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NUEVA MODALIDAD FORMATIVA EN PERU ¿LA SORPRESA?

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Ayer 21 de febrero la Comisión Permanente del Congreso aprobó el Proyecto de Ley Nº 1215/2016-CR denominada “nueva #modalidad #formativa” en “situaciones reales de trabajo” por la cual estudiantes de institutos técnicos podrán trabajar voluntariamente sin sueldo hasta 20 horas semanales y hasta por 3 años. El proyecto fue exonerado además de la segunda votación.

¿Por qué no aprobamos lo mismo para que los Congresistas tengan “modalidades formativas” no remuneradas? Visto que el 90% ingresa a la aventura para recién aprender dónde queda el Congreso, olvidándose dónde quedaron sus electores. También merecen “modalidades formativas” novedosas.

Fueron 94 votos a favor, y que se tenga muy claro esto:

– Los 61 Congresistas de la bancada de Fuerza Popular, siendo iniciativa de esta bancada.

Pero no sólo ellos, también estuvieron a favor:

– Los 15 Congresistas de Peruanos por el Cambio (acá mal escrito como Kambio, también se necesita “modalidad formativa”).

– Los 8 Congresistas de Alianza para el Progreso.

– La bancada del Partido Aprista Peruano.

– Los 5 Congresistas de Acción Popular.

– Wilbert Rozas, del Frente Amplio, quien luego pidió cambiar su voto ¿qué rayos es eso? Lo que obviamente no es posible (también merece “modalidad formativa”).

Este proyecto viene cocinándose desde 2017 en dictámenes previos ¿por qué no se dijo nada antes? ¿Cuánto seguimiento real hay de los que viene armando el Congreso? ¿Dónde están los centros de investigación académica y los “think tanks” para abordar estos asuntos antes de llegar a votaciones?

¿Este es un canje tras el anuncio de aumentar la Remuneración Mínima Vital? ¿Una compensación? ¿Por qué no se busca con leyes idóneas reconocer de mejor modo a los voluntariados, por ejemplo, como experiencias formativas de peso en el CV de un joven?

P.D: Alguien le puede avisar a los encargados de la página web del Congreso de la República que quiero siempre observar las votaciones de proyectos con detalle, voto a voto, pero sus links no funcionan (modernización del Estado).

 

Imagen: Youtube

¿LA FIESTA DE LOS CORRUPTOS?

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¿Todos son corruptos? ¿Cuánto más soportará el país? ¿Qué pasará con las investigaciones? Son algunas de las tantas preguntas que deambulan hoy en la mente de los peruanos. El fenómeno de la corrupción nos viene ganando la batalla, desde el Gobierno Nacional hasta los Gobiernos Regionales y Locales pareciera que la peste avanza sin un punto claro de inflexión para controlar el robo, el aprovechamiento de puestos públicos, los sobornos  y la consabida práctica del que muy pocas veces o nunca se encuentren responsables claros para ser sancionados.

Hoy por hoy, malos funcionarios (de esos que abundan, también en este territorio de Lambayeque) quieren hacernos creer que el país va muy bien, que sus indicadores macroeconómicos son estables y que el progreso va llegando paso a paso a más hogares ¿es cierto aquello? Pregúntese y medite usted mismo.

Nuestro “progreso” se ve seriamente opacado por el avance de la corrupción, algo que así señalan los informes de Transparencia Internacional. Esta organización elabora anualmente el Índice de Percepción de la Corrupción, donde cien (100) puntos es ausencia de corrupción y más cerca a cero (0) es más corrupto. De un total de 166 países evaluados, éstos son los resultados para Perú en los últimos años:

AÑO

PUNTAJE

(más cerca al 0 = más corrupto)

PUESTO

2011

38 puntos 83
2015 36 puntos

88

2016 35 puntos

101

 

Es más que notorio nuestro mal desempeño. Hemos caído en puntaje y hemos descendido en los puestos (ahora somos el vergonzoso país N° 101 de un total de 166). Es decir en los últimos años ¿qué hicimos para combatir la corrupción? Empeoramos. No es coincidencia que nuestros ex Presidentes: Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala estén investigados en el último mega escándalo Odebrecht, algo que supimos no gracias a nuestro sistema judicial o anticorrupción nacional sino cuando el problema fue detectado en los Estados Unidos y la empresa se decidió a colaborar con el Departamento de Justicia de ese país. Si el escándalo no hubiese estallado allá ¿se hubiese remecido el país aquí? ¿Hubiese llegado al punto de tener orden de prisión preventiva un ex Presidente? ¿Funciona nuestro sistema anticorrupción? Comisiones van y vienen, informes se hacen ¿pero se cumplen?

Espero realmente que caigan todos los implicados, aunque algunos de sus ciegos partidarios traten de salvar a malos funcionarios. En una democracia real nadie debe tener coronas a la hora de enfrentar responsabilidades.

Pero esta plaga no es nada nueva, y tampoco nació con la gran corruptela mafiosa de tiempo del ex Presidente Fujimori y el asesor Montesinos (junto a muchos otros aduladores que les rodearon y se beneficiaron), esto tiene raíces más profundas. Uno de los mejores trabajos sobre la materia es el de Alfonso Quiroz Norris (+) titulado “Historia de la corrupción en el Perú”, libro que invito a todos a leer y releer. Los nombres de algunos hoy investigados ya aparecen ahí, pero sus prácticas son de mayor data. Hoy se habla del financiamiento dudoso de muchos candidatos de izquierdas y derechas (porque la corrupción ha alcanzado a todos) que hicieron campaña con dinero de las empresas que luego serían beneficiadas. Quiroz encuentra documentación al respecto, así en el siglo XIX sobre nuestro político Nicolás de Piérola:

“el adelanto de mil libras a Moncloe [nombre clave de Nicolás de Piérola, descifrado en claves de archivo] que autorizamos […] lo hicimos en vista de los muchos servicios que hemos recibido hasta ahora de sus manos, y en general consideramos que no sería buena política rehusarle este monto, siendo él líder de un partido político grande, y que puede que vuelva en el futuro a ocupar el primer plano”.

Y así fue, Piérola volvió a ser Presidente del Perú ¿nos resulta familiar?

¿El tiempo pasado fue mejor? Difícilmente. Lo más probable es que tan acostumbrados a una visión histórica limitada, olvidamos lo que ocurrió antes. La corrupción no es una práctica de las últimas décadas, es de mucho atrás, tal vez tan lejana llegando hasta nuestro idealizado mundo prehispánico (de señores enterrados) y a las páginas cargadas de personajes históricos tratados con bondad por el simple hecho de haber ocupado altos cargos (el libro de Quiroz presenta en redes de corrupción hasta próceres, también locales). La corrupción está presente siempre y en todas las sociedades, la gran pregunta es ¿qué hacen las sociedades para defenderse de esta enfermedad? Algunas detectan y sancionan a tiempo. En el caso de nuestra sociedad peruana, la respuesta no es nada clara ni contundente.

En el Perú, ni en el departamento de Lambayeque, ni en esta ciudad de Chiclayo se tiene claro ¿qué hace la sociedad por ser mejor? Somos muy proclives a señalar y escandalizarnos por las denuncias en la esfera pública gubernamental, pero ¿y la corrupción del día a día? Esa corrupción del soborno al policía, el regalo al funcionario público para que agilice el trámite, esa corrupción de hablar a media voz por “lealtad” institucional (concepto tan mal empleado) ¿o será más bien callarse para evitarse problemas? Esos son los pactos cotidianos, las alianzas, la asociación con la corrupción de la que no que queremos hablar.

Vemos esas prácticas ante nosotros, en nuestras oficinas, en nuestros trabajos ¿y qué hacemos? ¿Ser silenciosos cómplices? Cien veces es preferible perderlo todo, a ser uno más de los cabizbajos aduladores mediocres que deambulan como sombras por nuestras instituciones públicas y privadas.

 

¿Qué podría pasar ahora?

Pues, son varios los riesgos que corremos. En primer lugar, que las investigaciones sean más de lo mismo. Mucho de “operativo”, noticias, rumores y habladas; pero nunca llegar a sentencias firmes y correctas ¿tendremos que vivir acostumbrados a que los casos prescriban a falta de celeridad? La burla de la injusticia sólo consagra la impunidad en este país.

En segundo lugar, los hoy llamados “investigados” podrían esperar, dar tiempo, que los temas se diluyan. Mejor dicho, que se dispare a otros, a los que fueron “mandos medios” (ya vimos cómo algunos de los funcionarios detenidos en el caso Odebrecht, han empezado a cambiar de versiones, incluso se han retractado de ser “colaboradores eficaces” ¿qué les hace cambiar de idea? ¿Qué les presiona o qué se negocia? Y así, dando tiempo al tiempo, volver “triunfales” cuando la gente haya olvidado (muy propio de los connacionales y la limitada mirada histórica). Es que ¿resucitarán los políticos hoy investigados? ¿Seguirán sintiéndonos eternos candidatos y dueños de los partidos políticos?

En tercer lugar, no faltará quienes quieran sacar ventaja de la situación. Y aquí es donde aparecen los “nuevos mesías”, aquellos que van a luchar (en sus altisonantes discursos) contra todos los males del país, especialmente contra la corrupción, pero ¿cómo lo harán? Tal vez ni ellos mismos lo saben, azuzan, se movilizan, pero las ideas les escasean. Son construcciones del momento, alianzas vagas, llamados al pueblo, muy mediáticos algunos (pocas veces se conoce quienes los subvencionan y no son claros en sus cuentas). Hay que tener cuidado con esos “mesías” que aparecen casi de la nada, de aventura en aventura.

 

¿Creen que he sido demasiado pesimista? No lo creo. Es necesario hurgar en la herida para que el enfermo reaccione y se decida a sanar. Somos una sociedad enferma, por falta de CIUDADANÍA.

Escribo estas líneas sin endulzarle la historia a nadie. El Perú, Lambayeque y Chiclayo están enfermos. Vamos de golpe en golpe sin reaccionar de verdad, todo queda limitado al escándalo del momento. Digo todo esto, no sin dejar de señalar que en más de una ocasión hemos buscado proponer y corregir con fundamentos aquellos males que debilitan la vida en comunidad: la desidia institucional, la apatía de la gente, el mero griterío sin propuesta concreta, o la falsa adulación de unos solapando los grandes errores de otros.

