En la cultura persa la relación entre caligrafía y música ha sido siempre muy estrecha, ya que ambas han sido expresiones de la palabra, de la tradición poética persa, y en tal sentido se han caracterizado mucho por una exquisita y elaborada ornamentación.
Debido a la ubicación geográfica y el rol sociopolítico del antiguo Imperio Persa, la música persa música contribuyó enormemente a la formación de muchas otras tradiciones musicales en Asia Central, Asia Menor, China y el Norte de la India (los arios llegaron al Norte de la India alrededor del año 1,500 a.C. llevando la religión védica).
Tras ser conquistado por los árabes en el siglo VII d.C., su música tradicional asimiló elementos de la música árabe pero también contribuyó e influyó en la formación de esta última. Fue con la expansión del Islam que la música persa llegó a todo el Medio Oriente, al Norte de Africa, al Mediterráneo, y una vez más al Norte de la India.
La música clásica de Irán es en muchos aspectos similar a la árabe, la turca y la india, pero sin embargo mantiene características peculiares y propias. Una de ellas es el uso predominante de la improvisación a cargo de un músico solista, en base a una estructura rítmica generalmente asociada a los ritmos de la poesía. Otro aspecto resaltante es su carácter profundamente místico y contemplativo.