Lo dicho por el periodista Federico Salazar, sobre la no reelección de congresistas, se acerca más a la realidad que lo planteado por el gobierno en el referéndum, por una razón muy sencilla, la prohibición a la no reelección de autoridades no ha logrado que la situación en temas de corrupción mejore. Todo sigue igual (hasta peor).
La política orwelliana que practican algunos medios informativos y el gobierno (que se siente respaldado por los medios y de las encuestas) se ha hecho muy común. El bullying mediático al que son sometidos los que se salen del libreto o pensamiento único como es el caso de Federico Salazar, que dijo que el gobierno quiere tratar a la ciudadanía como niños, o que la “reforma (referéndum) es ladina, contraproducente, irresponsable y, sobre todo, profundamente antidemocrática”, es, precisamente, al tipo de política orwelliana al que me refiero.
Hace poco dije que, hoy por hoy, algunos medios como Canal 4 y el diario La República actúan como medios y tabloides de los años 90, porque bulean a los que opinan diferente al gobierno.
Según lo dicho por Salazar, los niños están sujetos, quieran o no, a las imposiciones de sus padres, quienes, con buen juicio o no, guían a sus hijos y toman decisiones por ellos. El problema no es que los padres tomen decisiones por sus hijos cuando ellos están muy pequeños. El problema se presenta cuando esas decisiones temporales se extienden más allá de lo permitido, incluso hasta la adultez.
Asimismo, es verdad también que la no reelección de autoridades como el presidente, gobernadores regionales y alcaldes en el cargo hasta ahora no ha marcado ninguna diferencia. ¿Acaso, no es verdad que hay nuevas autoridades elegidas realizando los mismos actos de corrupción que sus predecesores?
El presidente Vizcarra, al haber cuestionado la última pregunta del referéndum no le quita legitimidad al proceso, ni al referéndum mismo. Lo que le quita legitimidad es el haber exigido a la población que al momento de votar lo haga por el “SI – SI – SI – NO” con la sola justificación que la pregunta 4 ha sido desnaturalizada por el Congreso.
Como es de esperar, cuanto más nos acercamos a las votaciones, más comentarios a favor y en contra habrá de lo que ha dicho y “dispuesto” el presidente Vizcarra. Y es bueno que así sea porque alimenta de información al escaso debate con miras al referéndum. Lo que no es bueno es desprestigiar a las personas que opinan diferente.
En ese sentido, no caigamos en el simplismo y en el paternalismo, esperando que otros decidan su voto para sumarnos a esa decisión colectiva y no nos vean con mala cara o, peor aun, nos excluyan o buleen por no adecuarnos a la decisión totalitarista. En otras palabas, no esperemos que otros decidan por nosotros. Los votantes no somos niños a los cuales el gobierno y algunos grupos de poder quieran “proteger” diciéndonos cómo votar. Tampoco es el hecho de ir a votar el domingo 9 de diciembre por una de las tres fórmulas propuestas decididas como por moneda al aire:
“SI – SI – SI – SI”;
“SI – SI – SI – NO”;
“NO – NO – NO – NO”
Lo importante del referéndum es, a estas alturas, poder informarse todo lo que se pueda para decidir una fórmula consciente (incluso votando en blanco), teniendo en cuenta que lo que menos importa es caerle bien o mal a alguien. Recuerden que los presidentes se van, pero el resultado de nuestros hechos queda.
Nota: para no ser buleado, quiero dejar en claro, una vez más, que no soy partidario de ningún partido político.
Fuentes consultadas:
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