En 2013 fuimos parte del entonces Movimiento Cívico de Chiclayo, conglomerado de instituciones que buscaron hacer frente a la corruptela y caos que vivía nuestra ciudad. Así se organizó una multitudinaria marcha el 1 de marzo de 2013. En algún video de los preparativos ha de estar registrado el momento en el cual señalaba que lo importante era mantener la unidad, pues ¿qué pasaría luego de la marcha? Propusimos así que se organicen Mesas de Trabajo abordando entre los ejes la gobernabilidad, los proyectos para la ciudad (como el aún deficiente saneamiento básico), la transparencia, etcétera. Integrando por rubros a las distintas organizaciones: los gremios empresariales, universidades, Colegios Profesionales, colectivos ciudadanos, medios de comunicación; cada uno según su experiencia en una Mesa. Se lograron armar, pero no resistieron para darle continuidad y todo se perdió ¿es que acaso no estamos preparados para trabajar unidos en determinado tema? ¿Aún son muy pocos los que brindan su tiempo sin recibir ninguna compensación económica y sólo la satisfacción de no vivir en una aldea sin rumbo?

Lambayeque tiene tantas universidades, tantos Colegios Profesionales, gremios empresariales y un largo etcétera. Pero las últimas lluvias han puesto en evidencia la debilidad de todos, como siempre la reacción llega solamente luego del desastre. E incluso así, ya en medio del pantano ¿qué vemos? Pobladores contentos caminando por las calles, comiendo muy a voluntad en los elegantes restaurantes del centro de la ciudad donde precisamente aún los desagües siguen reventando ¿ese es el buen modo de vivir? Pareciera que libremente cada quien se busca su malestar. Ni siquiera las empresas de la ciudad se han preocupado por limpiar el tramo de vereda que les corresponde, con lo cual los pantanos de ayer son hoy torbellinos de tierra fétida ¿y así progresamos?

¿Por qué sacar a colación todo ello? Pues por la sencilla razón que el camino del atraso es la fuerza de la costumbre, y estas ciudades se están (mal) acostumbrando a vivir así. Ya sabemos de la lentitud e inoperancia de las autoridades, pero ¿qué están haciendo el resto de ciudadanos por vivir mejor aunque sea en su barrio?

Las autoridades viven perdidas en “su micro mundo”, aunque no faltarán algunos que trabajan bajo esas gestiones y que intentan ocultar los desaciertos. Craso error. Olvidan todos esos funcionarios que ellos no trabajan para la “gestión de fulano o mengano”, ellos trabajan para la población, son nuestros servidores públicos, no maquilladores del trabajo u omisión de las autoridades de turno. En plena emergencia, se espera para reaccionar, se espera a la llegada breve del Presidente de la República y eso se ve como un “gran logro” ¿cuántos Alcaldes y autoridades del Gobierno Regional han estado participando de reuniones en los respectivos Centros de Operaciones de Emergencia antes de las lluvias? ¿Cuántos han considerado o reclamado por drenajes pluviales en los proyectos que realizan? ¿Cuántos consideraron fenómenos climáticos en sus Planes de Gobierno? Sobran las respuestas ¿y ahora se nos quiere hacer creer que todo marcha bien? Como siempre esta ciudad se sentará a esperar. El sol seca la lluvia y el viento se lleva el polvo ¿eso es un plan de acción?

Todo ello tiene perfecta relación con las corruptelas, la costumbre del mal vivir es la puerta a la corrupción. Siendo tan conformista el individuo construye su propia permisividad y ahí nacen lemas como “que robe, con tal que haga obras” ¿así de fácil?

Se acostumbra el poblador a conseguir todo fácil en la vida, gracias al “contacto”, al amigo, al familiar, con el regalo de por medio o la tarjeta para el acomodo. Y el ciclo de la corrupción se reconstruye. Desde esa corrupción ministerial (donde se creen muy técnicos y acreditados) que daba luz verde a los expedientes dudosos para hacer obras de alcantarillado en los últimos años junto a malos funcionarios locales, hasta la corrupción del día a día, del compadre o del amigo ¿así queremos tener un mejor país?

 

¿Hay una esperanza? Puede que sí, sobre todo en la juventud. Pero una juventud realista, que no idolatre sino que reflexione, que no salga a las calles por el simple hecho de gritar algo (las marchas no cumplen su finalidad si no se lleva bajo el brazo una propuesta concreta, un cambio en tal o cual norma, una iniciativa legal, un proyecto; caso contrario sólo es indignación sin solución, o es simplemente servirle de soporte a alguien más) sino que construya y reforme desde cada uno de sus espacios con responsabilidad. No repitan los errores de los mayores, conózcanlos para enmendar a tiempo.

* Escrito de mi autoría, publicado como Representante de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia en el Perú. Semanario Expresión Nº 1000, febrero de 2017.

 

“Diogenes mit der Laterne auf dem Markt Menschen suchend” (Diógenes buscando un hombre honesto).
Obra de Jacob Jordaens, año 1642. 

“QUE LA PATRIA OS PREMIE”

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Hace poco se conmemoró un nuevo aniversario patrio, recordando un 28 de julio como la fecha en que Don José de San Martín pronunciaba la Independencia Nacional. Este momento histórico no rompió nuestras cadenas del imperio español, pues aún faltarían varios años más para vencer militarmente a las tropas realistas. El 28 de julio, desde el centro del poder virreinal, representa la solemne proclama para pelear, la proclama para no desviarnos de la ruta de la libertad.

El camino sería largo para conseguirnos una Patria, la cual no era ya la de Manco Capac ni la de Francisco Pizarro, sino un mestizaje de culturas.

El español Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales: Trafalgar, escribiría un bello pasaje con la noción de Patria, para ilustrarnos:

“Me representé a mi país como una inmensa tierra poblada de gentes, todos fraternalmente unidos; me representé la sociedad dividida en familias, en las cuales había esposas que mantener, hijos que educar, hacienda que conservar, honra que defender; me hice cargo de un pacto establecido entre tantos seres para ayudarse y sostenerse contra un ataque de fuera, y comprendí que por todos habían sido hechos aquellos barcos para defender la patria, es decir, el terreno en que ponían sus plantas, el surco regado con su sudor, la casa donde vivían sus ancianos padres, el huerto donde jugaban sus hijos, la colonia descubierta y conquistada por sus ascendientes, el puerto donde amarraban su embarcación fatigada del largo viaje; el almacén donde depositaban sus riquezas; la iglesia, sarcófago de sus mayores, habitáculo de sus santos y arca de sus creencias; la plaza, recinto de sus alegres pasatiempos; el hogar doméstico, cuyos antiguos muebles, transmitidos de generación en generación, parecen el símbolo de la perpetuidad de las naciones; la cocina, en cuyas paredes ahumadas parece que no se extingue nunca el eco de los cuentos con que las abuelas amansan la travesura e inquietud de los nietos; la calle, donde se ven desfilar caras amigas; el campo, el mar, el cielo; todo cuanto desde el nacer se asocia a nuestra existencia, desde el pesebre de un animal querido hasta el trono de reyes patriarcales; todos los objetos en que vive prolongándose nuestra alma, como si el propio cuerpo no le bastara […]”

Hace unos días en reunión con unos amigos argentinos y chilenos conversábamos sobre los personajes del proceso independentista de la América Española, como no recordar a don José de San Martín, a Bernardo O’Higgins, a Manuel Belgrano y tantos otros; todos ellos quienes pensaron precisamente en la “Patria grande”, como americanos libres. Como bien sentenciaba San Martín: “Libres o muertos, jamás esclavos”.

El mejor homenaje que se les puede hacer a estos notables hombres es conocer más a profundidad sus vidas, sus dilemas y cómo supieron sobreponerse a las dificultades para luchar por un ideal mayor, la libertad.

Recordaba así a don Manuel Belgrano, hombre de letras quien se hizo militar en la guerra de independencia. Fue Belgrano un verdadero adelantado para su época, un impulsor del trabajo agropecuario y de la necesidad de las escuelas públicas para brindarle oportunidades de desarrollo a la población. Hace eco en mi mente una de sus frases que pinta su carácter: “Mucho me falta para ser un verdadero padre de la Patria. Me contentaría con ser un buen hijo de ella”.

¿Esta frase tiene parangón actualmente? Aquellos hombres desinteresadamente entregaron sus patrimonios, la tranquilidad de sus familias, la seguridad de sus posiciones sociales, todo por legarnos un suelo libre ¿hemos sabido corresponder a su gesta?

En fechas como éstas solemos ver las banderas desde balcones y en lo alto de las viviendas, pero quienes cumplen con ello ¿se esfuerzan por ser mejores ciudadanos? La bandera no es elemento decorativo, la bandera nacional es símbolo de identidad, de la unidad de la Patria. De nada sirve izar una bandera si los peruanos entre sí no se sienten como un “nosotros” sino como un “ellos” y los “otros”.

San Martín conocía de las discriminaciones, por el color de la piel, por el dinero que cada quien lleva en los bolsillos o por el lugar de nacimiento, por ello el 27 de agosto del año 1821 expidió un importante Decreto señalando que:

“En adelante no se denominarían los aborígenes, Indios o Naturales: ellos son hijos y Ciudadanos del Perú, y con el nombre de Peruanos, deben ser conocidos”.

Prestemos atención a lo aquí anotado, una revisión de archivos del siglo XIX nos presenta la realidad de una sociedad dividida por orígenes, por castas, en donde el dinero y los compadrazgos también servían en parte para aminorar la exclusión. En ese tiempo las voces directas eran: “español”, “mestizo”, “indio”, “indio principal” (en alusión a la nobleza indígena, que también la hubo y se mantuvo), y muchas otras etiquetas usadas para ubicar a la población por sectores. Conociendo de ello, San Martín decidió que todos los indígenas sean llamados “peruanos”, quedaba claro entonces que la voz “peruano” ya podría ser usada para todos los nacidos en este suelo patrio. Sin embargo, en la práctica (y vuelvo a la revisión de los libros de registro del siglo XIX) dicho término sólo fue aplicado para los indígenas, es decir ¿los demás qué eran? Siguió usándose, para quienes no eran considerados indígenas, las categorías de “blanco”, “mestizo”, etcétera. La división en grupos poblaciones no se extinguió ¿cuántas de esas divisiones sociales permanecen en nuestras mentalidades? ¿Tan difícil es que todos simplemente seamos peruanos?

Veremos recorrer también en estas fechas los grandes paseos con la bandera, conducida por autoridades civiles y militares ¿en qué piensan al conducirla? La misión de toda autoridad es velar por los intereses de la población a la que representa, y no hacer mal uso del cargo que temporalmente se ostenta. Que mayor prueba de cumplimiento del deber y desapego por la figuración pública que la de José de San Martín quien, tal y como había anunciado, entregó su cargo de Protector del Perú en el momento en que quedó instalado nuestro primer Congreso Constituyente en el año 1822.

