A casi tres días de que se realice el Referéndum Nacional 2018 (9 de diciembre), donde los ciudadanos aprobaremos o no las cuatro reformas o preguntas propuestas por el Gobierno, que modificarán la Constitución Política del Perú, creo importante decir lo siguiente:

Desde que el presidente Martín Vizcarra anunció el referéndum en su mensaje de 28 de julio, las críticas y fórmulas a favor y en contra del referéndum han estado a la orden del día. Sin embargo, no ha habido un debate de fondo que ayude al electorado a decidir un voto consciente e informado. La información disponible, ampliamente digital, solo ha contribuido para confundir aun más a la población con cartillas marcadas convenientemente sin mayor análisis.

La cédula del referéndum vista en la Internet (redes sociales, principalmente) y en algunos afiches en las paredes muestra básicamente dos fórmulas de las tres debatidas. Es decir, las fórmulas principales son: SÍ – SÍ – SÍ – NO y NO – NO – NO – NO. Mientras que la fórmula del SÍ – SÍ – SÍ – SÍ quedó rezagada.

Según de quien venga, las formulas han ganado y perdido protagonismo. Por un lado, en el caso de la primera (tres sí y un no), el principal impulsor y propagandista de esta fórmula fue el presidente de la República, Martín Vizcarra, que, casi, casi conminando a la población y con la ayuda de los medios de comunicación, dijo que voten por su fórmula. Por otro lado, los fujimoristas y apristas hacían lo propio con las otras dos fórmulas. Al principio, estas dos agrupaciones, alentaban la fórmula de las tres veces sí; sin embargo, al ver que no tendrían éxito, se fueron al otro extremo de la fórmula para plantear y alentar a la población a marcar cuatro veces no.

Pero, ¿acaso, estas dos o tres fórmulas son las únicas opciones que los votantes tienen para hacer valer su decisión en este referéndum? La respuesta es no. Existen otras opciones con combinaciones de SÍ y NO, incuso, están el voto en blanco y el voto viciado.

Luego de buscar información sobre las cuatro preguntas del Referéndum Nacional 2018, puedo decir lo siguiente:

Pregunta 1: ¿Aprueba la reforma constitucional sobre la conformación y funciones de la Junta Nacional de Justicia, antes Consejo Nacional de la Magistratura?

Yo le digo SÍ a esta pregunta por una sencilla razón, el actual Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) está tan desprestigiado que necesita ser reformado con urgencia. El cambio propuesto va desde el nombre del CNM que se cambiaría por la Junta Nacional de Justicia (JNJ); además, pone importantes filtros para los que quieran integrar la JNJ como ser abogados con 25 años de experiencia comprobada o con 15 años como investigador en temas jurídicos, además de no tener una sentencia condenatoria. Finalmente, la JNJ sería elegida por una comisión donde participarán varias instituciones.

Nota aparte, me hubiese gustado ver en esta pregunta a una sociedad civil con mayor presencia en la conformación de la JNJ, pero creo que eso puede ser motivo de un debate mayor para corregir, moldear y fortalecer a la JNJ.

Pregunta 2: ¿Aprueba la reforma constitucional que regula el financiamiento de organizaciones políticas?

Debo decir que mi duda en esta pregunta fue hasta el término de este artículo. Pero al final, me decidí por decirle NO a esta pregunta porque no estoy de acuerdo con que el Estado financie las campañas electorales con el dinero público, bajo el argumento de regular el financiamiento, evitar el lavado de activos, la prebenda y la corrupción.

Mi propuesta, en este caso, es que el Estado financie a los partidos políticos en campaña electoral, pero cada partido debe devolver la inversión realizada por el Estado. Los dineros que los partidos colecten para la devolución, deben estar bancarizados y auditados por la ONPE y la Contraloría de la República (ya que son dineros usados para un fin público). Sí estoy de acuerdo que la falta a esta norma debe considerarse un delito penal.

Pregunta 3: ¿Aprueba la reforma constitucional que prohíbe la reelección inmediata de parlamentarios de la República?

Yo le digo NO a esta pregunta porque es la más populista de todas. Considero que al decirle sí a esta pregunta le traería más problemas al país. No es posible que en una institución tan importante como el Congreso de la República legislen personas inexpertas e, inclusive, para manejar situaciones políticos.

Si la idea es evitar llenar el Congreso de congresistas corruptos, haraganes y sinvergüenzas, mi propuesta es que el Estado invirtiera en educar a la población para crear ciudadanía; así, los votantes elegirán con criterio quiénes se reeligen y quiénes se van del Congreso. Es decir, entraríamos a la modalidad premio y castigo.

Además, la no reelección de congresistas no garantiza que la corrupción, los haraganes y sinvergüenzas se erradiquen. Las experiencias en nuestro país dicen que la no reelección no es garantía de mejora. Desde el 2001 hemos tenido cuatro presidentes distintos elegidos democráticamente y todos tienen procesos por corrupción. El presidente Vizcarra tampoco es garantía de nada.

Pregunta 4: ¿Aprueba la reforma constitucional que establece la bicameralidad en el Congreso de la República?

Yo le digo NO a esta pregunta por dos razones, a mi parecer, importantes: la primera, aumentar el número de parlamentarios en el Congreso no es garantía de tener una mejor representación o legislación. Todo lo contrario, eso es sinónimo de más gasto para el Estado. Segundo, al no haber reelección de congresistas tendremos una cámara de diputados con gente nueva o casi nueva en cada elección y eso, al igual que la pregunta 3, es contraproducente por donde lo miremos. Estaría de acuerdo con esta pregunta, si el número de parlamentarios no hubiese aumentado.

De acuerdo con lo expresado, mi fórmula para este referéndum es la siguiente: SI – NO – NO – NO. Sin embargo, como dije, hay otras opciones o fórmulas que, según la información que manejen sobre el tema, podrán elegir o decidir este domingo 9 de diciembre.

Finalmente, hay que tener en cuenta que las preguntas del referéndum no resuelven los problemas urgentes del día a día como la inseguridad ciudadana, la reactivación de la economía, los problemas en los servicios de salud de los hospitales, la lucha contra la anemia, dar agua potable a la población, entre otros problemas, ya que, salvo la primera pregunta, este referéndum es más populachero que efectivo. Además, si las reformas son aprobadas, entrarían en vigencia en el 2021.

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