Los próximos años el mundo va a girar en torno a las decisiones y manejos políticos y no tanto técnicos o en piloto automático como ha venido sucediendo en nuestro país en los últimos 15 o 20 años, gracias a los commodities (la venta de minerales, principalmente).
Un ejemplo claro de que la economía ya no será el motor de crecimiento mundial en los próximos 5 o 10 años, es la desaceleración continua que tiene el mercado mundial. China, una de las súper potencias económicas de globo, ha tenido que devaluar su moneda, el Yuan, en el 2015. Esta decisión política fue tomada como última medida por el gobierno chino para que sus exportaciones e importaciones no sigan cayendo. Todo ello ha hecho que China, además del perjuicio económico, pierda competitividad frente a otros mercados como Canadá, Rusia y México. Por esa razón la devaluación, ante un escenario económico desfavorable, fue la última instancia que optó China para frenar el rezago económico.
Otro ejemplo es Japón, hace 20 años viene batallando con su economía inestable, que les ha obligado a enfrentar una deflación. Es decir, “una baja generalizada y prolongada del nivel de precios de bienes y servicios”. Esta medida ha hecho que los consumidores guarden su dinero en los bancos en vez de gastarlo. Ello ha hecho que por primera vez en su historia tome la decisión de bajar la tasa de interés a -0.1% para alentar a los bancos a dar préstamos a los empresarios con el propósito de desestancar su economía y salir de la deflación; ello “significa que los bancos del país, en lugar de recibir interés, tendrán que pagar al Banco de Japón por mantener depositados en él sus fondos”.
Estos son dos ejemplos de lo que está pasando en las grandes economías mundiales como China y Japón, segunda y tercera economías más importantes del mundo, respectivamente, que nos dan una idea que lo técnico se moverá después de lo político. Es decir, estos países están dejando de funcionar en automático para dedicarse a reformular sus políticas para superar sus crisis económicas.
En la primera economía mundial, EE. UU., tampoco nada está dicho. Recordemos que su economía se está recuperando de una fuerte caída económica debido al crecimiento descomunal de la burbuja hipotecaria, principalmente, donde la Casa Blanca tuvo que intervenir con numerosos rescates financieros para salvar de la quiebra a los bancos; y con ello salvar también su economía.
Los últimos resultados electorales en EE. UU., han demostrado una inestabilidad y tensión en la población de ese país, ya que después de las “(…) elecciones primarias celebradas en una docena de estados”, se han disparado “las búsquedas sobre cómo mudarse a vivir a Canadá” en el buscador Google, de 350 %, hasta el 1.150 %. Lo que da a entender que las políticas propuestas por Trump y Clinton no solo no convencen a los norteamericanos, sino que los espantan a tal punto de querer mudarse a otro país.
La Unión Europea (UE) tampoco la pasa bien. Alemania, principal promotor del Euro, desde el 2010 viene atravesando serios problemas para mantener a flote la zona euro. Las diversas crisis económicas de Grecia y España, principalmente, y de refugiados, son un reflejo de que en esa parte del mundo también necesitan soluciones políticas para poder afrontar estas dificultades económicas-sociales.
La crisis de los refugiados a causa de las guerras en medio oriente y África va en aumento, donde la falta de acuerdos políticos ha agravado la situación. Ante este problema, los eurodiputados de centro-izquierda han dicho que esta “no es una crisis de refugiados, es una crisis de solidaridad”. Según estas afirmaciones, la UE necesita tomar decisiones políticas urgentes para proponer “un reparto claro de responsabilidades” para atender humanitariamente a los autoexiliados. En otras palabras, para que exista “un reparto justo” de los refugiados entre los países del bloque.
Una de las muchas medidas políticas para activar la economía europea tiene que ver con la eliminación de la visa Schengen, bajo los argumentos de la entrada en vigencia del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Perú y Colombia, se había promovido su eliminación. Sin embargo, de tras de este argumento, estaba la crisis económica y la necesidad de abrir las fronteras para atraer dinero fresco y así mover la ‘economía inmediata’ de los 26 países del espacio Schengen.
El caso peruano, por tener una economía emergente (que depende mucho de los commodities), ha traído beneficios económicos para el Estado (con más fuerza en los últimos 15 años), pero al tener una política muy inestable e ineficiente no se produjo el famoso ‘chorreo’ económico en la población, al menos en los pobres o pobres extremos. Todo lo contrario, cuando chorreó, chorreó hacia arriba.
Entonces, ante un escenario económico mundial desfavorable que nos perjudica de manera directa, las fuentes de desarrollo económicas van a quedar rezagadas hasta que políticamente nuestro país salga del desequilibrio en la que hoy se encuentra. Por consiguiente, el siguiente gobernante deberá, en primer lugar, fortalecer los pilares de las instituciones electorales, donde se forja de democracia. De esa manera, se evitarán vicios electorales como los que se están produciendo en estas elecciones. Luego, deberá concentrarse para resolver los problemas socio-políticos que abrirán el camino al desarrollo.
En ese sentido, el Instituto de Análisis y Comunicación (Integración) ha elaborado diferentes informes sobre la problemática social, económica y política del Perú, que muestran cuáles son los temas a resolver a largo plazo. Donde podemos destacar que la deficiencia en la enseñanza básica es el principal problema a vencer en el país.
En consecuencia, teniendo en cuenta lo anterior, si el futuro Gobierno y las agrupaciones políticas no se ponen de acuerdo (políticamente) para enfocar sus esfuerzos en plantear políticas de Estado para los próximos 20 o 30 años, como en educación, salud, democracia, seguridad, servicios básicos, sistemas anticorrupción, transporte, infraestructura y competitividad en general, esencialmente, estaremos como empezamos (sin rumbo y todos los futuros a gobernantes harán lo que les venga en gana: borrón y cuenta nueva).
En otras palabras, una concertación política con una agenda clara a largo plazo, obligará a los futuros candidatos a adaptar sus propuestas electorales al plan post Bicentenario del Perú.
Finalmente, como se ha podido explicar, es importante que en estas elecciones elijamos a un candidato con más roce o perfil político que técnico, como lo es en este caso ALAN GARCÍA. Esto debido a su vasta experiencia política y de liderazgo, necesarios para afrontar el futuro económico del país, que ya está en recesión, se puede convertir en grave (recesión) si es que no se manejan alianzas estratégicas internas y globalizadas, donde los acuerdos políticos a niveles altos estén por encima de todo. Internamente, la concertación entre los partidos es lo primero; externamente, los tratados de libre comercio son uno de ellos, pero los superbloques, como la Alianza del Pacífico; o los megabloques, como el Acuerdo de Asociación Transpacífico, serán los que emerjan las economías mundiales…
Como contraargumento se puede decir que todo tiene que ver con lo político y siempre se ha manejado así (con crisis o sin ella). Sin embargo, a pesar de que ello es cierto, debido a que “la política influye en la economía e inversiones” de los países; la solidez y la experiencia política de los gobernantes en los próximos 10 o 15 años serán decisivos para enfrentar calmadamente los nuevos desafíos globales que se avizoran.
(Creo que otras propuestas, más populistas que sinceras, los dejo para príncipes encantados, a las hadas de cuentos o a ideas nacionalistas setenteras…)
Información relacionada a modo de fuentes:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160129_economia_japon_tasa_interes_negativa_men
http://economia.elpais.com/economia/2016/01/29/actualidad/1454050014_244195.html
http://www.elmundo.es/internacional/2016/01/08/5677a16246163f5e3f8b45c3.html
http://peru21.pe/opinion/alfredo-ferrero-politica-internacional-2016-2240434
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