Hoy muchos dan batalla pero para aferrarse al poder, sin llegar a entender que es temporal, esa es la falta de vocación de servicio. Hay quienes se sienten “caudillos del pueblo”, hoy denominados “candidatos natos”, aquellos que siempre postularán a un puesto público, aquellos a quienes no les importa cambiar de tienda política cuantas veces sea necesario con tal de alcanzar una posición política. Erróneamente muchos de estos individuos se sienten salvadores de la Patria.

Don José de San Martín era, como buen líder (palabra tan venida a menos en el mundo político), muy exigente con la tropa a su cargo. Así, los granaderos del Ejército Libertador tenían un Código de Honor, entre los delitos por los cuales los oficiales serían expulsados de las filas del ejército se encontraba:

“Por cobardía en acción de guerra, en la que aún agachar la cabeza será reputado tal.

Por falta de integridad en el manejo de intereses, como no pagar a la tropa el dinero que se le haya suministrado para ella.

Por hablar mal de otro compañero con personas u oficiales de otros cuerpos”.

El honor fue la divisa de muchos de estos hombres a quienes les debemos el esfuerzo por entregarnos una Patria, nuestro pago es la responsabilidad de engrandecerla. Ningún desfile o izamiento importaría si ello no lo tenemos muy en claro.

Les invito a meditar una última frase del Generalísimo José de San Martín, pronunciada antes de partir con las tropas en camino hacia nuestro país en 1820: “Os ruego que aprendáis a distinguir los que trabajan por nuestra salud, de los que meditan nuestra ruina”.

¿Habremos aprendido a distinguir o viviremos en espejismos?

* Escrito de mi autoría, publicado en El Dominical de La Industria. Año XLI. Nº 2022. 09 de agosto de 2015.

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“Luchadores de la Independencia”, mural de Teodoro Núñez Ureta.


PERU: ¿POR QUE NUESTRA DEMOCRACIA NO MADURA?

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Intentar responder a esta interrogante bien puede llevarnos a interminables nuevas preguntas e intentos de respuestas. Si bien nuestra democracia no es tan débil al punto de estar bajo la amenaza de golpe de Estado (como los tantos que ya ha habido en nuestra historia republicana), sí es débil para ser asumida como parte de nuestra cultura política, es decir, nuestra democracia es débil porque aún no la hemos internalizado como ciudadanos. Vale decir, no nos hemos familiarizado plenamente con las reglas del juego democrático.

Según cifras del Latinobarómetro del año 2014 (muestreo de los países latinoamericanos), en el caso del Perú tan sólo un 55.8% manifestó su apoyo al sistema democrático. Cifra preocupante, el descrédito hacia las burocracias y hacia las autoridades ha hecho que se afecte la credibilidad de las instituciones de la democracia; por eso hay quienes manifiestan que sí puede haber democracia sin Congreso de la República, malos Congresistas (electos por nosotros mismos) han afectado la estabilidad de un Poder del Estado.

Como dijo Winston Churchill: “La democracia es la peor forma de gobernar excepto todas las demás formas que de tanto en tanto se han probado”, la democracia nos garantiza libertades asentadas en el respeto a la ley ¿acaso les gustaría ver restringidas sus libertades bajo una dictadura o un autoritarismo?

Mantener y afianzar la democracia requiere el compromiso de los individuos de una sociedad, se trata también de un cambio de actitudes para fortalecer el sistema. A continuación presentaré algunos puntos que impiden la madurez de nuestra democracia, y en los cuales de seguro también tenemos responsabilidad.

 

  1. “Regístrese, comuníquese, publíquese y archívese”

Consabida fórmula utilizada para finalizar textos legales ¿pero, se cumple?

En primer lugar, causa asombro que hoy en día con más asesores legales en las entidades públicas, la calidad de las normas haya decaído. Como aficionado a la historia he revisado legislación de vieja data y encuentro un mayor sentido de la lógica, a comparación con los textos actuales. En el siglo XIX no había tantas escuelas de leyes, pero tal parece que sí había más sentido común.

Pondré un ejemplo muy sencillo, artículo 37º de la Ley Orgánica de Municipalidades del año 1834: “En el caso de resultar que alguno o algunos individuos de las juntas [municipalidades] hayan malversado los fondos municipalidades, el jefe político usando de la facultad coactiva, hará que reintegren prorrata la cantidad en que aparecieren descubiertos, sin perjuicio de la causa que les mandará seguir”.

No se trata de emular los tiempos del pasado como los reaccionarios, pero sí causa extrañeza que hoy en día con tantos instrumentos legales no se pueda ser más claro y enfático para sancionar, por ejemplo, la corrupción. Nuestra actual Ley Orgánica de Municipalidades Nº 27972 (del año 2003) en ningún punto considera lo que acabamos de referir (en norma del año 1834); quien defrauda el dinero público debe devolverlo de su patrimonio, además de afrontar el proceso legal respectivo. Ahora, con Órganos de Control Institucional (OCI), Contraloría General de la República, Ministerio Público y Poder Judicial, la marcha para capturar y sancionar de modo ejemplar el delito de los funcionarios públicos se nos muestra mucho más lenta, ese debilita nuestra democracia. En el individuo queda la desazón y la idea de que las leyes actuales (mal elaboradas y enrevesadas) no importan.

Tenemos muchas leyes, pero la mayoría de éstas no señala qué ocurre si no se cumplen. Ello es una omisión absurda. Por eso, como suelo señalar, es un país “legalista pero no legal”.

Llama la atención también que en este tiempo de tecnologías de la información no se logre una mejor comunicación ¿se conocen las leyes, decretos, ordenanzas que diariamente se van aprobando? Es cierto que hay dejadez por parte de la población, y dejadez de los medios de comunicación para llegar a resumir hábilmente los debates y normativas; pero tampoco las entidades gubernamentales acercan sus marcos legales a la población, no basta con la obligatoria publicación en el Diario Oficial El Peruano. Sólo por ejemplificar ¿por qué no difundir mediante una secuencia radial las Ordenanzas Regionales y Municipales?

Nuestra democracia es débil porque las leyes no se cumplen y porque dichas leyes tampoco son conocidas, y no hay interés en acercarse a éstas. Es ahí donde empieza a romperse el “Estado de Derecho” que es pilar de toda democracia.

 

  1. ¿Respeto por la ley?

Quiero continuar con el punto de análisis sobre la ley; ya que en las democracias estables el gobierno es de las leyes y no de los hombres, vale decir, el sistema funciona sin verse afectado por posiciones antojadizas del gobernante de turno.

Desde que nacimos a la vida independiente, la mayoría de nuestras Constituciones Políticas han sido factura de golpes de Estado. Bastaba con que uno de nuestros tantos caudillos se creyera con el supremo derecho de ser el adecuado para regir los destinos de la Patria, sumándose algunas voluntades (en su mayoría cómplices avorazados por aprovecharse del poder político) y utilizando a la población, vista como pueblo informe, como “masa”. Luego de dar el golpe de Estado, el nuevo gobierno buscaba establecer su propio marco normativo, su propia Constitución Política. El texto se convierte así en un pacto temporal para legitimar al caudillo de turno; y no en una garantía de respeto hacia la vida republicana.

Sin ir muy lejos en el tiempo, recientemente vivimos la “reinterpretación” de las normas vigentes. Nuestros Alcaldes electos hicieron su juramento a como mejor les pareció, juraron a sus cargos antes quienes se les antojó, así unos juraron ante sus familiares, otros ante Párrocos, otros ante quien piensan que es autoridad de más rango (lo cual es una idea errada), y un largo etcétera. Siempre habrá quien pretenda reinterpretar la ley, pues como sentencia el triste aforismo “hecha la ley, hecha la trampa”. Si las autoridades hacen ello, ante un suceso tan simple como juramentar a sus cargos ¿qué se podrá esperar de sus actos de gobierno posteriores?

Se ha demostrado cuán “eficaces” somos para acomodar las normas a beneficio, para aprobar normas poco claras, con vacíos; en algunos casos por torpeza y en otros casos para aprovechar luego el escenario de incertidumbre.

 

  1. La eterna búsqueda del “mesías político” y la falta de visión

Nuestra democracia no termina de madurar, y está aún a buena distancia de su mayoría de edad, debido a que no hemos aprendido que un solo individuo no podrá “salvar” a la Patria, ni al país, ni al departamento, ni a la ciudad. Pero, neciamente seguimos buscando a este “mesías”.

En campañas electorales todos ponen su atención sobre el candidato a Presidente de la República (hoy se habla ya de candidaturas presidenciales sin antes haber cumplido con la democracia interna, ya están en campaña los caudillos de siempre sin respetar ni la previa voz de las bases de sus grupos políticos), o sobre el candidato a Presidente de Gobierno Regional (absurdamente llamado hoy “Gobernador Regional”, lo cual es otra de nuestras abominaciones legales pues ya existía un cargo con esa misma denominación), o en el Alcalde ¿y los demás integrantes de la fórmula postulante? ¿Es que acaso un solo hombre resolverá los problemas de la comunidad?

Se equivocan aquellos que, por ejemplo, piensan que el Alcalde es la máxima autoridad de una provincia o distrito, pues la máxima instancia es el Concejo Municipal. Con Regidores esclarecidos en su función se tendrían más propuestas y fiscalización, y menos caudillismos locales. Pero tener mejores autoridades, implica tener mejores votantes, mayor compromiso a la hora de decidir por quien sufragar y no tomar los destinos de la colectividad al azar o al regalo recibido en campaña.

Los políticos no son santos y difícilmente lo serán; no obstante, parece que se siguiera buscando a un santo iluminado para que gobierne, y a fin de cuentas termina sentándose en el “trono” (que la misma población ha creado al endiosar a las autoridades) simplemente el “menos malo”. Muchos de esos “menos malos” llegan a enceguecerse a tal punto que se consideran a sí mismos indispensables, y he ahí el fenómeno de la búsqueda permanente de la reelección.

Ya casi nada asombra en nuestra realidad, pero siempre cabe hacerme el sorprendido una vez más. Ahora, en la directiva de la Asociación de Municipalidades del Perú (AMPE) han tenido la idea de presentar un Proyecto de Ley para frenar la norma que les impide reelegirse como Alcaldes ¿por qué? Seguro señalarán “es que en 4 años no se pueden terminar todas las obras proyectadas” ¿y eso qué? ¿Acaso no puede haber alguien igual de capaz para continuar las obras? ¿Acaso el grupo político no tiene alguien más como “ser pensante” para postularlo? Me apena que haya quienes avalan la idea de una “eterna” autoridad pues eso quiere decir que ustedes mismos no son capaces ¿en dichos grupos políticos no hay más cerebros? Con razón vamos mal.

