Dad
“…El leve crujir de la viga de la que cuelga su padre, su tío o padrastro – mejor dicho – lo despierta. Aunque llamarlo padrastro podría herir susceptibildades, sobre todo la suya que hoy por hoy va de mal en peor: lo hace frágil, más enjuto de lo que es, maltrecho y ahora acongojado porque no tiene con quien practicar a la bicicleta. En definitiva, el partido de pelota quedará en halftime y su vida inconclusa, como migajas o como aserrín que cae detrás del sonido del crujir de la viga de la que cuelga su padre, su tío, padrastro y en verdad, su amigo…”
“Cadi” – Tayiel