Todavía se puede encontrar jueces que cumplen su labor de modo objetivo, sin presiones ni cohechos.
La sentencia que anuncia la caída del Alcalde tiene que ver con el mal uso de una camioneta municipal, es decir, una perla en el collar de denuncias que han rondado su ejercicio edil. La mayoría de autoridades se vuelven reyezuelos desde sus sillas, disponen de los bienes públicos a su antojo, pues erróneamente creen que ya son de su propiedad. Que la sanción les sirva de ejemplo.
Y ahora ¿qué puede ocurrir? Teniendo ya la sentencia queda esperar a que el Concejo Municipal se reúna para analizar el tema, y aquí se presentan dos caminos: la vacancia o la suspensión. Ambas decisiones están amparadas en la existencia de una condena judicial. Para declarar la vacancia se requiere dos tercios del número legal de miembros del Concejo, o sea, 11 votos ¿estarán los Regidores a la altura de las circunstancias? Por otro lado, una suspensión del cargo podría darse mientras dure la inhabilitación. Vacancia o suspensión son confirmadas por el Jurado Nacional de Elecciones.
La primera Regidora, Elizabeth Montenegro, asumiría las funciones de la Alcaldía. Espero que evalúe a las cabezas de todas las gerencias, el personal tiene que ser de “confianza” no por avalar corruptelas sino por su buen desempeño.
Muchos apurados han acudido a la huachafería del “besamanos”, en señal de sumisión a la señora Montenegro. No se deje atolondrar.
Si Roberto Torres ha caído es porque él no entendió la primera regla de la política: “El poder fácil llega y fácil se va”. Llegó fácil cuando se compró votos y conciencias. Fácil se fue porque es un encargo temporal ¿ahora quiénes lo adularán?
* Publicado en Peru.21 Norte, el 25 de mayo del 2012.
Imagen: Monopoly
Así es, y ahora en su desesperación las calles de Chiclayo están llenas de huecos, y aguas servidas. Dios salve nuestra bella ciudad.