No cansados con ello, en la AMPE también pretenden elevar el sueldo de los Alcaldes ¿será para hacer mejor su tarea? En ese caso necesitarán sueldos millonarios porque hasta ahora no da muchas luces la gran mayoría. Tienen la gran “iniciativa” de presentar esas ideas, mientras que la inseguridad sigue campeando en todo el país ¿por qué no presentan un Proyecto de Ley sobre la Seguridad Ciudadana? Por ello es que la democracia no se fortalece, porque quienes están en la primera línea de acción, las autoridades, adolecen de visión, de criterio lógico y les falla la visión de conjunta. Únanse para dar pelea por los problemas que realmente aquejan a la población. Pero, nuevamente los electores son los responsables, y también quienes permitimos que algunos hagan lo que mejor les parezca equivocadamente al gobernar.

Finalmente, ¿por qué la democracia peruana no madura? Porque sencillamente muchos siguen pensando como súbditos, adulando a las autoridades, haciéndoles llegar obsequios por el simple hecho de ¡cumplir con su trabajo! ¿Cómo es eso posible? Hay demasiados súbditos, sin embargo, se animan a protestar cuando los intereses individuales se ven amenazados, y la mayoría de veces la gran protesta es violenta ¿eso es democracia? Hay que levantar la voz a tiempo, pero hay que cuestionar y proponer; lo hemos dicho siempre. Mientras no lleguemos a ello, seguiremos en una democracia cual barco a la deriva.

Que un nuevo aniversario nacional nos haga ser más reflexivos y nos lleve a madurar, empezando por nuestras actitudes personales para con la democracia, sólo así daremos el salto para cambiar una sociedad. Empecemos por nosotros mismos siendo mejores ciudadanos, que ese sea el regalo a la Patria.

* Escrito de mi autoría, publicado en Semanario Expresión Nº 921-922 / Especial de Fiestas Patrias. 24 de julio de 2015.

 

ensor01a“Intriga” (1911). Obra de James Ensor.


 

HEROES EN EL SILENCIO: CHICLAYO Y EL MONUMENTO A LOS CAIDOS EN LA GUERRA DEL PACIFICO

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En la historia impartida en los colegios, así como en los relatos orales de nuestras casas, casi todos conocemos los terribles momentos que vivió el país en el contexto de la llamada Guerra del Pacífico (1879-1883) librada entre Chile y la alianza de Perú y Bolivia, quedando luego sólo peruanos y chilenos en el escenario bélico. Una guerra que dejó desolación y barbarie, y que nos hizo ver también las debilidades de nuestro sistema político y de quienes ejercían el poder. La mala conducción y el desorden interno agravaron la situación nacional, mientras muchos hombres de gran convicción acudían al frente de batalla para entregar sus vidas. Sobre la falta de políticos idóneos en nuestro devenir nacional y en el curso de la guerra, el célebre Manuel Gonzáles Prada escribiría:

“Sin especialistas, o más bien dicho, con aficionados que presumían de omniscientes, vivimos de ensayo en ensayo: ensayos de aficionados en Diplomacia, ensayos de aficionados en Economía Política, ensayos de aficionados en Legislación y hasta ensayos de aficionados en Tácticas y Estrategias. El Perú fue cuerpo vivo, expuesto sobre el mármol de un anfiteatro, para sufrir las amputaciones de cirujanos que tenían ojos con cataratas seniles y manos con temblores de paralítico. Vimos al abogado dirigir la hacienda pública, al médico emprender obras de ingeniatura, al teólogo fantasear sobre política interior, al marino decretar en administración de justicia, al comerciante mandar cuerpos de ejército… Cuánto no vimos en esa fermentación tumultuosa de todas las mediocridades, en esas vertiginosas apariciones y desapariciones de figuras sin consistencia de hombre, en ese continuo cambio de papeles, en esa Babel, en fin, donde la ignorancia vanidosa y vocinglera se sobrepuso siempre al saber humilde y silencioso! (Gonzáles Prada, Manuel. “Discurso en el Politeama”. En: Pájinas [sic] Libres)

En el contexto de la guerra muchas injusticias fueron cometidas por el ejército invasor. En el caso puntual de Chiclayo se recuerda la Expedición de Patricio Lynch, Comandante en Jefe de la División de Operaciones del Norte, cuya función era la de cobrar cupos y afectar la estructura productiva norcosteña para cortar así los recursos que podrían haber sido usados por el país.

Las tropas chilenas entraron a Chiclayo el día 26 de setiembre del año de 1880. Varios vecinos se dirigieron a otras poblaciones saliendo de la ciudad, pese a ello el sistema de cupos se impuso, y (aunque difícilmente se encuentre registro completo de ello en documentos) se tomaron medidas drásticas ante quienes se oponían a los requerimientos de las fuerzas de ocupación.

En este tiempo debió producirse el incendio del antiguo Palacio Municipal, golpeándose el corazón político de la ciudad (el siguiente incendio ocurriría en el año 2006, destruyéndose la estructura edificada en 1920, es necesario señalar que este último incendio es más lamentable por ser un delito cometido por connacionales).

En 12 de abril del año 1881 el ejército chileno volvió a ingresar a Chiclayo. Ya para agosto de 1883 se tienen comunicaciones de Lynch sobre la desocupación de los departamentos del norte, pero aún en setiembre de ese año acontecían persecuciones contra montoneros de Chiclayo.

 

Los hijos chiclayanos que acudieron al escenario bélico supieron honrar sus deberes, así tenemos los conocidos nombres de Elías Aguirre, a quien la muerte le alcanzaría a bordo del Huáscar en Angamos; y José Andrés Torres Paz, joven estudiante de la Universidad de san Marcos quien caería muerto durante la defensa de Lima en el campo de Miraflores.

Hace unos días, caminando por el centro de nuestra ciudad, pasé por la casa del héroe Elías Aguirre (en la calle del mismo nombre, antes llamada Calle Real) y en el patio de dicha vivienda volví a observar el monumento de mármol que lleva grabadas las palabras: “CHICLAYO A LOS ILUSTRES HIJOS DEL DEPARTAMENTO DE LAMBAYEQUE QUE SUCUMBIERON EN LA GUERRA NACIONAL DE 1879” Palabras que resaltan, pero ¿a cuántos de ellos les conocemos?

 

Monumento 1


Este monumento fue el primero que se ubicó en la Plazuela Elías Aguirre en el año de 1895. Tras la instalación del actual pedestal y el busto del héroe en 1924, este monumento fue trasladado al patio de esta vivienda. En sus cuatro lados aparecen grabados los nombres de aquellos caballeros que honrando a su tierra natal, cayeron abatidos en los campos de batalla por la defensa nacional.

  • En Angamos, el 8 de octubre de 1879: Elías Aguirre y Diego Ferré.
  • En la Batalla de San Francisco o Dolores, el 19 de noviembre de 1879: Guillermo Pareja y Leopoldo Vallejos.
  • En Ancón, el 24 de abril de 1880: Pedro Ruiz.
  • En Tacna o Batalla del Alto de la Alianza, el 26 de mayo de 1880: Miguel Orbegoso y Bernardo Bocanegra.
  • En Arica, el 7 de junio de 1880: José León
  • En San Juan, en la defensa de Lima, el 13 de enero de 1881: Daniel Garcés, Antonio Lora Ojeda, Hipólito Orbegoso, Manuel Labenita, Francisco Vallejos, Manuel Seclén, Alejo Guevara, Francisco Suárez, Calixto Soto, Sebastián Paz, Carmen Pichincha, David Arbulú, Nicolás Niquen, José M. Losada, Eduardo Uchofen, Juan Rodríguez, Manuel Vilela, Francisco Bravo, Lorenzo Palleza y Teodosio Ramírez.
  • En el Morro Solar, el 13 de enero de 1881: Jacinto Pastor.
  • En Chorrillos, el 13 de enero de 1881: Bernardo Patazca, Pedro Gómez, Santiago Uchofen y Juan M. Balcázar.
  • En Miraflores, el 15 de enero de 1881: Juan M. Fanning, José A. Torres Paz, Mariano Pastor, Natalio Sánchez, Martín Martínez, Manuel Gonzáles, Francisco Esquén, Francisco Rosado, José Falen, Rosendo Yzaga, Pedro Sambrano, J. Espinoza, Antonio Rojas, José Valverdi, N. Yrigoyen.

 

Todos ellos lambayecanos y muchos nacidos en la misma provincia de Chiclayo. De entre estos nombres podemos reconocer, además de Elías Aguirre y José Andrés Torres Paz; a Pedro Ruiz Gallo, destacado inventor que tratando de perfeccionar un sistema de torpedos murió en una explosión, o a Diego Ferré quien se inmoló al lado de Miguel Grau.

He podido identificar en este pedestal a Leopoldo Vallejos, quien fuera bautizado en nuestra desaparecida iglesia Matriz como José Leopoldo Francisco Manuel del Espíritu Santo, un 09 de octubre del año 1854, siendo hijo de don Camilo Vallejos y Manuela Rivas. Su padre se negó a pagar el cupo de guerra, razón por la cual su comercio ubicado en la Calle Real (hoy Elías Aguirre) fue incendiado. Leopoldo caería muerto enfrentando al ejército enemigo en el sur del país el 19 de noviembre de 1879.

También se reconoce el nombre de J. Espinoza, quien es Juan de Dios Espinoza Estrada, joven chiclayano bautizado un 18 de junio del año de 1859. Fue hijo de Manuel Espinoza y de doña Melchora Estrada. Si bien el monumento señala que Juan de Dios falleció en la Batalla de Miraflores, conocemos otros documentos del archivo del Congreso de la República que indican su deceso en la Batalla de San Juan el 13 de enero de 1881, teniendo el grado de Sargento Primero. El Congreso le reconoció en 1905 como “acreedor a la gratitud nacional”, este joven sólo tenía 21 años cuando le alcanzó la muerte.

Estos chiclayanos, muchos jóvenes, supieron cumplir con su deber entregando su vida misma en los campos de batalla. Aunque el curso de la guerra ya avizoraba la derrota, a ellos no les importó ello ni el desorden político que vivimos durante este tiempo, y sus nombres merecen bien nuestro recuerdo.

En nuestro querido Chiclayo, muchas calles llevan ya los nombres de héroes y de otros individuos que fueron parte de la vida política y económica del departamento, pero ¿cuántas autoridades se han preocupado por estos hijos de Lambayeque? Durante nuestras ceremonias cívicas de aniversario ¿quiénes se acuerdan de visitar este monumento en la casa de Aguirre? O ¿quiénes se acuerdan de honrar la última morada de aquellos combatientes que sobrevivieron a la guerra? Aquí me refiero al Mausoleo que se encuentra en el Cementerio El Carmen ¿podemos ser tan indiferentes para con quienes honraron con sus pasos en el desierto, en los morros, y en los reductos de la guerra, a nuestra ciudad y a nuestro departamento?

Tal y como sentenció el político francés Camille Sée: “Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan”.

