Dad
“…El leve crujir de la viga de la que cuelga su padre, su tío o padrastro – mejor dicho – lo despierta. Aunque llamarlo padrastro podría herir susceptibildades, sobre todo la suya que hoy por hoy va de mal en peor: lo hace frágil, más enjuto de lo que es, maltrecho y ahora acongojado porque