En general, el voto blanco, nulo o viciado le da la posibilidad de ganar una elección al que está primero (primera) en las encuestas.
Si bien es cierto los votos blancos, nulos o viciados no suman para ningún candidato (a), pero indirectamente juegan un papel importante dentro de una elección. Esto es posible por una sencilla razón. Lo que no le das al segundo (hacia abajo) no le quitas al primero. Es decir, la única manera de restarle votos al primer lugar es votando por el que está segundo, tercero y así sucesivamente.
Hagamos un simple ejercicio:
En una sociedad se debe elegir a un presidente (a) y son 22 socios que deben votar. Las encuestas señalan lo siguiente:
10 personas lo harán por el candidato (a) “A”
9 personas votarán por el candidato (a) “B”
3 personas votarán en blanco, nulo o viciado.
Ahora, para nuestro ejercicio, si las 3 personas deciden no votar por ningún candidato (a), entonces el ganador (a) será el candidato (a) “A”. En este caso se cumple lo que señalé anteriormente.
Si trasladamos este ejercicio a 22 millones de votantes que elegirán al siguiente presidente (a) del Perú, el resultado no variará.
Finalmente, si se decide votar por algún candidato (a) o simplemente no hacerlo y votar en blanco, nulo o viciado, estará bien, porque ambas formas son válidas y democráticas que muestra una decisión. (En todo caso, esa decisión debe ser consciente e informada)
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