La historia no se hace con discursos, la historia se enaltece con acciones. Este pedestal de mármol, casi apartado de la vida cotidiana de nuestra ciudad, guarda los nombres de aquellos que merecen nuestra evocación y la emulación de su acción patriótica. La resistencia e indiferencia que han mostrado las generaciones, para darle digno agradecimiento a quienes nos precedieron, no logrará ser más fuerte que este pedestal de mármol grabado con los nombres de héroes en el silencio.

 

Monumento 2

 Imagen propia. Año 2015.

* Mi artículo publicado en el Diario La Industria el domingo 26 de abril de 2015.


LEGISLATURA EXTRAORDINARIA: LEY DE EMPLEO JUVENIL Y NUEVO ESCENARIO

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Rompo mi situación de retiro sólo por razones “extraordinarias” y es que se acaba de convocar a Legislatura Extraordinaria al Congreso de la República, lo hace Ollanta Humala Tasso en pleno uso de sus facultades como Jefe de Estado. Haceunos días yo comentaba cuánta falta hacía un Mensaje a la Nación sobre los últimos sucesos y el tema juvenil, ya no las extrevistas y mensajes de redes sociales (esos que parecen de enamoraditos), sino un directo Mensaje a la Nación.

Primero, a quienes han estado protestando por la Ley de Empleo Juvenil, si van a adelantar la marcha ¿la ruta cambia, no? Ahora tendría que ser hacia el Congreso, intuyo. Y que se haga democráticamente (aunque cueste entender eso a los “infiltrados”). No olvidemos que sólo el Estado tiene el uso legítimo de la fuerza obviamente para mantener el orden en nuestra sociedad, a eso le llamamos “Estado de derecho” y no “Estado de naturaleza”. A buen entendedor, pocas palabras.

Segundo, a todos esos Congresistas, muy buenos “voceros” que se la han pasado hablando y opinando ante cuanta cámara han tenido; pues, ahora EXHORTENLES a LEER mejor y más los Proyectos de Ley en debate. Se discutirán ideas, alternativas ¿qué proponen ellos? Que voten en su sano juicio lo mejor. Aquí en nada nos sirven aquellos Congresistas que se rasgan las vestiduras y cobardemente estuvieron ausentes en el Pleno cuando se aprobó la primera Ley de Empleo Juvenil, hoy bajo fuego. Entonces ¿dónde estuvieron? ¿Y hoy se jactan opinando? ¡Que no les utilicen!

Tercero, el debate tiene que ser seguido cuidadosamente, que no se escape ningún punto y que no se escape ningún Congresista. Ya estamos cansados de leyes absurdas, se entiende mal hechas por el escaso funcionamiento neuronal de muchos de nuestros “Padres de la Patria”. Es ahí donde se tiene que presionar.

Cuarto, algunos individuos de las bancadas de oposición dicen que esto se trata de una “maniobra”. Tal vez, pero así son las reglas de juego democrático. Así que señores Congresistas dejen su veraneo, sus apariciones faranduleras, sus acompañamientos en la calle, y siéntense a pensar, a proponer, a debatir, y a votar por lo mejor para los peruanos.

Quinto, en el Decreto Supremo que convocará a Legislatura Extraordinaria tiene que aparecer la AGENDA, obviamente la Ley de Empleo Juvenil, así que no se trata aquí de dispersar los puntos. En el año 2008, por ejemplo, García Pérez convocó a Legislatura Extraordinaria por el Caso Petro-Tech (hagamos un recordaris).

Por último si van a derogar la Ley de Empleo Juvenil, entonces ¿en qué quedamos? No se trata de derogar y matar el tema. Se trata en todo caso de corregir lo corregible y construir lo positivo ¿Cómo actuarán las bancadas congresales? ¿O es que en este país no hay alternativas? ¿No hay ideas para mejorar la calidad de vida de los nacionales?

Espero se tengan días, que serán varios, para el alturado debate. Aunque cueste creerlo.

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Imagen: Peru.com

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ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE NUESTRO PRESIDENCIALISMO

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Nuestra Constitución Política de 1993 en su artículo 110º indica (o sentencia) que “El Presidente de la República es el Jefe del Estado y personifica a la Nación”, esto ya había sido señalado en el artículo 114º de la Constitución de 1933. La gran interrogante es ¿puede un solo hombre personificar a una Nación tan diversa como la nuestra? ¿Vale tal pretensión? En este plano el presidencialismo se acentúa, además por las ya numerosas atribuciones constitucionales que ostenta nuestro Presidente de la República (artículo 118º de la Constitución). Para el imaginario colectivo es el Presidente quien tendrá que resolver todos los problemas del país, parece que en muchos casos poco importa la noción de subsidiariedad y que las instancias de poder político más cercanas sean quienes se encarguen de los problemas. Así por ejemplo, todo Manifiesto publicado en un periódico aparecerá dirigido al “Señor Presidente Constitucional de la República”, entendido como instancia “suprema” para la resolución de conflictos, ello viene de una vieja práctica virreinal que establecía la idea del “Supremo Gobierno” en manos del Virrey, incluso en la República tal denominación es mantenida.

Es así como dentro de ese devenir histórico, Jorge Basadre afirmará sobre nuestro paso de Virreinato a República:

“Los organismos políticos fueron modificados: ya no el Virrey sino el Presidente, ya no las Audiencias sino la Corte Suprema, ya no las Intendencias sino los Prefectos, ya no los Cabildos sino las Municipalidades (salvo en las Constituciones de 1834 y 1839). No eran exactamente idénticos en sus atribuciones los funcionarios mencionados; pero eran análogos. Lo que sí quedó con ese carácter idéntico fue la superioridad jerárquica de Lima, la predominante importancia de la costa. Además como no había tradición de buena administración, el desorden se hizo más fácil en la República, al perderse el control que la metrópoli y sus directos mandantes representaban. Quedaron también el expedienteo voluminoso, la tramitación larga, la morosidad burocrática. Quedaron, por último, acentuándose la empleomanía, la búsqueda de honores y sinecuras” (Basadre, Jorge. Perú: Problema y Posibilidad. Ensayo de una síntesis de la evolución histórica del Perú. Lima: Librería Francesa Científica, 1931, p. 21).

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Y es así como se fue formando nuestra cultura política, entendida como la internalización que hace el individuo de su sistema político, el modo como se interactúa y se comprende a las instituciones y reglas de juego del sistema. Internalizamos pues una cultura política verticalista y autoritaria, en la cual se cree (como cuestionaba constantemente Henry Pease) que “el gobernar es mandar” y que el gobierno es de una sola persona, llámese Presidente de la República. No olvidemos que parte de ese presidencialismo también se traslada a nuestros Gobiernos Regionales y Locales, la población no asocia al Consejo Regional o a un Consejo Municipal como máximas instancias del poder político sino al Presidente del Gobierno Regional o al Alcalde ¿estamos ante nuevos modos de desconcentrar el presidencialismo nacional?

Volviendo a las funciones del Presidente de la República, éste también se vuelve legislador obteniendo por delegación mediante ley autoritativa del Congreso de la República facultades legislativas (especificando las materias y un plazo, con cargo de dar cuenta al Congreso) lo cual da origen a los Decretos Legislativos, cabe la pregunta ¿siempre estos Decretos Legislativos van en sintonía con los intereses de la población? ¿Cómo se han relacionado con las comunidades nativas e indígenas? ¿Cómo llegar a un justo medio? El conflicto social de Bagua en el año 2009 nos lleva nuevamente a la reflexión.

El Presidente de la República también cuenta con los Decretos de Urgencia (con cargo de dar cuenta al Congreso) ante situaciones de crisis extrema, en materia económica y financiera. Entre los años 1991 y el 2000 muchos de estos Decretos fueron, amparados bajo “secreto militar”, empleados en las prácticas de corrupción institucionalizada desviándose fondos del Estado.

Decretos Legislativos, Decretos de Urgencia, sin olvidar los Decretos Supremos, el poder de observar las leyes antes de su promulgación, y la facultad de iniciativa legislativa, envisten al Presidente de la República de poderes legislativos. Sumémosle a ello que la elección presidencial y la elección de representantes al Congreso de la República se realizan de modo simultáneo lo cual conlleva muchas veces al “efecto arrastre”, obteniéndose el triunfo en la presidencia y una bancada numerosa en el Congreso ¿se logrará así un sistema de contrapesos?

Dentro del Poder Ejecutivo una figura para estudio es el Presidente del Consejo de Ministros, mal llamado “Premier” o “Primer Ministro” (que son fórmulas propias de un régimen parlamentario y no presidencialista como el nuestro). Hay quienes (muchos en la prensa y varios otros desconocedores del ordenamiento constitucional) proponen que el Presidente de la República tendría que compartir poder político con el Presidente del Consejo de Ministros (a quien mal llaman “Premier”), lo cual no es posible porque en la persona del primero se fusionan la Jefatura de Estado y Jefatura de Gobierno. Por otro lado, el Presidente del Consejo de Ministros cumple un rol de coordinador de las políticas de gobierno, su función es “apoyar al Presidente de la República en la gestión de la política general del Gobierno” (artículo 19º de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo), sólo apoyar, no dirigir con el Presidente de la República. Si en una sesión de Consejo de Ministros se aparece el Presidente de la República, el señor Presidente del Consejo de Ministros tendrá que cederle su lugar, eso dice la Ley.

Figuras como el voto de investidura, traído del régimen parlamentario, han buscado adaptarse a nuestro sistema presidencialista, generando una mezcla y algún tipo de contrapeso (como lo ocurrido en el último voto de investidura en Presidencia del Consejo de Ministro de la señora Ana Jara), pero que a fin de cuentas vuelven a mostrar el presidencialismo (los Ministros terminarán sus funciones inmediatamente el Presidente lo decida). Un presidencialismo marcado en nuestra estructura orgánica estatal y también en nuestras estructuras mentales, lo cual es más difícil aún de reformular.

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Imagen: Peru.com

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LOS ULTIMOS 50 DIAS: CUENTA REGRESIVA – ELECCIONES REGIONALES Y MUNICIPALES 2014

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Quedan menos de 50 días para las Elecciones Regionales y Municipales, y aún adolecemos de un claro debate de ideas fuerza, es decir, aún no queda clara la distinción entre las propuestas de los distintos grupos políticos; muy pocos son los candidatos a quienes veo con sus Planes de Gobierno en la mano dispuestos a plantear alternativas. Hasta el momento vemos un gran despliegue propagandístico de parte de varias opciones electorales, pero nos sigue faltando una mejor comunicación de ideas de gobierno.

