran escala con Ucrania las fuerzas directamente involucradas serían probablemente aquellas desplegadas en los distritos militares meridional (en marrón en el mapa) y occidental (en celeste). Ello responde no solo a su proximidad geográfica sino también a la necesidad de cubrir las extensas fronteras rusas, en particular, en el Extremo Oriente. Los distritos militares señalados también deben cubrir parte de esta misión en zonas álgidas de fronteras como el Cáucaso, el enclave de Kaliningrado y la región en torno a San Petersburgo.

Del resto de fuerzas existentes las de mayor relevancia en caso de una intervención son aquellas de despliegue rápido, en particular las tropas aerotransportadas, y las fuerzas especiales, mejor conocidas como Spetsnaz. Ambas han formado la punta de lanza de las intervenciones militares lanzadas por Moscú desde los tiempos de la Unión Soviética, ejemplos de ellos son las invasiones de Hungría (1956), Checoslovaquia (1968), Afganistán (1979), Chechenia (1994 y 1999) y Georgia (2008) así como la toma del aeropuerto de Pristina antes de la llegada de tropas de la OTAN en 1999. Como consecuencia ambos tipos de unidades han recibido prioridad sobre al momento de asignar gastos para entrenamiento y equipamiento.

En la actualidad, Rusia cuenta con cuatro divisiones aerotransportadas más varias brigadas independientes, equipadas con sistemas de armas especialmente diseñados para la misión que desempeñan. Por poner solo un ejemplo, disponen del vehículo de combate de infantería BMD que, a pesar de estar fuertemente armado y ser capaz de transportar tropas, puede ser lanzado en paracaídas con todo y tripulación. Otro tanto puede decirse del grado de preparación de las fuerzas especiales, cuyas unidades se reparten entre el ejército, las tropas aerotransportadas, la marina y agencias no militares como el Ministerio del Interior. Al parecer son ambas fuerzas las que han participado en la ocupación de Crimea a partir del 28 de febrero. Sin embargo, una invasión formal de Ucrania, por ejemplo, para imponer un cambio de régimen requeriría de cantidades de tropas y equipo más sustanciales. Sobre estas se tratará en la tercera parte de esta serie de artículos.

Bibliografía

Fremantleboy, y Sasha Krotov. «File:Military districts of Russia 2010.svg.» Wikimedia Commons. 27 de Febrero de 2011. http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Military_districts_of_Russia_2010.svg (último acceso: 3 de Marzo de 2014).

SIPRI. «SIPRI Military Expenditure Database.» 2014. http://www.sipri.org/research/armaments/milex/milex_database (último acceso: 3 de Marzo de 2014).

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