En un artículo anterior había comentado que al candidato Pedro Pablo Kuczynski se le habrían acabado los votos por su estancamiento en las encuestas, pero también afirmé que debido a la susceptibilidad del tema cualquier cosa que los candidatos dijeran o harían marcaría la diferencia.
Y la diferencia, en este caso, creo que fueron dos cosas: por un lado, el apoyo abierto de la ex candidata del Frente Amplio, Verónika Mendoza, que de alguna manera consolidó el voto flotante de la izquierda (prueba de ello fue el alto porcentaje de votos a favor de PPK en el Cusco y otras regiones del Sur. Y por otro lado, el último debate, donde PPK estuvo a la altura de su contrincante. Un hecho adicional del discurso es la última frase “Hasta la última mesa, hasta el último voto” que contextualizaba todo ese sentimiento de Pedro Pablo Kuczynski hacia las masas. Todo eso dio resultado.
Historia aparte…
Finalmente, Después de varias declaraciones del jefe de la ONPE, Mariano Cucho, ayer dio a conocer el resultado al cien por ciento.
En realidad no había tanto misterio por el resultado final, ya que como se estaban dando los resultados ya se podía establecer que el ganador de esta contienda electoral era Pedro Pablo Kuczynski Godard, que oficialmente ayer fue dado a conocer.
Luego de este resultado, se cierra el capítulo electoral muy accidentado y despectivo por los insultos y agravios de ambas partes. El tema, en realidad, como dije, solo cierra un capítulo, pero al mismo tiempo se abre otro quizá con más incertidumbre que el primero.
El resultado anunciado por la ONPE al 100% mostró que Keiko Fujimori obtuvo el 49.88%, mientras que Pedro Pablo Kuczynski logró el 50.12%. Es decir, apenas 0.24% de diferencia, que representa unos 44 mil votos de 18,304,909 de votos emitidos.
Si bien es cierto, Pedro Pablo Kuczynski ganó las elecciones presidenciales 2016-2021, pero debido a que el keikismo tiene la mayoría en el Congreso, deberá prácticamente co-gobernar con el partido contrincante electoral.
Los retos que se vienen para ambas agrupaciones no son nada fáciles. En primer lugar, el Presidente electo del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, tiene que olvidarse de su postura brabucona electorera y volver a su esencia, como una persona carismática y conciliadora si es que quiere limar asperezas con el keikismo y crear puentes políticos que permitan la ejecución de medidas que aticen el crecimiento social-político-económico del país.
Por el lado de Keiko Fujimori, los retos no son menores. En primer lugar, si es que quiere mantener una mayoría simple en el Congreso, tiene que mantener a sus 73 congresistas cohesionados, teniendo en cuenta que muchos de ellos tienen propuestas propias que no necesariamente estarán en la línea del partido; además de la tentativa de lograr cargos importantes dentro del Congreso y que no tengan el apoyo de su bancada.
En ambos casos hay retos particulares, pero también hay retos en común. Teniendo en cuenta que habrá como un co-gobierno, ambos frentes tendrán que congeniar rápidamente para sacar adelante las propuestas electorales que no se contrapongan y ponerse de acuerdo en aquellas propuestas confrontaciones. Ver propuestas electorales
Como vemos, se ha cerrado la brecha electoral para dar paso a un nuevo intento de búsqueda de desarrollo y bienestar para todos y todas. Si bien es cierto, hay un ganador -que prácticamente hará co-gobierno-, con un esquema político-económico favorable (muy parecido a la de su excontrincante).
Sin embargo, lo poco o mucho que se pueda decir de este proceso no nos garantiza que este gobierno (co-gobierno) será mejor que los anteriores. Solo el tiempo lo dirá.
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Imagen: El Comercio
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