Las agrupaciones políticas debieron preocuparse en hacer una adecuada selección de los cuadros que se muestran en sus listas electorales, me parece que aquí siempre tendremos debilidades, en vista de que a los mismos grupos políticos les falta institucionalidad, por ello notamos los apremios y urgencias en las que varios se han visto para completar sus listas antes del cierre de la inscripción, o la inclusión en varias de ellas de personajes cuestionados. Ello también es un signo de improvisación y de la conocida subasta de lugares al mejor postor, pero sobre ello ya no podemos hacer nada en este momento, sólo procurar fortalecer a las organizaciones políticas hacia el año 2018.

La tarea que tienen ahora aquellos que pretenden gobernarnos es rodearse de los cuadros técnicos adecuados para buscar el progreso de nuestra población. La acción de gobernar no puede ser vista como una aventura electoral, no es una empresa o un negocio, lo que está en juego son las vidas de miles de individuos, la felicidad y desarrollo de un colectivo.

En el caso del Gobierno Regional de Lambayeque nuestros candidatos deberían saber bien que Lambayeque aún no es una región consolidada, Lambayeque (como el resto del país) sigue siendo un departamento pero que tiene un Gobierno Regional electo ¿qué quiere decir ello? Que, en el plano de la descentralización sí se han transferido competencias y la población hoy elige cada 4 años a un Gobierno Regional para que ejecute dichas competencias; pero, el espacio sobre el que ese Gobierno Regional actúa sigue siendo un departamento, no una región. Las normas son claras, se tendrá una región cuando dos o más circunscripciones departamentales, vía referéndum de consulta a sus poblaciones, decidan integrarse. En el año 2005 ese referéndum fracasó y hasta la fecha no se ha vuelto a realizar uno (pese a estar normados para el año 2009 y el 2013), entonces aún NO tenemos una región. Esto parece que no lo conocen nuestros candidatos, presentando un discurso confuso en el que no se distingue el proceso de descentralización frente al proceso de regionalización.

En el caso de los Gobiernos Municipales, la situación también es complicada. La propuesta de los candidatos suele concentrarse en la realización de nuevas obras de infraestructura, más pistas y veredas, las cuales son necesarias, pero no son lo único que nos hace falta. El Alcalde no es sólo un “maestro de obras”, el Concejo Municipal tiene que buscar el desarrollo integral de nuestras comunidades y eso implica el desarrollo de capacidades humanas en la población que se gobierna. Una revisión de los presupuestos municipales en ejecución nos demuestra que estamos muy lejos de ello actualmente.

Una función clave de los Gobiernos Municipales es promover el desarrollo económico local ¿cuántos lo vienen haciendo? Y ¿cuántos de nuestros actuales candidatos han pensado en ello? ¿Qué nos plantean para lograrlo?

La coyuntura es crítica, malos gobiernos han generado mayor descrédito hacia una noble actividad, la POLÍTICA. La política se resume en la búsqueda del bien común, los ciudadanos electores tienen que saber discernir entre las distintas opciones políticas para identificar que agrupación se acerca más a esa búsqueda del bienestar colectivo. Los ciudadanos tendrán por tarea la revisión de Planes de Gobierno y de Hojas de Vida, sólo así, con acuciosidad se podrá buscar una adecuada alternativa electoral. En esa tarea los medios de comunicación son aliados vitales, así como las Universidades, los Colegios Profesionales, los colectivos cívicos y las diferentes organizaciones de la sociedad civil, quienes como plataforma han de promover un gran debate que sirva para acercar las propuestas electorales a la población, para adecentar la política en Lambayeque y generar un espacio que con carácter permanente pueda respaldar a las nuevas autoridades pero al mismo tiempo vigilar su actuación. Ese es el camino que viene tomando CREAS-Lambayeque, la Conferencia Regional de Actores Sociales recientemente constituida y que tenemos que fortalecer.

Finalmente, considero que, a nivel personal, luego de revisar Hojas de Vida y Planes de Gobierno, evitándome la improvisación de ideas, y evitando a los nombres cuestionados, optaré por sufragar por aquella agrupación política en la que me conste que existe un equipo de trabajo, ya que los problemas de Lambayeque como espacio departamental, de nuestras provincias y distritos no los va a resolver un “mesías-candidato” sino un auténtico equipo como lista electoral junto a un equipo de asesores.

Buscaré en esa revisión a la lista electoral que no sólo me presente un “gobierno del cemento” sino que se preocupe por el desarrollo humano de nuestra población, y que tenga propuestas de cara a nuestra vida cultural, tan venida a menos hoy en día, o mejor dicho inexistente, por la falta de promoción de nuestras autoridades.

Y, optaré por la lista electoral que sí haya considerado planes de contingencia y emergencia en sus ideas de gobierno. Recordemos que estamos ante la amenaza de un nuevo Fenómeno del Niño, se discute la magnitud del mismo y aunque no se presentase con gran impacto ¿Qué nos libra de otro tipo de desastre natural? ¿Cuántas agrupaciones políticas han pensado en ello? ¿Estamos preparados para enfrentar una situación de emergencia? Los Planes de Gobierno están en la obligación de abordar ese escenario.

La lucha contra la corrupción ¿tiene alternativas? No podemos seguir dejando pasar las prácticas de corruptela ¿nuestras distintas candidaturas han planteado una auditoría del espacio que pretenden gobernar?

Reflexionemos todo ello y más. En mi caso, busco una propuesta para el desarrollo humano, atenta a los escenarios de emergencia y con medidas claras y eficaces contra la corrupción. Ideas electorales y menos de farándula electoral. Cerrémosle el paso a la improvisación, nuestro departamento, nuestras provincias y distritos no merecen lo “menos malo”, merecen lo mejor. Nunca seamos conformistas.

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Imagen: Cristian Caricaturas 

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MITOS Y RETOS: EL INDULTO

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Es mucho lo que ya se ha dicho, principalmente desde la capital, sobre el posible indulto presidencial al señor Alberto Kenya Fujimori Fujimori. Las opiniones van de un lado y del otro, y los mitos que se han tejido son dignos de un cuento (no precisamente de hadas, sino más bien de brujas) o de una novela de suspenso, y es que la historia de nuestra república parece una prolongada incógnita. Aquí desempeñaré mi oficio como “abogado del diablo” para enfocar algunos argumentos.

 

1. Naturaleza del indulto y confusión de “armas” legales

Básicamente, el indulto es una atribución conferida al Presidente de la República a través de la cual se renuncia al poder punitivo del Estado. No implica una anulación del delito cometido por el reo, ya que no se trata de una amnistía, esa es otra figura legal.

En los medios de comunicación se ha llegado a hablar de la existencia de hasta tres tipos de indulto, con lo cual simplemente se está desinformando a la población. Si revisamos el Reglamento Interno de la Comisión de Gracias Presidenciales, que fue aprobado en julio del año 2010 mediante Resolución Ministerial N° 0162-2010-JUS, queda claro que los indultos son únicamente de dos tipos: 1) el indulto común; y, 2) el indulto humanitario y excepcional. Hay abogados que se han querido aprovechar de esa palabra “excepcional” para hacer creer que existen tres tipos de indulto. Lo cierto es que en el referido Reglamento de la Comisión de Gracias Presidenciales se menciona el término “excepcional” como asociado al “humanitario”, pero luego el término ya no vuelve a ser mencionado ¿Alguien quiso generar confusión? No me extrañaría, éste es un Estado en el que se deja cabos sueltos legales para poder beneficiar a quien se presente, para generar “errores” legales basta una palabra a la deriva.
Lo cierto aquí es que sólo existen dos tipos de indulto: el común y el humanitario. Es una lástima que muchos juristas repitan lo que otros malos abogados (algunos realmente deficientes en el ejercicio de su profesión y otros que lo hacen adrede) dicen sobre la existencia de hasta tres tipos de indulto, lamentablemente nadie los enfrenta.

Sigamos con la tragicomedia legal, ya que nuestro Estado se caracteriza por operar desordenadamente y sin la menor vista de planificación. Hasta antes del 2010 existieron cuatro comisiones distintas a cargo de las denominadas “gracias presidenciales” a saber: 1) Comisión Permanente de Calificación de Indulto (Decreto Ley N° 25993); 2) Comisión Especial de Alto Nivel encargada de calificar y proponer al Presidente de la República, en forma excepcional, la concesión del derecho de gracia a los internos procesados en los casos en que la etapa de instrucción haya excedido el doble de su plazo más su ampliatoria (Ley N° 26329); 3) Comisión de Indulto, Derecho de Gracia y Conmutación de Penas (Ley N° 27234); 4) Comisión de Indulto y Derecho de Gracia por Razones Humanitarias y Conmutación de la Pena (Decreto Supremo N° 004-2007-JUS).

¿Sorprendente? No, así funciona el Estado. Denles una nueva lectura a todas estas Comisiones, encontraremos términos muy familiares: indulto, excepcional (vocablo que algunos han querido mal emplear), derecho de gracia, conmutación, humanitaria. En medio de este desorden es como se ha querido resucitar viejas fórmulas legales. Nuevamente, es una lástima que muchos profesionales y comunicadores usen indistintamente los términos como si todos éstos significarán e implicaran lo mismo. Todas estas Comisiones fueron fusionadas por absorción en una sola, mediante Decreto Supremo N° 008-2010-JUS, así se dio paso a la única “Comisión de Indulto y Derecho de Gracia por Razones Humanitarias y Conmutación de la Pena”. Es aquí donde se tramita el posible indulto al señor Alberto Fujimori. Esta Comisión con sus disposiciones rige actualmente, el resto es historia.

En el mismo Reglamento de dicha última Comisión encontramos la especificación de todos los términos que fueron reincorporados en este único documento: la “gracia presidencial” es la potestad del Presidente de la República para conceder indulto, ejercer el derecho de gracia, y conmutar penas. Es decir “gracia presidencial” es el término general. Precisando ahora, tenemos al “indulto” como la potestad del Presidente para renunciar al poder punitivo del Estado (mediante el indulto común o el indulto por razones humanitarias). También tenemos el “derecho de gracia” (común y humanitaria) que es la potestad del Presidente de extinguir la acción penal a los procesados en casos cuya etapa de instrucción haya excedido el doble del plazo más ampliatoria. Y la “conmutación de pena” que es la otra potestad del Presidente pero para reducir la pena privativa de libertad por una menor. Entonces, queda claro que el “indulto” es sólo uno de los tipos de gracia presidencial. Los partidarios de Fujimori también pudieron recurrir a una conmutación de pena, pero ya el trámite de indulto por razones humanitarias (ese ha sido el escogido) está en curso.

