NOÉ
UNO Un tiro, un muerto, dos. La sangre introduce sus vetas dentro de la tierra, cual abono perfecto para un mundo que fenece y se alimenta de sí mismo para sobrevivir. Ahora, frente al espejo, él enternece sus ojos y llora porque ahora le toca vivir para morir. “¿Por qué lo hice? ¿Por qué tuve