Se desató una polémica respecto a la necesidad, o no, de que el pedido de indulto sea firmado por el preso. La respuesta está en el mismo Reglamento, artículo 16°: “La solicitud de gracia presidencial deberá ser efectuada mediante el formulario correspondiente que como anexo forma parte de la presente resolución y contendrá los datos del posible beneficiario y firma del solicitante”. Es decir, la firma se requiere para todos los tipos de gracia presidencial, por lo tanto, también es requerida en el indulto. Hay quienes dicen que exigirle eso a Fujimori es humillarle, a aquellos yo les pregunto ¿cuándo vamos a empezar a ser una nación de leyes? ¿Para que existen las normativas? Finalmente, el solicitante Fujimori tuvo que cumplir con estampar su firma.

Para que la Comisión pueda aconsejar al Presidente de la República que otorgue específicamente el indulto humanitario a alguien, el preso debe estar en alguna de estas condiciones:
a) Los que padecen enfermedades terminales.
b) Los que padecen enfermedades no terminales graves, que se encuentran en etapa avanzada, progresiva, degenerativa e incurable; y además que las condiciones carcelarias puedan colocar en grave riesgo su vida, salud e integridad.
c) Los afectados por trastornos mentales crónicos, irreversibles y degenerativos; y además que las condiciones carcelarias puedan colocar en grave riesgo su vida, salud e integridad.

Esto lo dice el artículo 31° del Reglamento de la Comisión. Aquí ya no se trata de simpatías o antipatías hacia Fujimori, se trata de normas, de procedimientos hacia un resultado. Si el reo está en alguno de estos casos, entonces la Comisión procederá a sugerirle al Presidente de la República que otorgue el indulto humanitario.
El Presidente tendría que orientarse por la sugerencia de la Comisión, pero sus potestades cuasi virreinales pueden hacerlo decidirse sin tomar en cuenta el trabajo de dicho grupo, esas son algunas de nuestras prácticas poco democráticas dándole a un simple mortal poder para decidir sobre vida y muerte. Y aquí enlazo este escrito con la naturaleza de la figura presidencial.

2. El Presidente – Virrey

Será pues nuestro Presidente de la República quien decida la suerte final de Alberto Fujimori. Vivimos en una democracia liberal, es decir, creemos en la división de poderes, pero ¿qué implica el indulto? A mí entender el indulto como gracia presidencial vulnera esa división de poderes.
Hablaré aquí en general, todas las personas que se encuentran en estos momentos en prisión están allí por una sentencia emitida por el Poder Judicial, uno de los poderes del Estado. Pero cuando se le otorga al Presidente de la República la facultad de otorgar “gracias”, como el indulto, lo que tenemos es que él como representante del Poder Ejecutivo se pone por encima de los fallos ya emitidos por el Poder Judicial ¿eso es división de poderes? Seguramente muchos dirán que es un desvarío lo que estoy diciendo, pero analícenlo con un poco más de detalle, si fue el Poder Judicial quien dictó sentencia y envío a prisión a alguien, lo justo es que ese mismo poder del Estado sea quien renuncie a su poder punitivo.

Un boceto que tengo en mente como propuesta es que la “Comisión de Indulto y Derecho de Gracia por Razones Humanitarias y Conmutación de la Pena” luego de haber analizado las solicitudes enviadas por los reos, envíe sus sugerencias a una segunda Comisión integrada por magistrados del Poder Judicial ya jubilados, y que ahí en votación se decida indultar, dar derecho de gracia o conmutar penas a dichos reos solicitantes. Preciso que se trataría de magistrados jubilados, así menguaríamos la interferencia con colegas en ejercicio. Es una idea, no estoy dando una ley, así que acepto críticas y mejores alternativas. Ello implicaría quitarle al Presidente de la República la atribución que le confiere el artículo 118° de nuestra Constitución.
Sé que nadie me hará caso, pero esa es mi manera de mantener la división de poderes, y evitar poner en una sola cabeza cuasi coronada (Presidente de la República) el poder de decidir el destino de los mortales en prisión ¿soltarlos o no? Insisto, el Poder Ejecutivo no tiene porqué interferir en las decisiones que ya tomó el Poder Judicial.

Volvamos con el caso del señor Fujimori. Algunos manifiestan que se trata de un Ex Presidente de la República y que por eso “merece” una “consideración”. No creo en ello. En primer lugar, a ningún ciudadano se le obliga a postularse a un cargo público, ya sea el Presidente de la República, del Gobierno Regional, el Alcalde o tantos otros puestos de poder político, todos ellos han buscado esos cargos, la pregunta es ¿para qué? Y ahí surge el problema, si fue para construir el bien común, entonces estaban en el camino correcto; pero si fue para construir su propio beneficio, he ahí una razón de nuestros males nacionales. Y somos nosotros mismos quienes ayudamos a que nuestros políticos pierdan el rumbo, cada vez que nos desvivimos en agradecimientos, en regalos, en adulaciones, medallas van y vienen, pero ¿qué queda? La imagen que nos queda es la de alguien que vive en la soberbia desde un puesto al que nosotros le hemos llevado porque la soberanía es popular, no divina. Lamentablemente, buena parte de nuestros políticos han pasado a creerse reyezuelos envueltos en el manto de vanagloria que les hemos tejido.

No basta que alguien haya sido Presidente de la República para que se tenga que otorgársele el indulto, tampoco basta lo bueno o malo que pudo hacer en el tiempo que gobernó el país. Ya he presentado, línea arriba, los casos en los que es posible sugerir el indulto humanitario.
Luego de nuestra “década perdida”, el gobierno de Alberto Fujimori estabilizó el país, se combatió el terrorismo, se niveló nuestra deplorable situación económica y el Perú volvió a insertarse en la esfera internacional. De igual modo durante este gobierno se fue avanzando hacia el autoritarismo (parece que al peruano le gusta la llamada “mano dura” para solucionar los problemas, claro está, cómodamente, siempre y cuando esa “mano dura” no caiga sobre su propia cabeza), medios de prensa inescrupulosos vendieron sus líneas editoriales, nos estalló basura mediática, se hicieron compras de material bélico de modo irregular dando paso a corruptelas de alto vuelo (literalmente, por ejemplo, nos dimos cuenta que los aviones adquiridos no funcionaban). Lo peor de todo ello es cuando, en todos los niveles socioeconómicos, escuchamos la trillada frase “no importa que roben mientras hagan obras”. He ahí la tragedia nacional.

Los jueces, haciendo uso de la teoría de la “autoría mediata” sentenciaron a Fujimori a 25 años de prisión por los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos, en memoria de quienes ahí fueron ejecutados por comandos paramilitares. Hay quienes afirman que esos fueron los costos menores de la guerra que vivió internamente el país, pero ¿se pensaría lo mismo si un ejecutado hubiera sido un padre, madre, o hermano? Fácil es ver el tema de lejos, y más aún ser indiferente cuando tenemos una gran dificultad en el país para vernos como parte de una unidad, de una nación. Mientras la matanza criminal de Sendero Luminoso y el MRTA desangraba los pueblos de la sierra y parte de la selva ¿quiénes levantaron su voz de protesta?

Es necesario reconciliarnos como nación, algo complicado hasta en los símbolos, recordemos toda la polémica que se generó ante la idea de construir un Museo de la Memoria, justo y necesario es señalar que los terroristas de Sendero Luminoso y del MRTA son los principales responsables de las violencia que vivimos desde 1980, su demencia e insania les llevó a destruir a la población por la que decían luchar, los más pobres del país. Pero en ese fuego cruzado, el Estado no estuvo preparado para enfrentarse con esos enemigos, y también cometió errores, en las fosas comunes muchos peruanos seguramente aún esperan ser identificados ¿decir eso es ir contra el Estado? Sólo los más escasos de mente podrían pensar que es así, obviamente se necesita pacificación ¿se ha cumplido con las reparaciones a las poblaciones afectadas durante la guerra subversiva?

La estrategia inicial con la cual se intentó combatir a los subversivos no sirvió de mucho, las matanzas continuaron ¿alguien se acuerda de la matanza de Putis por ejemplo? Aquel pueblo ayacuchano que fue masacrado en 1984 por efectivos del Ejército, se les hizo cavar sus tumbas y luego se les eliminó, 123 ejecutados ¿eran todos terroristas? Y cuidado con la respuesta que aquí demos ¿el Estado puede descender y actuar al mismo nivel de la barbarie subversiva? ¿Se puede ser tan cobarde como Sendero Luminoso o el MRTA? Cuando los disparos ocurren lejos, es fácil decir que sí. En los años 90 la estrategia cambió a la “guerra de baja intensidad”, la violencia prosiguió en un “ojo por ojo”, es recién con el impulso del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) que se empezó a ganar la batalla al terrorismo, muchos de aquellos integrantes, de la inteligencia militar y policial, luego han sido lamentablemente olvidados. Héroes anónimos que cambiaron la estrategia y supieron enfrentar la cobardía de Sendero Luminoso y del MRTA.

Procesar a un Jefe de Estado puede traer una enseñanza, por más alto que alguien llegue en el ejercicio del poder político, la justicia igual puede alcanzarlo. Si revisamos la guerra interna, no sólo Fujimori tendría que haber sido investigado, sino también los gobernantes predecesores y los principales comandantes. Tal vez su caso sirva de moraleja para los futuros gobernantes. Nadie tiene coronas por más poder político que pueda ostentar temporalmente.
Muchos han cuestionado el Informe Final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), este documento ha sido atacado y catalogado como obra de izquierdistas. Esa es una visión cerrada, los muertos siguen estando ahí, y no se puede ocultar lo ocurrido. Se discute si la cifra de 69 mil muertos y desaparecidos es correcta ¿nos hace mejor país el que hayan sido sólo 20 mil muertos? Es una completa mezquindad desestimar el trabajo de la CVR, que básicamente constaba en tomar declaraciones de las víctimas, peruanos y peruanas que narraron cómo fueron obligados a presenciar el asesinato de sus familiares y vecinos o que sobrevivieron a las torturas ¿se puede ser tan poco caritativo con el dolor de esos connacionales o tal vez algunos piensan que era puro teatro el llanto de su prójimo? ¿Será tal vez que el hecho de ser pobres no les permite entrar en una política de reconciliación nacional? ¿Preferían que se queden callados? Aquí no se trata de ensalzar a una izquierda política dividida en pedazos y que a veces no sabe si azuzar las calles o usar las urnas, tampoco se trata de defender a una derecha política que busca el orden sólo porque así asegura la estabilidad de sus inversiones. El real reto está en reconocer al “otro” como un ciudadano con derechos y deberes, como cada uno de nosotros. Dice el Informe: “La CVR entiende que la reconciliación debe ocurrir en el nivel personal y familiar; en el de las organizaciones de la sociedad y en el replanteamiento de las relaciones entre el Estado y la sociedad en su conjunto. Los tres planos señalados deben adecuarse a una meta general, que es la edificación de un país que se reconozca positivamente como multiétnico, pluricultural y multilingüe. Tal reconocimiento es la base para la superación de las prácticas de discriminación que subyacen a las múltiples discordias de nuestra historia republicana” ¿Aspiramos realmente a ello?

Ese trabajo de reconciliación es mancomunado, ahí tienen que sumar esfuerzos los partidos políticos, las iglesias, los gremios, las universidades y demás organizaciones de las sociedad. Por ejemplo en nuestro sistema educativo ¿se conoce el terror de Sendero Luminoso y del MRTA? Se ha creído erróneamente que con ocultar el Informe de la CVR, o que con anular la bibliografía “peligrosa” (vale decir, El Capital de Karl Marx, por ejemplo) sería suficiente para evitar ideas “peligrosas”. No es así. Si queremos tener peruanos preparados integralmente para el mañana es necesario que debatan hoy, que se formen y que conozcan lo que ocurrió desde 1980. Las ideas no se pueden suprimir, pero sí se pueden debatir y conocerlas mejor para contra argumentarlas, esa es una tarea de largo aliento, nadie dijo que sería fácil. Lo otro es prohibir temas, ese es el camino del facilismo, lo que no se conoce en el colegio o en la universidad, se aprenderá en la calle y de cualquier modo. No podemos tener una educación de vitrina, de burbuja. Si no vamos a encarar los problemas reales del país ¿nos limitaremos a las cartillas de instrucción? ¿Nos limitaremos a ver cómo los jóvenes de hoy confunden el infame rostro de Abimael Guzmán con el de cualquier actor de teatro?
Recién ahora que el paradójicamente llamado Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef) ha salido a la luz pública es que todos han vuelto a hablar sobre la violencia pasada. Nadie se ha puesto a pensar ¿los presos por terrorismo habrán renunciado a sus viejas consignas? Muchos ya están cumpliendo sus condenas y quedando en libertad ¿los hemos recuperado para la vida democrática? No podemos simplemente volver a encerrarlos, los tendremos en las calles. El Movadef no ha hecho un deslinde claro al pasado subversivo del denominado “pensamiento Gonzalo”, delincuencial planteamiento que sólo puede traerle más desgracias al país ¿cómo lo vamos a enfrentar desde nuestra democracia? ¿Simplemente cubriéndoles los ojos y oídos a los escolares y universitarios? Creer que la política no tiene nada que ver con la vida universitaria es el peor riesgo del pragmatismo imperante, la universidad es también un espacio de formación cívica, pues ahí están quienes tomarán decisiones políticas el día de mañana, desde aprender a vivir en comunidad, sufragar racionalmente, o ejercer autoridad desde un puesto público.

Tengo gusto de que en las aulas a mi cargo, desde el 2009, siempre he procurado debatir con los alumnos en un proceso de aprendizaje mutuo, así nos preparamos para la realidad que encontramos cruzando las rejas de los centros de enseñanza. Conocer y sobre todo analizar los devaneos de nuestra vida republicana, así como los aciertos y desaciertos de quienes han dirigido este país es clave en los procesos formativos, eso también es hacer política y sin publicidades electorales.

3. Indulto ad hoc

Muchos están a favor del indulto a Fujimori porque se trata de un Ex Presidente de la República, esa razón no basta para mí. Si cumple con algunas de las causales estipuladas en el Reglamento de la Comisión que ve el tema, entonces sí podría estar a favor del otorgamiento de la gracia presidencial. Pero sólo porque se cumple con alguno de esos casos (ya mencionados líneas arriba), no porque haya tenido la banda presidencial sobre el pecho, no porque me caiga bien o mal.

Hay quienes apelan al sentimentalismo, siendo así, tal vez sea propicio para el Presidente Humala (si es que piensa otorgar el indulto) hacerlo en tiempo de navidad, cuando la gente suele ser más vulnerable emocionalmente. Los sentimentalismos no son suficientes por una simple razón, Fujimori no es el único que ha presentado un pedido de indulto, se conoce de 117 solicitudes ¿tiene derecho a trámite preferencial? En una democracia, no hay tratos preferenciales, al menos ello es lo ideal. Esto no es ser cruel, simplemente es respetar las normas.

Se entiende que la familia del señor Fujimori y sus amigos cercanos estén preocupados por su salud y estén buscando que él sea indultado lo más pronto posible, ello es perfectamente comprensible. Lo que no se entiende es que cierto sector dentro de su misma agrupación política lo adulen al punto casi de endiosarlo ¿no puede haber “partido naranja” sin un Fujimori a la cabeza? El reto para esa fuerza política está en construir liderazgos alternativos, que vayan más allá de la marca registrada de un apellido.
Por otro lado, observando a los principales y más enconados detractores del indulto, respeto su posición si es que la mantienen con argumentos, valiéndose de las reglamentaciones sobre dicha gracia presidencial, también les respeto si es que se oponen a la impunidad por coherencia. Pero me temo que en cierto sector de esos opositores se esconde el miedo a un fujimorismo (no me gusta el término porque no creo en apellidos, ni familias como ideología) revitalizado que pueda pelear con fuerza la dirección del país en el 2016 ¿tienen temor a ser barridos electoralmente? Las agrupaciones políticas rivales deberían preocuparse por fortalecer a sus partidos antes que vivir únicamente pendientes en la suerte de un reo de otra tienda política. Un Alberto Fujimori libre ¿catapultaría a uno de sus hijos? Otros dicen, un Fujimori muerto en la cárcel sería un “mártir”. A eso se resume el debate sobre la vida o muerte de una persona, lamentable también.
Mientras las fuerzas políticas sean dependientes de caudillismos, y los militantes y simpatizantes alaben esas prácticas, toda agrupación política tendrá cerca una fecha de defunción.

En los medios de comunicación, en ciertos sectores de la jerarquía eclesiástica y otros líderes de opinión se han sumado a una campaña a favor del indulto, son libres de hacerlo, sin embargo no se trata de centrarnos meramente en un “preso famoso” ¿alguien hace campaña a favor del indulto de otro preso N.N? ¿Por qué no hablar sobre las malas condiciones carcelarias de tantos otros hombres y mujeres? No olvidemos el hacinamiento de tantos otros penales o la desesperación de tantos detenidos esperando aun sentencia ¿sólo cuándo la figura es un Ex Presidente los temas cobran importancia? Ese parece ser el mensaje que nos envía Lima a las provincias, concentrando el debate en la figura de Fujimori.

Nuevamente ha saltado a la palestra también el tema de las esterilizaciones forzadas de mujeres durante el gobierno del hoy candidato a indulto ¿aquellas mujeres esterilizadas no tienen quien las defienda? ¿Sólo se trató de un error del gobierno? ¿Dónde queda la dignidad menoscaba en ello?
Estamos llamados a ver de modo sistémico los problemas, verlos en amplitud, y procurar dar una orientación a los mismos. El indulto humanitario para Alberto Fujimori está ahora en manos de la Comisión de Indulto, luego pasará a manos del Presidente Humala, el mecanismo actual (que denota una clara irregularidad a la división de poderes del Estado) no me parece el más adecuado, pero Humala tendrá que decidir, esperemos que bien asesorado. Es una atribución constitucional, la regla de la mayoría aquí no prima, los sondeos de opinión, las marchas y contramarchas en las calles son referenciales.

Estos son los temas sobre los que la universidad y las distintas opiniones tienen que darse, el debate se ha vuelto prerrogativa exclusiva de un sector en la capital ¿qué pasa en Lambayeque? ¿Nadie tiene algo que manifestar al respecto? En este tema puntual, los médicos y abogados son los primeros llamados a sentar posición con los argumentos de sus respectivas ciencias, no porque dichos argumentos vayan a decidir la suerte de Fujimori sino porque así se mantiene informada adecuadamente a nuestra población, algo necesario en este tiempo de desinformación y nulidad de debate. Somos laicos y esa es nuestra tarea, el mismo documento de Aparecida, la reunión de Obispos en aquella ciudad brasilera el año 2007 nos exhorta: “Por tratarse de un continente de bautizados, conviene colmar la notable ausencia, en el ámbito político, comunicativo y universitario, de voces e iniciativas de líderes católicos de fuerte personalidad y de vocación abnegada, que sean coherentes con sus convicciones éticas y religiosas. Los movimientos eclesiales tienen aquí un amplio campo para recordar a los laicos su responsabilidad y su misión de llevar la luz del Evangelio a la vida pública, cultural, económica y política”.

Suena bien, pero hay que materializar esa aspiración. El primero paso es ser consecuente con uno mismo, somos libres, manifestémonos con argumentos.

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CEMENTO Y BALAS

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Pronto parecerá que en nuestras calles se graba películas de vaqueros. Los tiroteos no están lejos, obra de sicarios a sueldo que en un proceso de eliminación selectiva vienen asesinando a obreros de construcción civil. Según la Policía Nacional del Perú, durante los últimos dos años, en Lambayeque ya suman 23 los muertos, situación que también se presenta en La Libertad y en Lima ¿a cuántos lugares más se extenderá esta criminalidad?

Se vive actualmente el considerable crecimiento del sector construcción, que también ha despertado la codicia de las mafias y la lucha entre dirigencias sindicales. Es parte del paisaje citadino encontrar diversas pintas en las paredes de las construcciones, pues los bandos buscan marcar su territorio. En medio de esta inseguridad por el cobro de cupos y muertos ¿qué hará la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco)?

Por lo pronto, el Gobierno Nacional ha optado por constituir una Comisión Multisectorial temporal para “promover medidas de formalización laboral y eliminación de la violencia en la actividad de la construcción civil”. La Resolución Suprema fue publicada el 09 de junio, hay 10 días para la instalación y luego se tendrán 60 días hábiles para presentar el “diagnóstico situacional” y un plan de medidas a tomar, pero mientras tanto ¿qué hacer? Los asesinatos no se van a detener ante una Comisión creada tardíamente y que esperamos alcance resultados.
En esta nueva Comisión se encuentran los Ministerios de Trabajo, Interior, Vivienda, Transportes, y Justicia, además de un representante de los Gobiernos Regionales y otro de los Gobiernos Locales ¿dónde quedaron los sindicatos de construcción civil y Capeco? Ojalá el Ministerio del Interior envíe a un oficial de la Policía Nacional conocedor del tema.

Este tipo de trabajos, articulando actores, tendría que iniciarse desde los Gobiernos Regionales, puesto que ahí se conoce más de cerca el problema, y luego éstos podrían dirigir sus diagnósticos y propuestas al Gobierno Nacional. Empecemos empadronando a los trabajadores de construcción civil, la delincuencia no puede seguir contaminando este oficio.

* Publicado en Peru.21 Norte, el 15 de junio del 2012.


Imagen: Estudiantes de Doxa

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